El Miliarium Aureum (hito dorado) es un pilar que existe en el centro de la ciudad de Roma. Fue erigido por el Emperador César Augusto en el año 20 antes de Cristo. Todas las distancias en el Imperio Romano se medirían desde ese punto, todos los caminos terminarían aquí. De este hecho nació la expresión “Todos los caminos conducen a Roma”. Esta frase se refiere al sistema de vías del Imperio, en el que Roma era el punto donde confluían los caminos. Una red de 70.000 kilómetros que conectaba sitios dispares como Africa e Inglaterra.
En forma parecida, cuando quisimos recabar información acerca de los Atabalibas, todos las respuestas nos conducían inevitablemente a Edgar Rodrigo Orbe Mena: “El sabe todo”, “el tiene mucha información”, “pregúntele a él, vea”. A él acudimos, pues, en pos de una reseña.
Aclaramos:
1) Los Atabalibas no representan exclusivamente a un equipo de fútbol. El concepto es más amplio: una agrupación de jóvenes a quienes unía el interés por la cultura, el arte, el activismo político de ideología izquierdista en el entorno de Otavalo.
2) Los sucesos narrados a continuación no fueron acciones individuales, más de un miembro puede sentirse identificados en ellos.
3) No están todos los sucesos. Aquí narramos brevemente lo que nos fue compartido.
La primera parte es la sección biográfica de Rodrigo, luego viene la parte deportiva de Los Atabalibas. La tercera y cuarta parte abarcan los asuntos culturales. La parte final trata el aspecto político y social.
Edgar Rodrigo Orbe Mena
Nació en Otavalo, el 3 de junio de 1948. Sus padres fueron don Carlos Elías Humberto Orbe Paredes y doña María Teresa de Jesús Mena Romero. Tiene 7 hermanos. Hizo los estudios primarios en la Escuela José Martí. Estudió hasta quinto año en el Colegio Nacional Otavalo y luego se trasladó a Quito para ingresar al Normal Juan Montalvo desde cuarto año debido a la diferencia en el pensum de estudios. Estudió Sociología en la Facultad de Sociología y Ciencias Políticas de la Universidad Central del Ecuador. Luego obtuvo la Licenciatura en Ciencias Sociales en la Universidad Técnica del Norte (Ibarra).
Trabajó como rector en el Colegio Técnico Agropecuario 25 años: cinco años como docente y 20 años como Rector. Además, trabajó en el Ministerio de Trabajo y Bienestar Social en los años1974-1976. En el Colegio Nocturno “Jacinto Collahuazo” laboró en los años 1976-1990 como docente unos meses y luego como Inspector General, función a la que accedió por pedido unánime de la Junta de Docentes. Participó activamente en la creación de la jornada matutina y luego se desempeñó como Inspector General de ambas jornadas del colegio.
Fue miembro de la Comisión de Educación Técnica de Imbabura por cinco años. Esta comisión se encargaba de monitorear, asesorar y capacitar a los colegios de la provincia. En ocasiones algunos colegios de la Provincia del Carchi participaron en eventos sobre la Reforma Educativa de la Educación Técnica. Por esta actividad, obtuvo una beca de pasantía de un mes en España.
Fue Presidente de la “La Hormiga”, a la que Rodrigo describe como “órgano dedicado a mejorar la actividad cultural de la ciudad”.
Durante su período como Vicepresidente de Liga Deportiva Cantonal de Otavalo, se opuso tenazmente a los intentos de despojar a la institución de las ocho hectáreas donadas por la Municipalidad con el propósito de entregarlas a una institución educativa. Participó activamente en la construcción del Coliseo Deportivo, en la construcción y adecuación del antiguo Estadio Municipal de El Batán.
En l983 por la proximidad del campeonato de fútbol organizado por la Liga Deportiva Cantonal de Otavalo, una delegación del club Brazil compuesta por Gonzalo Proaño, “Gato” Pineda, “Gerson” Erazo y Galo Santillán se acercaron para pedirle les acompañe como jugador del club Brazil en el campeonato venidero. Respondió afirmativamente y ese fue el comienzo de una larga relación de amistad con este club. Como jugador obtuvo algunos campeonatos.
Le tomó cariño a este club y se integró como socio por la camadería que existía. Fue elegido Presidente de este club en dos ocasiones. Posteriormente, tomó las funciones de entrenador del equipo con el cual obtuvo el título de Campeón Intercantonal de Clubes de la Provincia de Imbabura el 20 de octubre de 1985. Su labor administrativa y deportiva con el club Brazil es guardada con especial afecto.
Fue miembro de la Sociedad de Trabajadores “Otavalo” desde 1980. Presidió la Comisión de Crédito de la Cooperativa de Ahorro y Crédito “23 de Julio” por dos años y medio.
Después de su trabajo en el magisterio, se desempeñó como Representante de la Asociación de Jubilados del Magisterio del Distrito de Educación Otavalo-Antonio Ante en los años 2015-2016 hasta mediados del año 2017. Fue también miembro de la Coordinación General de la Provincia de Imbabura.
Rodrigo se confiesa como un apasionado por bienestar de la Ciudad de Otavalo: “todos los actos en los que he participado ya sea como directivo, integrante, los he realizado con el afán de que los niños jóvenes y adultos de mi tierra, puedan nutrirse con actores, protagonistas o espectadores de un ola o baño cultural”.
Como Promotor Social en el Ministerio de Trabajo y Bienestar Social, el trabajo lo hizo preferentemente en el sector rural sin descuidar el área urbana. Como profesor e Inspector General del Colegio Jacinto Collahuazo, estuvo inmerso en el campo deportivo y cultural. Como Rector del C.T.A. “Carlos Ubidia Albuja”, incorporó a la institución en eventos culturales con la venia de la Supervisión de Educación. Como Vocal,Coordinador, Sub-director y Director Ejecutivo de las Fiestas del Yamor, trabajó por la estructuración de un programa que resalte la cultura otavaleña.
Vio la urgencia de nutrirse de actividades que optimicen el prestigio de Otavalo. Afirma, “tuvimos el acierto de respaldar la venida de Oswaldo Guayasamín con su colección “La Edad de La Ira” a las Fiestas del Yamor del año 1970 y 1980. Guayasamín presenta su obra magnífica como “Mi pintura es de dos mundos. De piel para adentro, es un grito contra el racismo y la pobreza; de piel para fuera, es la síntesis del tiempo que me ha tocado vivir. Aquí, pues, está la humanidad en pie, en lloro vivo, en desesperación. La humanidad crispada”. Esta colección fue expuesta en galerías famosas del mundo, Otavalo fue parte del itinerario.
Excepto por los estudios en el Normal y la Universidad, ha vivido siempre en Otavalo. Lleva casado 48 años con la Licenciada Marcia Sigüencia Rodríguez. Tiene cuatro hijos y cuatro nietos.
1. La infancia
Nos cuenta que de niños solían jugar fútbol en los potreros cercanos. O en las calles, en las noches cuando no había tantos autos.Esto ocasionaba algún disgusto a los vecinos pues a pesar que la regla era jugar por bajo para no romper las ventanas, en ocasiones el fervor infantil alteraba la puntería. Acción que era penada con privarse un tiempo del juego… hasta comenzar a jugar otra vez, más temprano que tarde. La comprensión de los vecinos era salomónica, pues en vez de prohibir el juego a los guaguas, prestaban pelotas de caucho, que permitían jugar al fútbol pero sin destruir vidrios.
Rememora gratamente la niñez con sus primos Gustavo (+), Marcelo, Marco y Raúl Orbe Rivadeneira. Creciendo junto de ellos aprendió el sentido de la fraternidad y la razón de la familia. Añora en especial a su primo Gustavo, ya fallecido.
Otro de sus primos, Marcelo, fue, en palabras de Rodrigo “una figura del futbol otavaleño, dueño de una técnica endiablada, característica que motivó a “Capacho” Jiménez, entrenador de la selección de Otavalo para llamarle “diablo rojo” e invitarle a entrenar con LDU en Quito”.
Con su primo Marcelo fue compañero en la Selección de Otavalo por muchos años. De Rául, su otro primo, Rodrigo recuerda que fue: “un futbolista fuera de serie que jugaba como volante derecho en la segunda etapa del Atabaliba y en la Selección varias veces y cuando se fraccionó un año el Atabaliba, defendimos los colores del México, y quedamos campeones”.
2. Club Santos
A los doce años de edad, cuenta que el equipo que estaba de moda era el Santos de Brasil. Una jorga de amigos tomaron ese nombre para su naciente equipo de fútbol. Imitaron incluso el uniforme: Camiseta negra de manga corta y cuello redondo, pantaloneta y medias blancas.
3. Primer partido en el “exterior”
Con uniforme listo, fueron invitados a jugar en San Pablo contra un equipo de esa parroquia. La cancha quedaba detrás del Instituto Normal Alfredo Pérez Guerrero. El equipo rival les ganaba en estatura y en experiencia. Sin embargo, los guaguas consiguieron ganar ese partido 2-1 como visitantes. El partido de revancha fue pactado dos semanas después y también lograron ganar por el mismo marcador. Comprobaron que el equipo tenía un potencial para cosas más grandes.
4. Año 1962. Atlético Otavalo
Se buscó un nombre más significativo y se lo cambió a “Atlético Otavalo” porque el atletismo era el deporte practicado por muchos de los miembros. El señor Jaime Villa (hermano de Hugo Villa) donó las camisetas.
El uniforme era una camiseta de color negro de mangas largas. El cuello en V y los filos de las mangas eran de color blanco. (Una de las camisetas originales reposa en casa de Rodrigo). El escudo tenía una letra A emulando la Torre Eiffel con una letra O de cuero blanco en el centro. Francia, en ese entonces era la capital intelectual del mundo. De París emanaban las ideas de la lucha popular y la reivindicación de la clase trabajadora y ponía a la mujer a la par que el hombre en el concepto de una sociedad justa, libre y solidaria.
5. Núcleo inicial
En este período, algunos de los nombres que recuerda son Waldo Andrade, Marcelo Proaño, Fulton Salas, Edwin Alvarado, Hugo Villa, Paco Viñachi, Nelson Rojas (hermano de Gabriel Rojas), Patricio Sotomayor, Jorge Lema, Marcelo Proaño, Edwin Alvarado, Jorge Jaramillo Echeverría, Marco Tabango, Edgar Guerra, René Montalvo, Luis Sotomayor, Jaime Pastrana, Adrián Carrillo, Raúl Rosales, Marcelo Suárez, Juan F. Ruales, Rodrigo Orbe, Marcelo Orbe, Gustavo Orbe, Raúl Orbe, Marco Orbe, Fabián Barragán, Guido Barragán, Agustín Carrión, Leonardo Suárez, Marco Chicaiza, Patricio Zambrano, Eduardo Salvador, Fabián Carrillo, Marcelo Carrión, Sixto Pinto, Gustavo Armas, Fabián Haro, Oswaldo Lema, Washington “Katio” Méndez (+), Vicente Barahona (+), Patricio Alzamora, Jaime Hinojosa (+) y Marco Hinojosa. (La lista es posiblemente más extensa, damos disculpas a aquellos no mencionados). La institución llegó a tener 138 socios entre hombres y mujeres. Desgraciadamente el archivo de esos años reposan en la bodega de la Radio Otavalo y no han podido ser recuperados.
6. El partido en El Campín
El equipo Maracaná (de Otavalo), tenía su base en el estadio El Campín, de Monserrate. Una cancha amplia, de césped. Maracaná era un equipo de jugadores experimentados y tenía fama de ser invencible en su cancha. Invitaron a jugar al Atlético Otavalo a un torneo. La madrina fue Margarita Pérez, hija de don Lucho Pérez. El poderío del equipo rival fue desarmado por la permanente movilidad del equipo compuesto de guambras. El Atlético Otavalo ganó el partido, ganó el premio al mejor uniforme y fue premiado por tener la madrina más agraciada. Un hat-trick memorable. El equipo de fútbol comenzó a adquirir fama. Después de este partido, Alfredo Avilés, tío político de Margarita Pérez, se unió al equipo como arquero.
Paulatinamente fueron ganando en prestigio y tuvieron invitaciones para jugar en parroquias aledañas e incluso fueron a jugar en Tabacundo, San Gabriel, Tulcán e Ipiales.