La voz del tenor es considerada la más difícil, por ser menos natural y es quizás la voz más apreciada por los compositores. Si bien es cierto que el tenor canta con una voz diferente a su registro vocal, también es cierto que cuando se trata de una voz hermosa, fluída y poderosa con agudos espectaculares, las cuerdas de tenor parecen ser las más populares para la mayoría de los amantes de la ópera. Aunque no es una constante necesaria, el protagonista de una ópera, sobre todo aquellas románticas, es un tenor. Y cuando ese no es el caso, es la soprano o barítono los que en muchos casos hace que las arias sean más bellas, atractivas o efectivas.
Enrico Caruso, Luciano Pavarotti, Jonas Kaufmann, Andrea Bocelli, Plácido Domingo, Beniamino Gigli, Sergey Lemeshev, Jussi Björling son los nombres de tenores famosos.
Presentamos a un tenor, nacido en Otavalo, que incursiona con éxito en el mundo de la ópera. Alexis Santiago Haro Quilumba nació en una familia conocida por ser cuna de deportistas. El nació el 20 de diciembre de 1989.
Académicamente tiene una preparación sólida: tiene un título de Ingeniero en Ciencias Económicas y Financieras otorgado por la Escuela Politécnica Nacional, es Licenciado en Administración y Economía obtenido en la Universidad Jean Monnet, Francia y tiene el título de Master en Canto y Opera concedido por la Universidad de Denver, Estados Unidos.
Ha finalizando sus estudios de Maestría en Interpretación Vocal y Ópera en la Universidad de Denver (Lamont School of Music). Sus apariciones recientes incluyen roles operísticos tales como Tamino en “La Flauta Mágica” de W. A. Mozart, junto a The Lamont Opera Theatre, Prince Charming en “La Cenicienta” de Pauline Viardot con Loveland Opera. Y varios roles en “El niño y los sortilegios” de Maurice Ravel con Boulder Opera. Ha interpretado también roles como Tonio en fragmentos de “La Hija del Regimiento”, Nadir en “Los Pescadores de Perlas”, Arturo en “Lucia di Lammermoor”, Goro en “Madama Butterfly”, entre otros, en galas de ópera con The Lamont Symphony Orchestra. Sus apariciones pasadas incluyen roles como Maipomue (“The Firebringers”, ópera contemporánea compuesta por Chapell Kingsland), el Vendedor de Canciones (“Il Tabarro” de G. Puccini), Alfred (“El Murciélago” de J. Strauss II), y como solista en las “Vísperas Solemnes” de Mozart y “Misa Criolla” de Ariel Ramírez. Actualmente es “Artist-in-Residence” para Boulder Opera, compañía con la cual participa en diferentes conciertos y producciones operísticas planificadas para 2022 tales como “El Trovador” de Giuseppe Verdi, en el papel de Ruiz y El Molinero en “El Gato con Botas” de Xavier Montsalvatge. Junto al repertorio operístico, interpreta obras de Zarzuela y repertorio de cámara en español, alemán, italiano, francés e inglés.
Adicional a su carrera interpretativa, Alexis es profesor e instructor vocal en su estudio privado de canto en Denver.
Cuándo descubrió la afición por la música?
“Desde niño he tenido un gusto y amor especial por la música, sea en la escuela o simplemente al escuchar una canción que me guste. Me gustaba memorizer canciones y poner atención a detalles como los instrumentos, la textura, cómo me hacía sentir la música que escuchaba”.
Sus dotes para el canto fueron descubiertos por su maestro de canto, quien le dijo que su voz tenía un rango alto en la escala musical de la voz masculina que lo ponía en la categoría de un tenor.
Alexis comenzó sus estudios de canto en 2011 de manera privada con el maestro Geovany Mosquera, para luego estudiar en el Conservatorio Nacional de Música de Quito bajo la tutela de Nancy Yánez y Cecilia Tapia. Luego continua sus estudios vocales con el tenor Jorge Cassis. Al trasladarse a Estados Unidos en 2018, Alexis ha estudiado con maestros tales como Sara Bardill y Greer Grimsley; y ha recibido clases magistrales por parte de artistas como Matthew Polenzani, Ana María Martínez, Lawrence Brownlee, entre otros.
Dice que su familia recibió con alegría sus aspiraciones de ser cantante de música clásica. Lo han apoyado constanemente asistiendo a sus conciertos y lo animan a ser mejor cada día. Añade que su madre Lourdes y su hermano Christian son sus más fervientes admiradores.
A propósito de su madre, María de Lourdes Quilumba, ella comparte detalles adicionales:
Era un niño que nos sorprendía cada día con su desarrollo intelectual; a los dos años de edad coordinaba palabras, expresaba frases; sin haber recibido estimulación ni aprendizaje previo, empezó a leer rótulos, dibujar y pintar a sus personajes favoritos de la televisión con una exactitud impresionante. En su formación inicial, demostró mucho interés por la lectura y escritura. Siempre se desempeñó con total independencia obteniendo altas calificaciones en desempeño académico”.
A mitad de su carrera en la Escuela Politécnica Nacional, me informó acerca de su interés por matricularse en el Conservatorio Nacional de Música. Esta novedad me sorprendió, pensé que iba a abandonar sus estudios superiores, me pidió que lo apoye en este sueño, comprometiéndose a cumplir responsablemente con las dos carreras en horarios diferentes. Asistía en el día a la Politécnica y por las noches al Conservatorio. Ahí obtuvo sus títulos profesionales.
Con mucha alegría, con mi primer hijo, Christian, lo acompañábamos en varias de sus presentaciones en escenarios importantes como la Casa de La Música, el Teatro Nacional Sucre, Escuela Politécnica Nacional y otros donde actuó como solista, integrando coros, cantando y actuando en óperas y conciertos. Recuerdo cuando Alexis fue invitado por el Maestro Johannes Dering-Read, director de música del Colegio Alemán (Quito) para ser solista en la Misa Criolla del compositor argentino Ariel Ramírez. En esta presentación, lo acompañaron un coro de aproximadamente cincuenta docentes alemanes y un ensamble de instrumentos andinos. Fue una presentación que nos produjo mucha emoción, algo que nunca lo olvidaremos.
Llenos de emoción y orgullo vemos que actualmente su talento y esfuerzo es reconocido en los Estados Unidos y puede cumplir lo que le apasiona, donde comparte brillantes escenarios con grandes músicos y artistas.
De rock y opera
“Suena extraño y hasta gracioso pero mi amor por la ópera y la música clásica nace en el rock y el heavy metal. Algunas de las bandas y agrupaciones que escuchaba de jóven utilizan instrumentos de cuerdas y coros de los cuales simplemente me enamoré y es así como comencé a indagar en este mundo de la música clásica. Luego escuché por primera vez a un cantante de ópera, y solamente el sonido y la vibración de la voz me transportaron totalmente a otro lugar, y es ahí donde nació el interés de entrenar mi voz y de esa manera, yo también pueda inspirar a más personas”.
La voz de tenor es, como todas las voces, un instrumento frágil, y a los cantantes de ópera se les pide que hagan mucho trabajo pesado con esas dos pequeñas cuerdas vocales. Alexis cuenta que en el camino del canto lírico y la ópera, nada es definitivo ya que la voz cambia y evoluciona de acuerdo a la edad, a la salud y el estudio en general.
Fue una satisfacción enorme conocer los alcances que un joven otavaleño realiza en el extranjero. Su carrera recién comienza profesionalmente, aspiramos que en el futuro su nombre esté asociado con la voz de un tenor que resuene en cualquier escenario del mundo. Le extendemos nuestra admiración y le animamos a mantener su voz al máximo nivel en la música clásica. ¡Bravo!
Fuente: Haro Quilumba, Alexis. Comunicación personal, 3 de febrero de 2022.