El terremoto de 1868

El terremoto que destruyó Ibarra también dejó en ruinas a Otavalo. Según varios estudios la población que sobrevivió al desvastador terremoto logró reconstruir la ciudad sarance enmenos de un año. Otavalo se levantó en el mismo lugar que fue destruída. “En Otavalo absolutamente nada ha quedado sobre los sitios y las calles han desaparecido totalmente bajo los escombros. Ha habido derrumbos horribles, montes que el terremoto ha dividido y han descendido sobre los valles en torrentes formidables de tierra, arena, piedra, agua y cieno”, así describió Gabriel García Moreno, en su informe al presidente de la República, Javier Espinoza, sobre los daños que provocó el terremoto de agosto de 1868 en la villa sarance.

Según Plutarco Cisneros, canciller de la Universidad de Otavalo, el terremoto de que destruyó Ibarra, también dejó en ruinas a la ciudad de Otavalo, Atuntaqui y Cotacachi. “Este terremoto, según estudios realizados por geológos fue uno de los más fuertes que ha sufrido el país desde el siglo XV”, dijo Cisneros.

La poca población que sobrevivió a la catástrofe se trasladó hasta lo que hoy es Calpaquí, asegura Cisneros. Ahí se formó un campamento para los refugiados del terremoto.

Según un estudio realizado por Hernán Rodríguez Castelo, cinco días después del terremoto, desde la actual San Pablo, que también quedó destruida, el Jefe Civil y Militar designado para la reconstrucción de Imbabura, Gabriel García Moreno, emitió la primera proclama a todos los habitantes de Imbabura.

“He aceptado con gratitud esta gloriosa misión y me presento en medio de vosotros para distribuir los buenos auxilios que la libre lealtad del gobierno y la calidad de vuestros hermanos os envían, y para reprimir con penas severas a los que se han dedicado a vivir del pillaje en medio de la desgracia universal”.

Regreso. Según Cisneros, Otavalo se recuperó en menos de un año. “Antes de terminar el año, la gente de Otavalo reconstruyó la ciudad. El concejo municipal volvió a sesionar en 1869. La población regresó y reconstruyó Otavalo. Hay que destacar el espíritu del otavaleño que se levantó, como Ave Fénix”, aseguró.

Fue rápida la recuperación de la ciudad

La recuperación de del agua potable y la reconstrucción del parque Bolívar fueron las prioridades de la reconstrucción del a ciudad tras el terremoto de 1868.

El doctor otavaleño Miguel Egas Cabezas fue un personaje importante durante esta tragedia. Cabezas encabezó la brigada médica designada por el gobierno y fundó un hospital para atender a los heridos en Calpaquí.

Según Joseph Kolberg el terremoto sepultó entre escombros a 8 000 personas. “El 29 de agosto se calculó, en los partes oficiales, el número de los que habían quedado con vida en Otavalo, en 1 500 personas”.


Fuente: Diario EL NORTE. «El terremoto que destruyó Ibarra, también dejó en ruinas a Otavalo». 28 de abril de 2019. Web. 11 de mayo de 2019.

Pinceladas de color y solidaridad

El alma solidaria del pintor otavaleño José Bastidas es un legado que reviste su trayectoria de 45 años en las artes plásticas. Ese espíritu caritativo hizo que gane decenas de reconocimientos en el mundo. El último fue la presea Vicente Rocafuerte al mérito cultural como artista, que recibió en la Asamblea Nacional. “Sueño con una caravana cultural que genere recursos que vayan a beneficio de los grupos vulnerables. Lastimosamente me he quedado solo”, dice Bastidas.

En su dilatada trayectoria, suma más de 500 exposiciones colectivas y 200 individuales. La Cancillería constantemente pide su participación para muestras internacionales. Su última participación fue en Egipto y Turquía, en donde donó toda su colección a beneficio de los niños con cáncer.

Bastidas empezó sus primeras pinceladas en la escuela 10 de Agosto de Otavalo. A temprana edad ya participaba en los concursos de dibujo y pintura a nivel provincial. Al ingresar al colegio de Artes Plásticas Daniel Reyes, tuvo que solventarse su educación a través de su afición por el color y las formas.

Ha donado cuadros en varios países. En Bolivia, por ejemplo, su colección fue recibida por el administrador de una de las minas de Potosí y esos recursos fueron destinados a financiar las intervenciones quirúrgicas de un grupo de personas de la comunidad de Tarabuco, en Chuquisaca.

Su obra fue definida por Raúl Pérez Torres como “una cromática angustiosa y a veces violenta que se entrelaza al espacio del cuadro para darle su dimensión precisa, su profunda perspectiva”. Bastidas se cataloga como un pintor del surrealismo contemporáneo que no es tan abstracto al mostrar la paisajística andina.

“El pintor imbabureño se caracteriza por usar colores fuertes, llenos de verde y oscuro, tipo gótico. Así muestro la cultura andina en el mundo”, dice. Eliécer Cárdenas lo describe como un artista que prefiere las tonalidades fuertes, identificadas con la fuerza. Bastidas menciona que la cromática que ha desarrollado le permite un estilo para hablar de lo que se vive en Ecuador, desde lo más cotidiano hasta lo más escondido.

El próximo mayo exhibirá en Moscú y en diciembre expondrá en la galería A3 de Israel con una colección de 36 obras, aunque trabaja en 11 obras más para enviarlas a la muestra.


Fuente: Encalada, Edwin. «El pintor José Bastidas tiene pinceladas de color y solidaridad». elcomercio.com. 18 de abril de 2019. Web. 7 de diciembre de 2019.