Edwin Rivadeneira González

La herencia cultural es un conjunto de atributos que representan a una determinada región. Incluye objetos concretos como edificios y obras de arte. Implica, además, elementos inmateriales como creaciones literarias y música;  gastronomía y folclor;  idioma y tradiciones; los ritos y los patrones de comportamiento social. Es una totalidad que persiste y se transmite. UNESCO describe al patrimonio cultural inmaterial sin ambigüedades: “El patrimonio cultural inmaterial no se presta a preguntas sobre la pertenencia de un determinado uso a una cultura, sino que contribuye a la cohesión social fomentando un sentimiento de identidad y responsabilidad que ayuda a los individuos a sentirse miembros de una o varias comunidades y de la sociedad en general”.

Otavalo posee algunas características que la hacen propietaria de una herencia cultural importante en la Sierra del Ecuador. La vibrante alegría de las Fiestas del Yamor donde aparece la chicha Yamor es un ejemplo de ellas.  El significado de la chicha, las emociones que fluyen en las festividades, el encantador conjunto de paisajes que la rodean, han hecho de Otavalo un imán que atrae a mucha gente a lo largo de todo el año. Llegar a este nivel no ha sido producto del azar. Mucha gente trabajó y dedicó abundante tiempo a la tarea de ver una ciudad digna de sí misma. Producto de la dedicación de estos ciudadanos, muchos anónimos, hoy los otavaleños pueden mirar con respetabilidad a una ciudad de Otavalo distinta. Linda y atrayente. Presentamos a una persona que ha estado envuelta en esta labor desde 1967, año de la transformación de la Fiesta del Yamor: Edwin Rivadeneira González.

FOTO © Edwin Rivadeneira González.

Edwin Rivadeneira González  
Nació en Otavalo el 16 de marzo de 1937. Sus padres fueron Luis Amable Rivadeneira y Carmen Olimpia González. Estuvo en el Jardín de Infantes 31 de Octubre, donde ya se aplicaba el método Montessori. La educación primaria la recibió en la Escuela José Martí. La educación secundaria la hizo en la especialidad Mecánica Industrial, en el Colegio Central Técnico del Estado, de Quito. 

FOTO © Edwin Rivadeneira González.
Don Luis Amable Rivadeneira y doña Carmen Olimpia González.
Germania, Fernando y Edwin Rivadeneira.

Recién graduado trabajó en la Mecánica de la Fábrica San Miguel, en Jatunyacu. En 1959, a la edad de  22 años le fue encargado el Rectorado del Colegio Técnico Benjamín Araujo, de Patate, Tungurahua. Bajo su responsabilidad estaban la escuela y el colegio de varones y mujeres. En 1961 formó parte del Quincenario «Síntesis» de Otavalo. Simultáneamente dirigió la parte artística y publicitaria de la Feria Exposición por el Centenario de Cantonización de Cotacachi. Además colaboró en la edición de prospectos, fotografías, etc. para la Escuela Normal Asociada a la UNESCO (ENA), de San Pablo, apoyando la extensa e importante labor de Julián Juez, el experto español de la UNESCO.  

En 1962 como parte de la compañía Siderúrgica Ecuatoriana, hizo el diseño de la estructura en acero del edificio La Previsora en la Avenida 10 de Agosto y Buenos Aires. También trabajó en el diseño de cuatro puentes metálicos en la provincia de Los Ríos y uno de ellos, sobre el río Vinces, de 125 metros de luz, de base sólida a base sólida.  

FOTO © Edwin Rivadeneira González.
Maqueta de uno de los puentes en la Provincia de Los Ríos.

Noches de bohemia
En Quito tenía su habitación cerca de la Plaza del Teatro, en la calle Flores, entre Olmedo y Manabí. En esta época, el dúo Benítez-Valencia cumplía con su conocido programa «Canciones del Alma» temporalmente, en Radio Cordillera, en los altos de la Botica Pichincha (ahora, Fybeca) en la calle Guayaquil y Esmeraldas, los días lunes, miércoles y viernes de varias semanas.  El dúo ensayaba en su habitación y al concluir la actuación, regresaban al cuarto donde les esperaban muchos otavaleños para la bohemia posterior.

En abril de 1965 fue parte de la extensa delegación ecuatoriana al Congreso de la Confederación de Organizaciones Turísticas de América Latina COTAL, en Bogotá y a bordo del DC-7B de Área, en ese entonces, la nave aérea a hélice más grande del mundo. Ahí colaboró en el stand del Ecuador entre los países latinoamericanos.

De la metalurgia a la creación artística
Asdrúbal de la Torre, en ese entonces Jefe de Relaciones Públicas de la Compañía de vuelos AREA, le invitó a trabajar y decidió abandonar su profesión de metalúrgico y pasar a la creatividad artística y el diseño gráfico. Al mismo tiempo, en agosto de 1965, entró a trabajar en el recién creado Departamento de Publicidad del Diario «El Comercio”.

Participó en la renovación total de AREA: logotipo, color, diseño de counters, diseño de naves, uniformes de azafatas, etc. Todo eso era necesario porque se había adquirido un avión jet a la compañía inglesa BOAC, el avión tipo Comet 4: el primer avión a propulsión comercial en el mundo, con 4 turbinas Rolls-Royce. En esa nave viajó a Miami en una de sus vacaciones.

En 1966, sin saber nada de lo que se le encargaba, fue uno de los dirigentes de la Primera Vuelta Ciclística al Ecuador, porque AREA auspiciaba a  la cuarteta de ciclistas de Pichincha, en el inicio de  la fama de los pedalistas carchenses, con los hermanos Pozo.

La Unión Nacional de Periodistas (UNP) organizó la Exposición Nacional «Ecuador 66» en el flamante edificio del aún no inaugurado Hospital Andrade Marín y elaboró un stand de AREA en forma de la cabina de pilotos de un supuesto avión en pleno vuelo. En las ventanillas de la nariz se veían las nubes venir de adelante hacia atrás, en atardeceres y amaneceres que se proyectaban mediante una cinta contínua que fue previamente filmada. Atrás estaban los asientos de pasajeros, donde el público se sentaba. Era un espectáculo audio visual original en esa época.

El despegue de la Fiesta del Yamor
En el grupo de amigos, el más serio de todos era Efrén Andrade, quien analizaba la realidad social de la ciudad. Era preocupante el descenso de población, había un evidente ostracismo, el prestigio histórico estaba por los suelos y la economía local estaba por los suelos. El único recurso posible era el turismo, pero la Fiesta del Yamor llevaba 14 años siendo un acontecimiento intrascendente. Se vio la necesidad de dar un gran salto, una transformación completa a la festividad de septiembre. Después de muchas reuniones, el día 11 de marzo de 1967, Efrén Andrade, en el Salón Máximo del Municipio presentó la base legal mediante una Asamblea de Instituciones Otavaleñas para elegir un Comité Ejecutivo de las Fiestas del Yamor. Edwin Rivadeneira presentó un plan de concientización turística y se formalizó el Comité.

El primer Comité Ejecutivo de las Fiestas del Yamor
Presidente: Señor Gustavo Moreano Loza
Secretario: Señor Plutarco Cisneros Andrade
Tesorero: Señor Ernesto Castro Navarrete
Pro-Secretario: Señor Miguel Hermosa Cabezas
Director Ejecutivo: Señor Vicente Larrea.
Vocales principales: Licenciado Efrén Andrade Valdospinos, Licenciado Alfonso Cabascango Rubio, señor Fernando Vinueza Pérez.
Vocales suplentes: Señor Raúl Rengifo Alvarez, Mayor Oswaldo Echeverría Navarrete y Licenciado César Pavón Sánchez.

La fiesta más alegre en la ciudad más amable del país
En junio de 1967, un brillante militar, Jorge Vaca Mosquera y pariente de Edwin Rivadeneira, comandaba el lanzamiento, por primera vez, de un grupo de paracaidistas en la laguna de San Pablo. Edwin le pidió lanzar hojas volantes sobre Otavalo. La solicitud fue aceptada y el día 26 de junio de 1967, mientras el tiempo apremiaba antes de imprimir 3 mil hojas, su frase «La fiesta más alegre en la ciudad más amable del país” fue escogida para ser publicada en las hojas volantes. El día 29 de junio, desde un avión militar C-47 se lanzaron esas hojas volantes sobre la ciudad y el entusiasmo se incrementó para las Fiestas venideras.

La Bunga
En agosto de 1967, con un grupo selecto de periodistas de “El Comercio” formó parte de la Revista Humorística «La Bunga», editada por un grupo de humoristas que bajo el título de «Autores, cómplices y encubridores» publican su primera edición en 1967. Este grupo estuvo formado por Roque Maldonado, caricaturista del diario «El Comercio»; José Alfredo Llerena, poeta y literato; Jorge Ribadeneira «Soflaquito», periodista; Gilberto Mantilla, periodista; Gabriel Garcés, periodista, usa el pseudónimo de «Polvorín»; Edwin Rivadeneira, dibujante y Asdrúbal de la Torre, caricaturista también del diario «El Comercio”. Esta publicación llegó a ser la segunda revista con mayor  circulación en el país, después de la revista Vistazo.

En la época inicial de la televisión en Ecuador, junto con Asdrúbal de la Torre, realizó una cuña de 30 segunds de dibujos animados para AREA.  El estilo era similar al que hacía Walt Disney. Años después,  realizaron otro trabajo en dibujos animados para CIESPAL, con técnicas más avanzadas y con el auspicio de CIESPAL y UNICEF.

En 1972, Álvaro San Félix hizo la recreación teatral de la última visita de Simón Bolívar a Otavalo, elevándola de Villa a la categoría de Ciudad, (el documento original está extraviado ) y Edwin produjo el texto en estilo antiguo, incluso con la firma del Libertador.

Ejerció la cátedra de Folklore de los Países Andinos en la extensión en Quito de la Universidad de Nuevo Mexico. El cuerpo docente incluía a Osvaldo Hurtado Larrea, Galo Rene Pérez, Mauricio Davalos, Hernán Rodríguez Castelo. Ocasionalmente había conferencias  de Benjamín Carrion, Jorge Icaza y Oswaldo Guayasamin. La extensión funcionaba según el sistema norteamericano, por semestres y el salario era pagado en dólares. Había alumnos de California, Nuevo México y Texas.

La familia
En enero de 1973 decidió «asentar cabeza» y contrajo matrimonio con Irene Garcia, en Manabí. Tiene 3 hijos: José Luis, Ana María y Silvia Irene de quienes se siente muy orgulloso por los satisfacciones que le han dado.

En junio de 1973 comenzó a laborar en el IESS, dejando atrás a Corporación Publicitaria. En la sección de Relaciones Públicas de la entidad era necesario promocionar el nuevo  Seguro Social Campesino e inaugurar Dispensarios Médicos en los rincones más remotos del país, inclusive uno en el Oriente cuyos beneficiarios son los Huaoranis, más conocidos como “Aucas».

Durante la presidencia de Vicente Larrea en el Municipio de Otavalo, se decidió la participación en las Fiestas de Octubre en Guayaquil. En pleno Boulevar se presentó un carro alegórico de la Reina del Yamor, cuya confección fue encargada a Edwin Rivadeneira. Se presentaron unos 80 indígenas, los Pendoneros con volatería incluida. Era una magnífica promoción de la Fiesta del Yamor.

En 1974 participó en  la difusión para la inauguración del Coliseo de Riobamba y el  Campeonato Extraordinario Sudamericano de Basquet Femenino.

En agosto de 1976 se crea la Asociación Familiar Piedrahita con parientes del lado materno de Edwin. Tiene estatutos, himno y escudo y se cumple anualmente en ciudades de Ecuador y Colombia.

El Cascarón de la Alegría
En el mismo año, con el entusiasmo de Vicente Larrea, se adquirió en Sao Paulo, Brasil, la estructura neumática que él la bautizó como «El Cascarón de la Alegría». Edwin Rivadeneira hizo el diseño a escala del texto que fue pintado en la superficie: «Cascarón de la Alegría, Yamor en Otavalo». Fue un coliseo con capacidad para 1.500 espectadores donde se presentaron muchos artistas y conjuntos musicales de alta jerarquía. Ya funcionaban las piscinas de agua temperada en Yanayacu y el turismo era la obsesión del activo Presidente del Municipio.

El logotipo del Ministerio de Salud Pública
Hizo el logotipo del Ministerio de Salud Pública, el símbolo más difundido en todos los gobiernos, incluso está en el Dispensario Médico de la comunidad indígena “Añangu» (hormiga)  de la reserva ecológica Yasuní en el Oriente.

Regresó al Diario El Comercio cuando ya funcionaba en San Bartolo, al sur de la ciudad. Se cambió la imagen del vespertino Últimas Noticias y también del matutino El Comercio a la vez que se cambiaba la tecnología sin que se interrumpiera la circulación de los diarios.

En la ciudad de Patate se logró la restauración de la madera del Señor del Terremoto que estaba muy apolillada. Fue una tarea tremenda para un equipo de restauradores del Instituto del Patrimonio Nacional.

En marzo de 1981, se integró al Diario El Tiempo para renovar su imagen. Allí se editó el Semanario humorístico «El Pasquín» pero de menor alcance que «La Bunga”.

La caminata Mojanda Arriba
En octubre de 1982 se da inicio a la primera Caminata Mojanda Arriba con el eslogan «Porque la tierra nunca está lejos…”, autoría de Edwin Rivadeneira. 

En enero de 1987 ingresó al INNFA cuando doña Eugenia Cordovez de Febres Cordero presidía la institución.

En agosto de 1990 visitó el país Roy Disney y fue contactado para ese encuentro con la enorme empresa del entretenimiento.

En Nueva York colaboró con Iván Solorzano en la edición de la revista «Acontecer Internacional “, una publicación dedicada al Ecuador que salió en circulación en abril del 2001. Edwin estuvo a cargo de la Redacción de los Estados Unidos. También colaboró con «Ecuador News», un semanario que se edita en Queens, Nueva York.

El día 11 de septiembre de 2001, mientras estaba en el norte de Manhattan, fue testigo del ataque terrorista de Al-Qaeda que ocasionó 2977 muertes, 25,000 heridos y daños considerables a la economía estadounidense.

En la actualidad, tiene 84 años y practica algunas aficiones: la decoración, las plumillas, la pintura al óleo y con acrílicos. Dedica mucho tiempo a los viajes y la fotografía se ha vuelto su pasión.

Obras
Fue uno de los miembros fundadores del Instituto Otavaleño de Antropología.
Ha colaborado con ilustraciones y aportes literarios en algunas obras.
Romancero otavaleño I. Gustavo Alfredo Jacome, Editorial Voluntad, 1967. 
El Poder Político en el Ecuador.  Osvaldo Hurtado Larrea. Editorial Planeta, 2003.
En lo alto Grande Laguna. Álvaro San Félix. Instituto Otavaleño de Antroplogía, 1974.
Bodas de Plata del Yamor Municipio de Otavalo. Municipio de Otavalo.
Otavalo en imágenes. Sesquicentenario de la ciudad, 1829-31 de octubre, 1979 : homenaje del Instituto Otavaleño de Antropología.
Colección Pendoneros IOA-Banco Central
Monografia de Otavalo, Álvaro San Félix. Instituto Otavaleño de Antropología, 1988.
Imbabura agua y paisaje. Víctor Alejandro Jaramillo, 1962. Instituto del Indio Americano.
El Hombre de Otavalo.  Víctor Alejandro Jaramillo, 1957. Instituto del Indio Americano. Santo Domingo de los Colorados 8 libros. Holger Velastegui
50 años Empresas Granda Centeno.
50 años Escuela Católica Ulpiano Pérez Quiñones.
Centenario de la Escuela La Inmaculada.
Revista Chasqui de CIESPAL.
Viñetas Otavaleñas.  Gustavo Alfredo Jácome, 1993. Editora Andina.
50 años Colegio Daniel Reyes de San Antonio de Ibarra.
Guía Turística de Cotacachi,  Municipio de Cotacachi.
138 años  Municipio de Cotacachi.
CELL  Meri Espinosa
Lugar Natal y Siempre Otavalo.  César Augusto Chicaiza
50 años Colegio Nacional Otavalo. 4 libros
Reírse en serio.  Enrique Vallejos, 1966.
Casi un sueño. Edwin Rivadeneira.
Una pintura, una leyenda. Edwin Rivadeneira. Casa de la Cultura Ecuatoriana, Núcleo de Imbabura, 2011.
Travesía natatoria a San Pablo. 50 travesías. Municipio de Otavalo.
Tiene preparado para la impresión el libro «Historia de la Fiesta del Yamor”.  224 páginas, formato grande, pasta dura, cocido al hilo, más de 400 fotografías inéditas.
Ha escrito, además, numerosos artículos y ensayos para diferentes medios de comunicación.

FOTO © Edwin Rivadeneira González.
Quincenario SINTESIS.

Viajes
Su espíritu observador le ha llevado por sitios tales como Miami, Panamá, Costa Rica,  Nueva York, Las Vegas, San George, Salt Lake City, Idaho, Wyomin, Montana, los Parques Nacionales de Utah, Washington DC, Boston, Connecticut, 14 países de Europa, Colombia, Perú, Bolivia, Chile, Argentina y Uruguay.

Algunas de sus pinturas, plumillas y fotografías están en Danbury, Connecticut. En Bronx, Nueva York. Salt Lake City, Utah. Rivadedeva, Principado de Asturias, España.

Otavalo tiene muchos encantos naturales. Pero la verdadera riqueza está en la gente que la habita y la considera parte integral de su vida. Fue una grata sorpresa conocer a Edwin Rivadeneira. Conoce muchas historias de Otavalo y estamos convencidos que parte del patrimonio intangible de la ciudad es de su autoría: «La fiesta más alegre en la ciudad más amable del país» y «Porque la tierra nunca está lejos…” han quedado impregnadas en el ADN de las fiestas de la ciudad. Extendemos nuestro reconocimiento a tan distinguido otavaleño.


Fuente: Rivadeneira González, Edwin. Comunicación personal, 3 de junio de 2021.