Durante las últimas 6 décadas, Eulalia Dávila, más conocida como “Doña Lalita”, ha hecho de la cocina su fortín. La otavaleña de 75 años de edad, desde que aprendió los secretos culinarios de su suegra, Rosa María Cabascango, jamás paró de cocinar los más exquisitos platillos de la gastronomía ecuatoriana.
“Empecé a trabajar desde los 16 años. A esa edad me casé y había que buscar el medio para sustentar mi hogar. La mamá de mi esposo era una señora bien buena. Ella me enseñó a preparar todo lo que sé hasta el día de hoy”, relató con evidente nostalgia.
En un inicio, Dona Lalita trabajó junto a su cuñado Claudio Paredes, que en esa época, era un renombrado cocinero de tamales. Allí, aprendió un poco más del arte. Aquella labor la efectuó por un estimado de 5 años, y posteriormente, decidió junto a su esposo abrir su primer emprendimiento alimenticio, allá por los albores de 1970.
“Desde ahí, hasta ahora continúo cocinando. He tenido mi local en varios sitios de la ciudad, como al frente del ex Jardín de Infantes 31 de Octubre o a unos pasos del Terminal Terrestre de Otavalo. Cuando inició la pandemia por el Covid, mudé todo a mi domicilio. Actualmente atiendo en él”, comentó.
Estos 60 años de servicio han sido decisivos para que la popularidad de la dama otavaleña se acreciente. Un sinnúmero de otavaleños e imbabureños en general la conocen, e incluso, la buscan para degustar de sus inconfundibles manjares.
“Hay gente que viene de Ibarra, o que me busca en redes sociales, para servirse unas humitas, higos, carnes coloradas, en fin”, dijo.
Dentro de las alternativas que se ofrecen en “Bocaditos Lalita” como se denomina su negocio, figuran: tamales, humitas, quimbolitos, colada morada, tortillas, empanadas, carne colorada caldo de patas, seco de lengua, higos, fanesca, champús, pan, yamor, entre otros.
Cada una de estas recetas se preparan acorde a las diferentes festividades que marca el calendario, aunque hay varias de ellas que están disponibles todos los días.
Hace unas semanas en el “Valle del Amanecer”, por iniciativa de la también otavaleña Paola Esparza, secretaria mundial del Comité Comisionado Internacional de Derechos Humanos, se realizó en merecido reconocimiento a 15 mujeres “Sarances”, por su destacada labor, empoderamiento y valentía; cualidades que les permitieron salir adelante en la vida, buscando un mejor futuro para sí mismas y sus familias.
En aquel acto, bautizado como ‘’Mujeres Dejando Huellas’’, Doña Lalita, fue una de las homenajeadas, y recibió el título honorífico de “Ciudadana Insigne”.
“Nunca pensé que me iban a tomar en cuenta para algo así. La verdad me emocioné mucho y se me fueron las lágrimas, al punto de no poder hablar en el escenario. Siempre he trabajado por mi familia. Gracias a mi local gastronómico he podido solventar los gastos de mi casa e incluso me ha servido para apoyar a mis hijos y nietos cuando lo han necesitado. Me siento muy satisfecha por eso. He cumplido con mi labor”, expresó.
Si bien la pérdida de su esposo hace 25 años fue un golpe difícil de superar, nunca dejó de trabajar en su pasión la cocina, es más, durante la charla con EL NORTE, manifestó que mientras tenga vida continuará cocinando.
Es así que Eulalia Dávila invita a la ciudadanía a que siga visitándola, hoy por hoy en el local adaptado en su casa, ubicada en la calle Antonio Sinchico y Esteban Peralta, Ciudadela Jacinto Collahuazo Primera etapa.
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Fuente: “Eulalia Dávila, 60 años de sabor al servicio de Otavalo”. Diario EL NORTE, 22 de mayo de 2022. elnorte.ec. Consultado el 22 de mayo de 2022.