Julio Tobar Baquero

Nació en Otavalo el 26 de Diciembre de 1912. Hijo de Heleodoro Tobar Rosales y de Hermelinda Baquero Troya. Creció en Otavalo con su madre, en una casuchita propia en las calles Bolívar y Colón y de siete años ingresó a la escuela Diez de Agosto. “Mi primer maestro fue Luis Alberto Alvarez, después tuve a Luis Ubidia, siendo el director Luis Ulpiano de la Torre, primer normalista graduado en el Ecuador. Cuando terminé el sexto grado y como mi madre no sabía qué hacer conmigo pues solo se me ofrecía el camino del obrerismo como albañil, me hizo repetir el curso. Igual le ocurría a mi compañero Gustavo Alfredo Jácome. Ambos éramos excelentes alumnos.”

“En 1928 el Dr. Víctor Alejandro Jaramillo convenció a mi madre que me llevara al Normal Juan Montalvo de Quito. Hicimos las maletas y viajamos a la capital hospedándonos en casa de su hermana Isabel Baquero Troya de Mosquera mientras yo rendía mis exámenes de ingreso y ella se ganaba el sustento con la costura. Saqué tan buenas notas que gané una beca completa para el internado de S/. 40 mensuales. De allí en adelante mi madre se empleó en la Embajada italiana con casa, sueldo y comida cosiendo al personal y familia del Embajador, yo la iba a visitar los domingos que tenía libres y hasta jugaba con el hijo del Embajador en el jardín”.

Se graduó en el Normal Juan Montalvo en 1934 y fue designado profesor del cuarto y quinto curso de la escuela “José Martí” de Otavalo, donde solo permaneció pocos meses pues al terminar el año escolar Luis Felipe Torres le mandó un telegrama del Ministerio de Educación, para que viajara a Guayaquil formando parte de una comisión de maestros – con César Mora y Neptalí Zúñiga – a fin de aplicar por primera ocasión en el país los tests mentales de Khutman Anderson, que acababan de ser traducidos del francés.

De regreso a Quito trabajó en la Escuela Municipal Espejo y comenzó los estudios de Pedagogía en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Central de la cual egresó en 1940 sin titularse. En la Escuela Espejo estuvo nueve años, logrando un acervo de conocimientos pedagógicos que le fueron de gran utilidad en su vida. En 1937 se casó con la profesora Hipatia Cevallos Andrade. En 1938 asistió como delegado del Sindicato Nacional de Educadores a la I Reunión de Educadores Grancolombianos realizada en Bogotá.

A principios del año 1948 el Rector del Normal Juan Montalvo, Gonzalo Rubio Orbe, le comunicó que el Consejo Directivo le había comisionado para pronunciar el 13 de Abril el discurso de orden por el día del Maestro. Tobar empezó una investigación en los archivos del Ministerio de Educación y del Poder Legislativo y encontró suficiente material como para escribir algo más que un simple discurso de compromiso. Así forjó sus Apuntes para la historia de la Educación Laica en el Ecuador que aparecieron en la imprenta del Ministerio lo que le otorgó reconocimiento en las filas del magisterio del país. Por ese logro fue electo Miembro de la Casa de la Cultura, pero como lo firmó con su primer apellido por rencillas con sus familiares maternos, surgieron confusiones con su homónimo el historiador.

En 1949 fue becado por la UNESCO a Chile, Uruguay y Brasil para seguir durante un año y medio varios cursos de Orientación Vocacional. Entre los años 1951 y el 1955 ejerció el rectorado del Colegio particular Theodore Anderson. El año 1951 y a insistencias de Emilio Uzcátegui, obtuvo el título de Profesor de Segunda Educación, que luego canjeó por el de Licenciado en Ciencias de la Educación.

En 1954 la Facultad de Filosofía y Letras organizó un Concurso Pedagógico. Tobar intervino con un trabajo sobre la Evolución de las ideas pedagógicas en el Ecuador. que resultó triunfador y editó en la Universidad Central, apareciendo con sus dos apellidos.

En 1955, al ocurrir la muerte del estudiante secundario Isidro Guerrero, hubo una huelga nacional y fueron clausurados numerosos planteles en la República, entre ellos el Normal Juan Montalvo. El rector Luis Espinosa Arroyo cesó en sus funciones y dos meses después Tobar fue buscado para el cargo, que solamente aceptó para facilitar la reapertura del plantel como claramente lo expresó en su oportunidad. El año de 1956 fue delegado del Ecuador a la Conferencia regional de la UNESCO en Lima.

En el Normal Juan Montalvo permaneció hasta Octubre de 1959 cuando que le contrató la OEA como profesor de Pedagogía del Centro Interamericano de Educación Rural, ubicado en la población de Rubio, estado de Táchira, Venezuela. Entonces viajó con toda su familia y realizó una espléndida labor. Ahí le aceptaron en su seno y eligieron Secretario, compuso un texto para sus alumnos de Programas y Métodos que mimeografiado aún sigue en uso bajo el título de Ideas generales sobre teoría y práctica de la enseñanza.

En 1961 quisieron que se nacionalizara venezolano pues tenían planes muy ambiciosos que encomendarle, pero no aceptó. Ese año concurrió al I Seminario de formación de maestros de los países centroamericanos y de Panamá organizado por la OEA. Su esposa había regresado a Quito y eso le obligó en Febrero del 63 a volver al país.

Entre 1964 y 1967 dictó para los quintos y sextos cursos de la Facultad de Filosofía y Letras de la U. Central las siguientes materias: Administración de la Educación, Organización de la Educación, Pedagogía. En 1965 volvió al Ministerio como Director General de Educación Media y actuó varios meses como encargado de la Dirección General. El año 1967 regresó a sus antiguas funciones en el 24 de Mayo jubilándose por límite de edad en 1978.

En 1990 concurrió en representación del Pichincha al I Congreso de Educadores Jubilados realizado en Guayaquil, siendo electo Vicepresidente. El año 1992 asistió al II Congreso en Quito. Obtuvo la medalla al Mérito Educativo de Primera Clase, colaboró en diferentes revistas, entre ellas: Ecuatoriana de Educación”, Cuadernos Pedagógicos y fue miembro de la Academia Ecuatoriana de la Educación.


Fuente: Pérez Pimentel, Rafael. “Julio Tobar Baquero”. diccionariobiograficoecuador.com, Tomo 16, capítulo 1. Web. 12 de julio de 2016.