A los pies del Taita Imbabura

La obra de danza ‘A los pies del Taita Imbabura’ promete ser el reflejo de un año de intenso trabajo del Colectivo Cultural Punku, el cual fue formado hace dos años y abarca cerca de 120 bailarines, entre niños, jóvenes y adultos mayores. La obra se presentará este sábado (16:00) en el Teatro México. Punku en kichwa significa puerta. Según la descripción de su página web, se consideran una puerta para ingresar con sus propuestas culturales.

El colectivo congrega a cinco agrupaciones de danza, cada una cuenta con autonomía en su organización. El colectivo lo conforman: Ñucanchi Mashi Kay de Yaruquí, el Ballet Latinoamericano Alma Misionera de Amaguaña, mientras que, representando a Calderón, están los grupos Yaku Pura, Samay Kunak y Ayni Danza. Pablo Patiño supervisó el trabajo de cada grupo en sus ensayos durante un año, hasta lograr la coordinación óptima para el show de este sábado 25 de nero del 2020.  “La obra dura 100 minutos, aproximadamente, y se basa en la cultura Otavalo.

La puesta en escena incluye vivencias, costumbres y creencias de este pueblo nativo asentado en las faldas del volcán Imbabura”, explica. Los danzantes prepararon representaciones de fiestas tradicionales como la celebración del florecimiento en el Pawkar Raymi, el rol de la mujer andina a través del Allpa Mama, la ceremonia del baño sagrado en el Inti Raymi, las actividades comerciales alrededor del Kuricancha y de los productos elaborados de totora en Imbakucha, este último, el nombre originario con el cual los pueblos nativos bautizaron a la laguna de San Pablo.

Según Patiño, los cinco grupos de danza crearon su vestuario a través de mingas colectivas, en donde llegaron a consensos en los diseños, bordados y lentejuelas que llevan los atuendos, permitiendo que cada grupo muestre detalles diferentes en el momento de juntarlos a todos en un show. “Detrás de esta presentación hay muchas horas de investigación sobre el significado de cada bordado otavaleño, diseños y colores, para que guarden relación con la danza que se va a exponer”, explica.

Más de 20 temas musicales acompañarán a la danza del colectivo cultural Punku, con canciones de las agrupaciones Yarina, Charijayac, Ñanda Mañachi, entre otros. Luego de presentarse en el Teatro México, la intención de los integrantes del colectivo es llevar su obra al Teatro Nacional de la CCE, y tener funciones en Otavalo y Cuenca. “Las entradas para el show de este sábado 25 de enero  están a punto de agotarse para llenar el aforo de 400 personas en el teatro.

Tenemos el reto de mostrarnos en un lugar más amplio y de presentarnos ante los propios otavaleños”, señala Patiño. Pese a que han dedicado varios ensayos para esta obra, ya se encuentran preparando nuevos proyectos artísticos para representar en danza a las culturas de los pueblos Kayambi, Saraguro y Cacha.


Encalada, Edwing. «A los pies del Taita Imbabura». elcomercio.com. 23 de enero de 2020. Web. 23 de enero de 2020.

Pueblos norteños

De visita por esa hermosa provincia de Imbabura, llamada «la Provincia de los Lagos, es conocer el encanto de nuestra patria, darnos cuenta de la armonía con que vistió la naturaleza a este pequeño y amado país. Ibarra, su capital, ciudad blanca con su emblemática Yahuarcocha puede ser aún más hermosa sabiéndola administrar. El trajinar por esos lugares andinos es pisar la belleza de la tierra, es sentir el equilibrio de sus culturas en beneficio propio.

Tal parece que su identidad histórica se ha convertido en un ideal común y su anhelo de progreso deja de ser ilusorio y la mujer indígena adquiere su propia iniciativa. Pueblos hermosos para muchos, tal vez desconocidos como lo es Atuntaqui con sus calles ordenadas, bulliciosas, llenas de vistosos almacenes con grandes escaparates que hablan de una floreciente industria de la moda. No en vano se encuentra allí como parte de nuestra historia la primera fábrica textil del Ecuador “Imbabura” convertida hoy en un museo.

Unos kilómetros más allá por una carretera llena de verdor y paisaje con haciendas ancestrales muchas de ellas convertidas en tradicionales posadas o restaurantes llegamos a Cotacachi, de belleza singular, atractiva, en especial para el extranjero. Sus faroles callejeros, vereditas adornadas con jardines hacen un sueño a la vista del caminante, el adoquín que reviste su calzada, artístico, distribuido armoniosamente le da un toque único. El cuero es su principal empresa, diseños propios de sus fabricantes gente con ideas creativas, restaurantes típicos y modernos con variada comida al gusto del visitante.

Un poco más allá llegamos a Cuichocha, laguna misteriosa con su islote dividido por una canal de totoras y por el cual nos podemos dar un paseo en barca de los más emocionante.

Otavalo, pueblo de callecitas solariegas, adornado con sus construcciones coloniales que se han mantenido con el tiempo, laborioso en sus artesanías. De vecino está el lago San Pablo, majestuoso. Una lancha invita a pasear por sus frías aguas. ¡Qué bonito es visitarlo! Zuleta y la hacienda centenaria de Galo Plaza, tienta a degustar de sus quesos. San Antonio, admirable por el arte de sus hijos, escultores únicos de nobles destrezas dejan impresas sus obras en la piedra en la madera, bronce y alabastro en donde el admirador del arte puede pasar horas y horas admirando esculturas perfectas. Regresando a Ibarra cogemos el tren que nos llevará a Salinas, pueblito del Chota en donde al visitante lo reciben lindas negras de cimbreante cadera al son de la bomba. Carpuela, con su canción sabor a leyenda, Ambuqui, incrustado en nuestros andes.


Fuente: Piedra, Sonia Salamea. «Pueblos norteños». eltiempo.com.ec. 28 de mayo de 2019. Web. 14 de julio de 2019.