El Inti Rap Fest

Ruidos del Sótano, llamado como la plaza del hip hop, es un festival que organiza un grupo de amigos de la comunidad de Peguche, en Otavalo. En la segunda edición, que se desarrollará el 8 de febrero del 2020, actuarán artistas de Quito, Cuenca, Guayaquil e Imbabura. Es un encuentro de música urbana. Algunos incursionan con letras en kichwa, explica Edison Lema, uno de los organizadores.

En la primera versión -en el 2019- participaron ocho grupos de Ibarra, Otavalo y Cotacachi. Lema recuerda que el espectáculo lo armaron en una carrera contrarreloj. La propuesta tuvo buena acogida. Por eso, esta vez decidieron incluir a grupos nacionales como Chikano Sexto Sentido, Distrito Q, Medina 30/30, de Quito; Lili Weed, de Cuenca y Ratas Gquil, de Guayaquil. El objetivo es darle más calidad.

Entre los grupos bilingües están Mafia Andina e Inmortal Cultura, de Cotacachi y Soberanos SBRNS, de Otavalo. Este último se ha mantenido vigente por más de una década pese a que varios de sus integrantes, por motivos de trabajo, han salido del país. Está integrado por Armando Perugachi ‘El Primo’, Luis Artes ‘One Two’ y Tupac Fichamba. En las letras de sus canciones expresan su identidad y abordan temas sociales, como migración, racismo, corrupción, entre otros.

En el vecino cantón Cotacachi, los cultores del rap kichwa resaltan con sus propuestas escénicas. Jefferson Guitarra es uno de los dos MC de Inmortal Cultura, como se les denomina a quienes se dedican a crear letras de este género. El conjunto se creó hace cinco años. Su propuesta musical se inserta en el rap hardcore y busca con sus canciones aportar a la revitalización de la lengua materna. “Los jóvenes no estamos rescatando las enseñanzas de nuestros taitas padres”, comenta Guitarra.

Los músicos cuentan con un equipo de teatro andino. La idea es que sus seguidores disfruten no solo de una propuesta sonora, sino también visual. En la producción de videos, asimismo, muestran vivencias como la siembra, celebraciones y rituales de las comunidades indígenas de Cotacachi. Inmortal Cultura, conjuntamente con el colectivo Hip Hop Cotacachi también cuentan con una vitrina artística.

El Inti Rap Fest se realiza cada septiembre. Para este año se hará la quinta edición. Otro referente es el proyecto Mafia Andina. La compositora Taki Amaru cuenta que desde hace casi cuatro años desarrolla este proyecto de rap en kichwa y español, que busca fortalecer las culturas andinas. Siempre se proyecta una producción videográfica, que para el evento está a cargo de José Castillo y Agustín Soria, de Colectivo Humano.


Rosales, José Luis. «Lengua kichwa se fortalece a ritmo de hip hop». elcomerciom.ec. 7 de febrero de 2020. Web. 8 de febrero de 2020.

Mientras tanto en Otavalo

Si como buenos ecuatorianos, han hecho turismo en la sierra norte, imagino que han disfrutado del mercado de los ponchos, en Otavalo, con su inagotable fuente de colores, diseños y creatividad; donde los comerciantes despliegan su don de gentes, espíritu arriesgado, visión, amabilidad y capacidad de negociación que también pasean por las principales capitales del mundo, llevando sus artesanías como embajadores comerciales del Ecuador, pues para ellos no existen las fronteras y sus productos están por todos los países.

Estos asombrosos otavaleños, tienen un lema que dice: “cuando el primer astronauta llegó a la luna, ya había dos otavaleños vendiendo artesanías allí”.

La historia recoge que el expresidente Galo Plaza Lasso, en 1949 llevó a Estados Unidos como embajadora cultural a Rosa Lema Cotacachi, conocida como Mama Rosa, quien abrió varias posibilidades para los indígenas viajeros. Para la década de los ochenta, la mayoría de los migrantes otavaleños se dedicaban a la venta de artesanías y a la interpretación de música andina en las calles de varios países americanos y europeos y llegaron con su música y arte hasta Japón, China y Turquía, y no pararon.

¿A qué se debe el éxito de ellos? Estudios dicen que tienen una inmensa capacidad de establecer redes sociales-comerciales y que lograron construir un gran capital social.

Hoy, en la época de la polarización y violencia, es bueno traer el caso de los otavaleños como una muestra de que no todo indígena es antisistema, anticomercio, antiglobalización, pues muchas familias de las comunidades indígenas, como estos embajadores comerciales, han mostrado que han sabido innovar, adaptarse a otras culturas y a crecer.


Fuente: Luque, Lourdes. «Mientras tanto en Otavalo». expreso.ec. 5 de febrero de 2020. Web. 19 de febrero de 2020.

Edición 25 de Pawkar Peguche Tío

El retorno a Peguche (Otavalo) de varios compatriotas que migraron a Europa o a EE.UU. motivó a realizar una fiesta que convocara a todos los viajeros, familiares y vecinos. Al inicio, la celebración fue solo deportiva y se denominó El Mundialito Indígena. Así, en 1995, nació la idea del Pawkar Raymi Peguche Tio, que en este mes de febrero del 2020 cumple su edición número 25. Esta celebración es una conmemoración a la época del florecimiento -según la cosmovisión andina- y al reencuentro.

Las actividades ya no son solo deportivas, como en un inicio, y coinciden con el Carnaval. Carlos Ruiz, presidente del Pawkar Raymi Peguche Tio 2020, cuenta que la fiesta empezó solo con el apoyo de un grupo de personas, pero actualmente tiene el respaldo de las autoridades locales y es considerada un ícono festivo de la Sierra Norte. “Para nosotros es muy importante, porque es el tiempo de agradecimiento a la Madre Tierra, que da sus primeros frutos y flores. Aprovechamos eso y el que miles de compatriotas retornan para estar con la familia”, indica Ruiz.

El reencuentro de vecinos quienes migraron a diferentes países incidió al principio en la formación de equipos de fútbol, cuyo propósito era conseguir la anhelada Alpargata de Oro o la ‘Copa del mundo’. Este último premio, recuerda Ruiz, fue traído por los mismos migrantes, quienes consiguieron en sus viajes una pequeña réplica de la famosa copa de oro del Mundial de Fútbol. “Luego fue la Alpargata de Oro, como algo representativo de la comunidad que se puso como el premio mayor”. Los equipos se formaron al inicio solo con quienes migraban. Luego, en cada año, se fueron sumando los comuneros, vecinos y otros visitantes. “Es por la unidad de la familia que también hacemos la celebración, porque no es solo una fiesta de los otavaleños”.

En los últimos años, agregó Ruiz, han recibido la visita de otros comuneros de Carchi, del Austro y Pichincha. ​ La agenda por los 25 años del Pawkar Raymi se inicia con un programa especial previsto para el 15 de febrero próximo, en la Plaza Cultural de Peguche, en el cantón Otavalo. Este encuentro artístico es parte de las vísperas de la festividad e incluye presentación de pirotecnia, juegos populares y de una banda de pueblo. La programación artística incluye además conciertos con artistas locales e internacionales, como los Kjarkas, quienes estarán en el Complejo Cultural de Peguche el 22 de febrero a partir de las 20:00.

El Pawkar Raymi además incluye actividades tradicionales, como una ceremonia de agradecimiento que se realiza, como cada año, en una vertiente natural considerada sagrada para la comunidad de Peguche. Esta actividad se cumplirá el martes 25 de febrero del 2020 y la presiden las mujeres. Para este año, los organizadores de este encuentro esperan contar con la presencia de al menos 120 000 personas a los diferentes programas culturales y deportivos.

Aunque en esta ocasión se incluyen nuevas disciplinas, el campeonato de fútbol se mantiene como la actividad principal. Para ese fin se espera la participación de 16 equipos quienes entran en la disputa del Trofeo Pawkar y premios como dinero en efectivo. “Con el tiempo hemos cambiado varias cosas. Ahora tenemos el respaldo de la Junta Parroquial Miguel Egas (donde está Peguche), la Prefectura de Imbabura y el Municipio. Ahora todos son parte de la celebración”, indica Ruiz.

Medina, Andrea, «El Pawkar Peguche, en Otavalo, cumplirá su edución 25». elcomercio.ec. 5 de febrero de 2020. Web. 7 de febrero de 2020.

Justo de las Naciones

Al mencionar la palabra Auschwitz se nos viene a la memoria el horror del genocidio nazi contra los judíos, pero este campo de la muerte no solo albergó a personas de esta raza, en sus terribles muros fueron asesinados gitanos, homosexuales, opositores políticos y todo aquel que pensara diferente. La máquina asesina del Tercer Reich. Pero también a la memoria vienen los nombres de personas que se sacrificaron por salvar a decenas de judíos, que arriesgaron sus vidas para hacerlo, como es el caso del industrial Oskar Schindler; el autodenominado cónsul Giorgio Perlasca o el diplomático sueco, Raoul Wallenberg.

De ellos se han escrito libros y filmado películas, ¿pero hay más personajes que se asemejen a ellos? Pues entre estos héroes salvados del anonimato también Ecuador puso algunos nombres y es válido sacarlos del olvido, justo hoy que se cumplen 75 años de la liberación de Auschwitz.

Primero debemos remontarnos una década atrás cuando en los años 30 se incrementa la migración judía proveniente de Europa, entre las causas podemos citar la crisis económica que se extendía a nivel mundial lo que provocó una inflación a gran escala en la mayoría de los países del mundo, especialmente de Europa y otro elemento vendría a ser la persecución de la que eran objeto en Alemania por parte del régimen nazi, más cuando se habían dictado las nefastas Leyes de Nuremberg en 1935.

América Latina fue considerado un continente apto para la migración, Ecuador estuvo vinculado a esta situación; Cuenca y Guayaquil fueron las que más migrantes judíos recibieron a partir de 1936.

A pesar de la llamada política de frontera abierta, el país comenzó a implementar políticas migratorias para regularizar la llegada de familias judías. En ese marco se implementa un decreto regulatorio para este tipo de migración durante la dictadura del general Alberto Enríquez en 1938.

Dicho decreto establecía que las personas de raza judía que llegaran al país deberían dedicarse exclusivamente a actividades vinculadas a la industria o la agricultura, pues se prohibía la realización de actividades comerciales, según el Gobierno, para proteger al comercio nacional de competencia desleal. Además, en el decreto se instaba a que, en el plazo de 30 días, los extranjeros de origen judío residentes en el país que no se dediquen a estas actividades tendrán que abandonar el país.

El decreto fue derogado después de la salida de Enríquez del poder, pero las restricciones migratorias se mantuvieron desde la Cancillería, ordenando a las legaciones diplomáticas en Europa poner cupos para otorgar la visa a los judíos que deseaban venir al Ecuador.

Cuando se inicia la guerra y comienza a perpetrarse la llamada Solución Final en la Europa ocupada por los nazis, hubo diplomáticos ecuatorianos que, pese a las restricciones, otorgaban visados a decenas de refugiados que huían de las matanzas, entre ellos destaca Manuel Antonio Muñoz Borrero.

Muñoz Borrero, nacido en Cuenca, un diplomático de carrera, por esos años desempeñaba el cargo de cónsul ecuatoriano en Suecia y, desde allí, otorgó decenas de visas a judíos, negándose a recibir cualquier tipo de compensación económica, siendo hostigado por la temible Gestapo, que intrigaba constantemente para que sea apartado del cargo.

El cónsul, pese a todas las complicaciones y riesgos de la tarea que estaba realizando y más cuando la mayor parte de Europa era territorio conquistado de Alemania, siguió sellando y firmando los pasaportes a los perseguidos, llegando a alterar las fechas para que no perdieran vigencia.

Después sería enviado a la legación diplomática en Colombia. Muñoz Borrero volvería después de la guerra al país donde fallecería en 1976. Logró salvar la vida a decenas de personas, por este motivo Israel le otorgaría en 2011 el título de Justo entre las Naciones.

En el ámbito diplomático, además de Muñoz Borrero, hay otros funcionarios ecuatorianos que ayudaron a los perseguidos, como José Ignacio Burbano, cónsul en la ciudad alemana de Bremen entre 1937-1940. Según las investigaciones, emitió cuarenta visas.

Manuel Utreras Gómez, cónsul en Ámsterdam, ayudó a varios miembros de la comunidad judía.

Fernando Chaves Reyes (Otavalo) que desde 1938 fue designado cónsul de las ciudades de El Havre y Marsella y que también se destacó en la ayuda a los perseguidos. En 1941 regresó al Ecuador.

José F. Morpurgho, cónsul ad honorem en la ciudad de Trieste se suma a esta lista. Como dato adicional el checo Mnislav Zelený, escritor y exembajador checo en Ecuador, escribió para el periódico de Praga Mladá Fronta, un artículo en 2010, donde nombra a Ernst Fuchs, cónsul honorario del Ecuador en Praga desde 1929; Jiří Vondráček, nombrado vicecónsul honorario del Ecuador en 1936, y Karel Linhart, vicecónsul honorario desde noviembre de 1938, como funcionarios que ayudaron a cientos de personas a escapar de una muerte segura y encontrar refugio en Ecuador, gracias a los visados que concedieron.

Historias escondidas que merecen ser rescatadas para reconocer a los Schindlers ecuatorianos.


Fuente: «Schindlers’ ecuatorianos que salvaron a decenas de judíos». eluniverso.com. 27 de enero de 2020. Web. 28 de enero de 2020.