Museo del IOA reabre sus puertas

Luego de permanecer cerrado desde hace aproximadamente ocho años, el museo del Instituto Otavaleño de Antropología (IOA) volverá a abrir sus puertas el 2 de diciembre. El museo histórico, arqueológico de este instituto, fue inaugurado en 1974 y muchas de las piezas que se exponen pertenecen a investigaciones del departamento de arqueología del IOA, y otras son donaciones.

Uno de los objetos importantes es la réplica del cráneo del hombre otavaleño que fue un hallazgo de una investigación del mismo instituto.

Muestras. Las piezas que permanecen en lugar fueron encontradas en la sierra norte pero que curiosamente pertenecen a culturas de otros sitios del país como de la Amazonía. Alrededor de 300 piezas están ubicadas sobre unas repisas cubiertas de vidrio.

Diego Rodríguez, director de investigación, mencionó que tienen otras piezas ubicadas en una bodega arqueológica para continuar con la investigación.

En la zona norte del Ecuador, según Rodríguez, probablemente existen pocas investigaciones arqueológicas de las culturas antes de la llegada de corona española.

“Este tal vez es una de las colecciones que además de tener piezas, tienen un sustento teórico bastante profundo”, dijo Rodríguez.

El instituto ha realizado más de 120 publicaciones entre arqueología, historia, etnomusicología y genealogía. También agregó que otra de las piezas importantes que han encontrado en el cantón, es una cabeza clava de un jaguar hecho en piedra.

Sin embargo, explicó que lo curioso es que se creía que las cabezas clavas no estaban presentes en la zona norte del antiguo Tahuantinsuyo, generalmente permanecían en las ruinas del Cusco.

Importancia. En la primera semana de diciembre se realizará la reapertura a la comunidad universitaria y luego a toda la población imbabureña.

El investigador señaló que la próxima semana empezarán con recorridos de las escuelas, ya que además de ser un museo, es un centro de investigación, “lo que queremos proponer como la nueva visión del instituto, es que la investigación esté conectada con la sociedad y sobre todo con los más pequeños, que ahora están perdiendo las raíces culturales de la zona”, dijo.


Fuente: Bravo Piñeiros, Melissa. «Museo del IOA volverá a abrir sus puertas el 2 de diciembre». 24 de noviembre de 2019. Web. 28 de noviembre de 2019.

Historia de la población indígena en 11 libros

Once nuevos libros que relatan la historia de la población otavaleña se presentarán el próximo viernes en el auditorio Cotama, del Instituto Otavaleño de Antropología (IOA). Algunos de estos textos titulan La Población de Otavalo en el siglo XIX, La prensa escrita en Otavalo en el siglo XX, Lo urbano en Otavalo y La población indígena de Otavalo en el siglo XIX.

Finalidad. Jorge Mantilla, director de investigación de la Universidad de Otavalo, informó que uno de los objetivos principales es que la investigación se posesione como uno de los grandes representantes, referentes en el norte del país y también en el Ecuador.

En esta presentación de los libros, Mantilla agregó que la idea es poder mostrar a la colectividad otavaleña el trabajo de investigación tanto de profesores como de estudiantes.

Asimismo expresó que en los textos se plasma la historia de Otavalo en los siglos XIX y XX desde diferentes enfoques.

“Tenemos varios libros que hablan sobre los procesos judiciales en los que participó la población indígena, esto nos permite entender cómo vivían en aquella época”, contó el director de investigación.

Además, otros libros cuentan sobre el censo de la población indígena, “de esta manera podemos entender las características cuantitativa en esa época”.

Mantilla señaló también que el cantón fue una región con bastante producción dentro de la prensa escrita a inicios del siglo XX, “fue un punto neurálgico en esta producción”.

Existen dos libros más que trata sobre la tradición de las fiestas indígenas de San Pablo del Lago. Mantilla indicó que para la elaboración de estos libros se trabajó con la colaboración de estudiantes y profesores de la universidad.

En total seis docentes participaron en la producción de estos textos. Además, el grupo científico de estudiantes también colaboró en la producción en diferentes tareas investigativas.

Los profesores son los autores mientras que los alumnos son parte del equipo científico.

Producción. El director de investigación aseguró que la universidad está trabajando constantemente en la producción de libros como también de artículos científicos en revistas de alto nivel. Sin embargo, añadió que este año están potencializando el tema de los libros. Manifestó que el Instituto Otavaleño de Antropología ha publicado más de 100 libros y es una de las principales casas editoras de producción científica en el norte.


Fuente: Bravo Piñeiros, Melissa. «La historia de la población indígena se refleja en 11 libros» elnorte.ec. 23 de noviembre de 2019. Web. 28 de noviembre de 2019.

Costumbre del Día de Difuntos

Comer frente a la tumba de un ser querido es una costumbre que mantiene la comunidad indígena durante el Día de Difuntos. Antes de ingresar al cementerio más de 100 comerciantes ofrecen sus productos como frutas, arreglos florales y comida. De acuerdo a la tradición, la comida que llevan al cementerio es la que más degustaba el difunto.

Aquí Carlos Vinueza, vestido de blanco con su traje indígena hacía sonar sus instrumentos musicales: la guitarra, requinto y el rondador. Es de San Roque, pero contó que aquí en Otavalo y en Cotacachi es donde más solicitan su presencia para cantar a las almas.

Con este, ya son tres años que se dedica a tocar en el cementerio. “Yo canto para las almitas, difuntitos, a veces una música sentimental, otros piden música alegre con el ritmo kichwa”. Carlos dijo a la final son tres cosas que no le hace falta para tocar en el cementerio, él, la guitarra y el rondador.

Estos dos instrumentos los fusiona al mismo tiempo. A cambio de esta labor, recibe dinero pero dependiendo de la voluntad de las personas.

“Aquí son más dedicados a este tipo de costumbres. En cambio en mi comunidad no lo aprecian mucho”, aseguró Carlos.

Alimentos. Hermelinda Cando tiene en el cementerio a su papá, mamá, hermana y sobrina. Es de La Compañía y recuerda que a la familia que está enterrada le gustaba comer fréjol y tostado, pero ayer solo pudo llevarles fréjol con arroz.

Algunos se quedan hasta el mediodía, es decir llegan, rezan, comen y se regresan a sus hogares, es así como hizo Hermelinda.

Y mientras se escuchó un rezo, María Rosa Males comentó que aquí está enterrada su hija e hijo, “venimos a verles”. Aunque la visita no es solo por el Día de los Difuntos, sino que cada mes Rosa hace lo mismo con su familia.

“Cuando estamos vivos siempre comemos, pero cuando ya nos morimos lo dejamos de hacer. En los sueños ellos siempre vienen y me dicen mami tengo hambre, cuándo va a venir”.

Arroz con pollo y camarón era uno de los platos preferido de sus hijos. Rosa dice además, que no dejaban de comer el nabo con tostado, o poroto.

Sin embargo, ayer llevó al cementerio poroto con berro y tostado. “Esto repartimos entre familia y también tengo que darle al público”, mencionó.

Indicó también que cuando terminan de comer ya vuelven a sus casas, ya que hoy y mañana debe salir a trabajar.

Sobre las tumbas. Llevar frutas también es parte del rito indígena, mientras comía la familia de Carmela Farinango las frutas permanecían sobre la tumba de su abuelita. Vive en el Oriente pero aprovechó el feriado para visitar a su familia e ir al cementerio.

A su abuelita siempre le gustó comer pescado, aguacate, “venimos sin desayunar para comer aquí”. Estos mismos alimentos llevaron ayer, pero también arroz con papas y menestra de pepa de sambo. Luego de comer ya estaban listos para rezar también.

Luis Alberto Guamán, presidente de la organización del cementerio indígena, señaló que el lunes se prevé hacer una segunda minga con todos lo vendedores.

Además, añadió que la gente siempre está visitando los lunes y jueves a su ser querido con la comida favorita. Alrededor de 12 mil visitantes se espera tener en estos días.


Fuente: Bravo Piñeiros, Melissa. «Los indígenas cantan, comen y rezan en las tumbas de los difuntos». elnortne.ec. 2 de noviembre de 2019. Web. 20 de noviembre de 2019.

Catzos y churos

Comer catzos o churos es muy común en Otavalo. Estos dos platos se han vuelto tradicionales en los últimos años, ya que algunos creen que estas comidas deben ser degustadas por los visitantes también. Para algunos no es apetecible, pero otros aseguran que tienen un sabor único e incomparable, que no hay cómo explicarlo hasta que la persona lo pruebe.

En la calle Juan Montalvo, cerca al antiguo mercado 24 de Mayo, está ubicado el local de doña María Rosario Piñán, que a sus 99 años de edad, recuerda que fue una de las fundadoras en vender los churos en Otavalo.

Con su mente lúcida cuenta que a este producto se lo lava “en una canasta, se lo pone con bastante agua y ahí uno se levanta madrugado a cocinar”.

Hace unos 70 años decidió montar este negocio que ahora lo lleva su hija, María Dolores Meza con su nuera Mayra Ruiz.

Carpuela, Chalguayacu, Juncal, Pimán y Aloburo, son los lugares de donde se adquieren los churos.

María Dolores explica que este producto está debajo de la tierra en las zonas antes mencionadas. El recorrido en estos sectores lo hace todos los días acompañada de su mamá.

Por la época de ‘Difuntos’ el producto salió caro. El balde de 4 litros estaba en 50 dólares, el precio aumenta porque también se lo mezcla con una colada hecha a base de maíz o haba. El precio normal es de 25 dólares.

Otra tradición. Ligia Tapia en cambio se dedica a vender los famosos catzos desde hace tres años, recorriendo las calles céntricas del cantón.

Dice que sigue los pasos de su suegra, de quien aprendió a prepararlos. Casi el mismo procedimiento que los churos, se hace con los catzos, los ubica en abundante agua hasta el otro día para freírlos. Aunque lo complicado para Ligia es sacarle las alas y patas para después freírlos a las 06:00.


Fuente: Bravo Piñeiros, Melissa. «Catzos y churos, los bocadillos de Otavalo». 10 de noviembre de 2019. Web. 21 de noviembre de 2019.