Cuando Alfaro fue presidente en mayo de 1901 llegó a la población de Atuntaqui. Esta visita era parte de la gira que realizaba a las provincias de Imbabura y Carchi. Los pocos liberales y los niños de las escuelas recibieron al Viejo Luchador. Mi hermana María Angélica Idrovo, una niña de 11 años, pronunció el discurso de salutación a nombre de los niños del lugar y luego entregó un ramo de flores. El discurso emocionó sobremanera a Eloy Alfaro, quien acarició la cabellera y las mejillas de la niña, le puso sobre la silla del caballo y recorrió con ella un trecho de la población. Al despedirse el General elogió la vivacidad de la niña y le pidió a nuestro padre –que era el maestro del pueblo- que cuando la niña terminara la educación primaria, le enviara al Instituto Pedagógico de Señoritas con una beca. Este hecho quedó en el alma de María Angélica, la que desde ese día soñó con ingresar a ese instituto. (1)
María Angélica Idrovo nació en la parroquia San Pablo, cantón Otavalo, el 29 de julio de 1890. Una vez graduada como maestra obtuvo una beca para estudiar en Argentina y Uruguay para adquirir conocimientos que luego los pondría en práctica cuando esté de regreso en el Ecuador. Una vez en el país fundó los Liceos “Ariel de Guayaquil”, “Fernández Madrid” y “Simón Bolívar”.
Fue Rectora del Colegio Normal Manuela Cañizares por catorce años. Allí comenzó a organizar los estudios para las señoritas basados en la realidad nacional y de acuerdo a la visión humanista y práctica que deseaba instilar en sus estudiantes.
En este período fundó la escuela anexa Guayaquil y se incorporó la escuela Sarmiento para las prácticas de las estudiantes, así como se crearon las bibliotecas de aula. Esto permitió a las maestras organizar de manera más autónoma la relación con las estudiantes. El Manuela Cañizares se convertía, además, en un laboratorio pedagógico. Las estudiantes aprendían mientras enseñaban y se fundamentaban a partir del estudio. También esta rectora obtuvo el lugar y los recursos para la construcción del nuevo local, en donde funciona hasta el día de hoy. En el acto de inauguración del edificio “alegre, cómodo e higiénico”, ella expresó, “será el albergue de la más prístina democracia, ya que por sus aulas pasarán generaciones de niñas blancas, morenas o indias, hermanadas en el gran sentimiento de nacionalidad ecuatoriana”.
María Angélica Idrovo fue maestra casi medio siglo y una mujer respetada por todos los gobiernos, que la mantuvieron como persona de consulta. Tuvo una enorme autoridad en el Ecuador y fue gran defensora de la separación del estado y la iglesia, sin embargo nunca obtuvo reparos de la Iglesia Católica.
En 1922 María Angélica Idrovo fundó y fue presidenta de la Sociedad Feminista Luz del Pichincha. Entre las actividades que desplegó esta sociedad se halla la fundación de la Escuela Nocturna de Señoritas, dirigida a mujeres obreras.
Zoila Ugarte colaboró con María Angélica Idrovo porque trabajaron durante muchos años juntas en el colegio Manuela Cañizares, en el Fernández Madrid y en el Liceo Bolívar. A través de las revistas literarias, veladas, presentaciones públicas, lo que buscaron estas maestras era incidir sobre la opinión, pero a diferencia de los hombres públicos no establecían una separación entre lo público y la vida cotidiana. Esto que ahora y desde una perspectiva de género pueda parecernos una fortaleza, no alcanzaba a ser percibido en el espacio moral y mental dominantemente masculino de la primera mitad del siglo XX. (2)
A más de sus enseñanzas en las aulas, ella dejó una obra importante titulada Homenaje a las Madres. El 24 de mayo de 1960 se erigió un monumento en la Avenida Patria de la ciudad de Quito, el mismo que inmortaliza la egregia personalidad de María Angélica Idrovo y sirve de ejemplo para las maestras del Ecuador. Murió en la ciudad de Quito, Ecuador el 26 de febrero de 1956.
Fuente 1: Idrovo, Tarquino. María Angélica Idrovo, Maestra inolvidable. Quito: Editorial Minerva 1962. Impreso.
Fuente 2: Goetschel, Ana María. Educación de las mujeres, maestras y esferas públicas Quito en la primera mitad del siglo XX. Quito: Abya Yala, 2007. Impreso.