Algunos cumpleaños son hitos particularmente significativos en diferentes culturas. Muchos de nosotros estamos familiarizados con las celebraciones de los Quince Años en los países latinoamericanos y la importancia que se le da a los 21 años en muchas culturas occidentales. En Japón, el cumpleaños número 60 de una persona, es conocido como “Kanreki”.
“Kanreki”, en lugar de ser visto como envejecer, es tomado como un renacimiento. La lógica de este razonamiento es, cuando una persona cumple 60 años, ha pasado por el ciclo del zodíaco chino un total de cinco veces y ahora está de vuelta al zodíaco de nacimiento original. Resumiendo, cumplir 60 años es visto como un renacer.
Tradicionalmente, la persona que celebra su “kanreki” se vestirá como “aka-chan”. “Aka-chan” significa literalmente “rojo”, pero se usa más comúnmente para referirse a un bebé. El color rojo se asocia comúnmente con los bebés en Japón y, como tal, es el color más apropiado para alguien que está pasando por un renacimiento.
Cuando la gente pasa del cumpleaños 60, siente que el mundo que le rodea está cambiando. Comienza la preocupación por el futuro después que las carreras terminen y entren en la jubilación. Las articulaciones dan sus primeras muestras sonoras y los achaques de salud se hacen más frecuentes.
En medio de esta inexorable etapa, agravada por la emergencia de la pandemia, la promoción de graduados de la Escuela “José Martí” del año 1971, celebraban el quinquagésimo aniversario de su graduación. Buscaron el modo de hacerlo más abierto y que incluyera al mayor número de participantes.
Nelson Echeverría comenzó con la idea y se puso en contacto con Sthefko Kraljevic, Edmundo Moncayo, Pancho Endara y Antonio Burbano. A partir de este núcleo se corrió la voz y poco a poco se contactó a quienes residen en Otavalo, luego a los residentes en otras ciudades y se completó una lista de 43 del total de 53 alumnos que originalmente componían la clase.
41 de ellos fueron contactados, seis habían fallecido: Freddy Betancourt, Vicente Benalcázar, Fernando Proaño, Alberto García, José Morales y Fabián Chiliquinga (falleció el 21 de diciembre de 2021). Las direcciones de seis compañeros no pudieron ser verificadas: Edmundo Salas, Ruales, Luis Reinoso, Benítez, Lorenzo Flores.
Se organizó una primera reunión virtual que produjo dos reuniones presenciales en Quito y Otavalo y se decidió fijar la fecha para una reunión general en Otavalo.
Antes que el año 2021 terminara, el día sábado 11 de diciembre, a las 11:00 de la mañana comenzó la reunión con la presencia de 27 compañeros, tres profesores: Bolívar Andrade, Jorge Alvarado y Natalia Sánchez. Ella llegó con su acordeón y fue la encargada de poner la melodía para que los presentes cantaran el himno de la escuela. Luego, el profesor Andrade “pasó la lista” y todos respondieron “presente!”, excepto uno, el “cepillo” de la clase, quien respondió “presente, querido profesor”.
Himno de la Escuela Fiscal José Martí
Oh, Martí, oh, Apóstol de América,
por mi voz te honrará mi ciudad,
porque fuiste lección de martirio
en tu lucha por la libertad.
Otavalo, poema lacustre,
tierra hermosa y rebelde al igual,
es compendio viviente tu alma
de adalid y poeta a la par.
De tu patria cubana y la mía,
es tu nombre un ilustre eslabón,
son dos pueblos unidos los nuestros
por la sangre, la historia, el amor.
Mi homenaje de niño consiste
en alzarte en mi pecho un altar
y en seguir reverente el ejemplo,
de tu lucha por la libertad.
Posteriormente, cada alumno hizo su presentación a quien le fue recordado el apodo por el cual era conocido. Preguntaron del “Esteko”, del “Flaco”, del “Pancho”, del “Mono”. Hubo una entrega de regalos a los profesores y un recuerdo conmemorativo para todos los asistentes. Se eligió la directiva de la promoción:
Presidente: Nelson Echeverría,
Vicepresidente: Francisco Endara,
Tesorero: Esteban Oña,
Secretario: Carlos Robles Rentería,
Vocales: Edmundo Moncayo, Freddy García y Armando Pilco.
La charla informal que siguió a la comida fue emotiva pues algunos se acercaron para saludarse después de 50 años. Y extender la amistad forjada en la escuela José Martí, allá cerca de la plaza Sarance. Las carcajadas fluyeron naturalmente al recordar las anécdotas hasta que la hora del final se aproximó. Se intercambiaron direcciones y promesas de visitas. “Verás, tienes que visitarme…”. “Vos también…”. “No has cambiado nada…”.
Un compañero de aula, compuso esta melodía:
50 años martillos (Bolero)
Letra y música: René Campos Encalada
Bonita la amistad de reencontarnos
porque el tiempo fue pasando para bien,
pues tomamos caminos diferentes
buscando metas para sobrevivir.
Compartimos momentos de alegría
nuestra infancia y niñez estudiantil,
promoción 70-71,
los martillos somos niños del ayer.
Son momentos de eternas alegrías
las que nacen de mi propia inspiración,
los amigos, compañeros de la vida
que hoy unidos recordamos nuestro ayer.
Yo les digo escueleros de la vida,
cultvemos siempre nuestra amistad,
caminando por mundos diferentes
estaremos juntos siempre hasta el final.
El impacto emocional de la reunión dejó cargadas las baterías para que futuras reuniones puedan producirse. Pocos intuyeron que semejante carga afectiva daría un equilibrio esencial entre los miedos presentes y las esperanzas para el futuro. El ADN de la escuela fraguó este grupo de personas para llegar a cumplir los sesenta años de vida honrada y fructîfera, el mayor regalo que pueden recibir los profesores de sus alumnos. Cuán afortunada fue esta promoción de la Escuela José Martí del año 1970-1971, los señores de las seis décadas.
Nelson Echeverría colaboró en la revisión del texto. Carlos Robles, Celso Flores, Eduardo Andrade, Freddy García y René Campos colaboraron activamente en la logística. Esteban Oña proporcionó fotos históricas y el resto de fotos son colaboraciones individuales. A todos ellos expresamos nuestro agradecimiento. Otavalo, enero 2022.