Cuatro de los alcaldes de Quito han sido “chagras”: Jaime de Castillo, de Otavalo; Sixto Durán Ballén, nacido en Boston (EE.UU.); Gustavo Herdoíza, Riobamba y Jamil Mahuad, Loja. (El Comercio 23 de mayo de 2014).
Daniela del Castillo la Reina de Quito del período 1995-1996, recordó las palabras de su abuelo: “Hijita, cuando fui Alcalde casi ni usé el escritorio, sino que gasté muchos pares de zapatos caminado y trabajando”.
Ella se refiere a Jaime del Castillo, un otavaleño quien es recordado por haber sido el primer alcalde “chagra” de la ciudad de Quito.
En el año 1991 concedió una entrevista al Diario El HOY, la cual comienza con la siguiente anécdota:
“El funcionario judicial era implacable; estas deudas se pagarían aunque fueran del municipio capitalino y así fue como ordenó el embargo del vehículo del Alcalde. Esperó en el estacionamiento del cabildo hasta que le trajeran las llaves.
Entonces apareció un hombre alto, de mediana edad, vestido como un obrero (con chaqueta y gorra) que le extendió el título de propiedad del vehículo en cuestión. El alguacil constató su error: ese carro era propiedad del alcalde, no del municipio; por lo tanto no procedía el embargo.
Finalmente, el funcionario se calmó y pidió al hombre: “por favor, llámele a su jefe”. El trabajador sonrió y contestó: “yo soy el Alcalde”.
Diario HOY, 25 de agosto de 1991.
Ponemos a su disposición la reseña de este otavaleño, una colaboración de don Edwin Rivadeneira.
Jaime del Castillo Alvarez
Un otavaleño que fue un gran alcalde de Quito. Nació en Otavalo en 1926 en un hogar sumamente pobre, pues su padre era telegrafista y tenían que cambiar continuamente de lugar de trabajo. Jaime, el mayor de cuatro hermanos, a los 12 años se radicó en Quito y fue alumno del Instituto Nacional Mejía y posteriormente de la Universidad Central del Ecuador.
Para costearse sus estudios, trabajó como peón, pasando hambre y necesidades. Al jubilarse, su padre se hizo carpintero y la familia se estableció en el Barrio de San Roque.
“Jaime del Castillo fue un buen alumno en el Colegio Mejía (hasta obtuvo una beca) pero no era el más brillante pues “no se puede ser un gran estudiante cuando se tiene hambre”. Estando en cuarto curso, tuvo un incidente con uno de los profesores y -pese a tener solo 16 años- se fue como conscripto a la frontera (en 1941!)
Diario HOY, 25 de agosto de 1991.
Mientras estudiaba, a más de peón, trabajaba en diversas activivdades y ocasionalmente trabajó en el diario EL COMERCIO, en la sección avisos. En las vacaciones trabajó en el Oriente, en la compañía petrolera Shell.
En 1950 se graduó de abogado, dedicándose también a jugar fútbol. Se casó joven y supo atender a su hogar, a sus trabajos y sus estudios.
En ese entonces conoció a ese gran ecuatoriano que fue Eduardo Salazar Gómez, quien hizo su fortuna en Estados Unidos y que invirtió todo en el Ecuador. De su ayuda, subió de posición y trabajó con muchos personas de gran influencia. Salazar Gómez le nombró su apoderado general.
En 1960, en el cuarto período presidencial de Velasco Ibarra fue nombrado Ministro de Gobierno pero duró solo un mes. Colaboró en la fundación de AFNA.
Su inicio en la política es narrada así:
En 1966, Patricio Romero Barberis y un grupo de liberales le propusieron un quinto puesto en su lista de concejales. Exagerado, como buen auquista, él respondió que ya era candidato para la alcaldía (una noticia de la que él mismo se sorprendió cuando se oyó a sí mismo pronunciarla).
Diario HOY, 25 de agosto de 1991.
En 1966, sus amigos velasquistas le ayudaron para la campaña de la Alcaldía de Quito. El contendor era Luis Pallares Zaldumbide, alcalde un funciones nombrado por el Presidente Interino Clemente Yerovi. El resultado de la votación fue: Jaime del Castillo (Frente Nacional Velasquista) 33,974 votos, Luis Pallares Zaldumbide (Partido Liberal Radical Ecuatoriano), 30,115 votos y en tercer lugar, Jorge Salvador Lara, del Partido Conservador Ecuatoriano. Asumió sus funciones en 1967 y se puso a trabajar. El municipio quiteño era muy pobre, con pocos ingresos y muchas deudas. Pero en base al esfuerzo combinado del Alcalde y varios concejales (Luis Ponce Cevallos, Alvaro Pérez, Asdrúbal de la Torre, entre otros) hicieron una gran labor. Construyeron muchos de los pasos a desnivel en Quito y, contando con el apoyo moral de Carlos Mantilla Jácome, fundador de El Comercio, edificaron el actual Palacio Municipal.
El vestía como el obrero que era, con chompa y gorra y madrugaba a la Alcaldía. Una ocasión debieron derribar un árbol enorme en el Parque El Ejido para construir el paso a desnivel de la Avenida Patria y 10 de Agosto, enfrentó a la oposición lamentando el daño ocasionado y apaciguó las protestas. Revisaba el avance de cada obra y era muy severo con los contratistas, así fueran sus amigos.
En una ocasión fue a Chillogallo a ver el toro que serviría de modelo para el Monumento al Labrador, en las cercanías del antiguo aeropuerto. Ese toro lo embistió y casi deja a la Capital sin su alcalde.
Una ocasión aceptó la invitación de la Asociación de Otavaleños Resdentes en Quito “San Luis de Otavalo” y fue recibido con mucho afecto. Era muy sencillo. Otra ocasión asistió a la Fiesta del Yamor en Otavalo, su ciudad natal. En la Capital, en una oportunidad recibió un homenaje multitudinario en la Plaza San Francisco.
Con la declaración de dictador de Velasco Ibarra en junio de 1970, Jaime del Castillo renunció a su cargo, recibiendo otro homenaje popular en la Plaza San Francisco. Hubo intentos de candidatizarle a la Presidencia de la República, pero el se negó.
Desde 1972 hasta 1991 (durante casi 20 años) fue Gerente de TESALIA, la embotelladora del agua mineral Güitig. También gerenció su propia empresa, ILEPSA con sus productos “Traguito” y “Gallito”.
Visitaba Otavalo en forma anónima e intentó adquirir una villa ahí pero la propiedad tenía problemas familiares de herencia y desistió de la compra.
Murió en Quito el 19 de diciembre de 2006, a los 81 años de edad.
Fuente: Rivadeneira, Edwin. Comunicación personal 20 de diciembre de 2021.