Miguel Egas Cabezas

El Dr. Miguel Egas Cabezas, nació en la Ciudad de Otavalo y se bautizó en la Iglesia del Jordán el 4 de junio de 1823. Fueron sus padres el Dr. Manuel Egas y Paredes (*) y Doña Rosa Cabezas (*).  Durante 14 años vivió en la bella comarca imbabureña dedicado al aprendizaje de las primeras letras y aún al estudio, pues, su concentración era tal que se dedicó a aprender gramática latina, de suerte que cuando, el año de 1838 se radicó en Quito, llevó un caudal de conocimientos valederos en mucho para los estudios del Colegio Secundario de “San Fernando”.

El año de 1838, comenzó a estudiar Filosofía y Matemáticas, cursos que los coronó con brillantez. Concluídos estos estudios, se dedicó a perfeccionarse en Matemáticas, bajo la dirección del Ingeniero Wisse, llegando a sobresalir y obtener un Diploma y una Medalla de Honor, el año de 1850.

Terminados estos estudios de Filosofía y Matemáticas obtuvo el grado de Maestro, ingresó a la Facultad de Medicina de la Universidad de “Santo Tomás de Aquino”, y se dedicó al estudio de medicina, haciéndose notable por su aprovechamiento y consagración al estudio. Contaba apenas 22 años de edad y era aun estudiante de medicina cuando la Junta de Gobierno le nombró Catedrático Suplente de Química, el 26 de Octubre de 1846, debiendo dictar la asignatura por dos años, con la condición de dispensarle los derechos de examen de grado de doctor, propuesta hecha por el mismo Rector Dr. José M. Espinoza. Obtuvo el Título de Doctor en Medicina el año de 1847. También estudió jurisprudencia en la Universidad Central.

El año de 1849 obtuvo la Cátedra de Filosofía del Colegio Seminario “San Luis”.

El mes de Agosto de 1872, fue designado profesor interino de Anatomía y de Cirugía. Después desempeñó diversas clases y cátedras en la Facultad de Medicina. La cátedra de Ciruqía era dictada por el doctor Gayreaud y Anatomía por el doctor Domingo Domec. Estas cátedras, que antes las desempeñó por nombramiemo del Presidente García Moreno -año de 1872-, el año de 1875 volvió a ocupar la cátedra de Cirugía, y en Noviembre de 1876, fue designado catedrático de Física de lo Escuela Politécnica, por el Presidente de la República doctor Antonio Barrero.

Fue un profesor que no se limitó a señalar lecciones, sino que su enseñanza fue más allá con el anhelo verdadero del progreso de la juventud, maestro que tuvo el empeño de adiestrar en el arte de escribir a sus alumnos. Maestro que se dolía al darse cuenta que carecían de literatura médica, maestro que supo estimular con su ejemplo, conductor de juventudes, que impulsaba ideas de esmerada educación médica y de ética en los acciones.

Este mismo año y habiendo ya desempeñado por dos veces el Vice-Rectorado de lo Universidad, durante el Rectorado del Dr. Gabriel García Moreno, la junta de Doctores le designó Rector de la Universidad de Quito, cargo que lo ejerció hasta el año de 1879, en el cual el Presidente Veintemilla lo desterró a Colombia. El Presidente del Estado del Cauca, le confió el Rectorado del Colegio Académico de Pasto y el Profesorado de Filosofía en el mismo plantel, cargos que los desempeñó hasta el año de 1883, época en la cual retornó al país.

Entre los innumerables distinciones que recibió, está la que se le concedió el año de 1950, nombrándole Miembro Honorario del Instituto de Africa. El Presidente del Instituto, Sr. Villoret, le dice en el oficio que le dirige al efecto, el mérito y relevantes prendas intelectuales, así como los servicios que prestara a la ciencia, le coloca, en la clase de los hombres más distinguidos del mundo civilizado, que componen el Instituto de Africa.

Para esa época el Dr. Egas tenía 27 años de edad. Tales elogios en boca de un sabio europeo deben haber producida hondas emociones en la intimidad del joven médico, pues, su característica fue la modestia y el alejamiento de exhibiciones y la vanagloria. Cuando tenía 30 años de edad, el año de 1853 desempeñó el Vice-rectorado de la Universidad. El año de 1856 fue Administrador del Hospicio de “San Lázaro”.

El año de 1861 “El Consejo de Gobierno” lo designó Miembro de la Academia Nacional Científico Literaria. El Poder Ejecutivo le designó para Miembro del Tribunal de Cuentas con carácter de Ministro.

El año de 1886, tomó posesión de su asiento en la Academia Ecuatoriana, correspondiente de la Real Española, Presidente de la Sección de Ciencias Físicas y Naturales del Ateneo de Quito. Socio fundador del Círculo Ibero Americano. Vocal de la junta Patriótica de Pichincha.

El Primero de Mayo de 1881, la Sociedad Unión Médica del Guayas, le acreditó como Miembro correspondiente. En 1870, fue el Promotor y fundador de la Sociedad de Medicina Práctica . Fue miembro activo y su único Secretario de la Unión Médico de Quito. La “Sociedad Científica” formado por la juventud médica le acreditó como primer miembro honorario. Fue Socio Honorario del Instituto de Ciencias.

El año de 1861 fue elegido Diputado principal por lo provincia de lmbabura y suplente por Pichincha. 1852 fue elegido Concejero Municipal. En 1867 vuelve a ser elegido Diputado por la Provincia de Pichincha, teniendo entonces 38 años de edad, habiendo ya ocupado los mejores y más altos puestos de lo vida públicas.

Actuó en el terremoto del año de 1868 que destruyó lo Provincia de lmbabura, como jefe de la Cómisión Médica, cuyo desempeño lo hizo con amor, desinterés, abnegación sin límites. Su trabajo fue tan bien organizado y eficiente, que cuando Gorcío Moreno llegó de visita se sorprendió al comprobar la magnificiencia de las labores de auxilio realizadas.

Cuando el año de 1670 se instala la “Escuela Politécnica” en Quito, prendado en la sabiduria de los profesores que la componen, el antiguo y magnífico catedrático, no se averguenza de sentarse en los bancos como estudiante, que llamó tanto la atención de los sabios jesuitas alemanes, que empezaron a distinguirle sobremanera. García Moreno le ofreció una remuneración con tal de que continuara los estudios que tan predilectos le eran.

En medio de su afán por rodearse con los fulgores de la ciencia, fue médico distinguido, matemático insigne, filósofo profundo, no descuidó el estudio de la lengua y de la literatura, escribía con pulcritud, aticismo y galanura. Es el creador de la Literatura Médica. Escribía artículos de importancia, uno de ellos, es aquel en que se concreta a hacer ver la necesidad de modificar la disposición del Código Penal, a fin de que sea garantizado el sigilo profesional médico.

Falleció el 1 de Marzo de 1894. Entre los honores póstumos que se le rindieron merecidamente, está la oración fúnebre pronunciada por el Arcediano de entonces, Monseñor Federico González Suárez, y también el discurso del doctor Luis Felipe Borja, discípulo del Dr. Egas. (1)

(*) Manuel Egas Paredes, es pariente de la Santa Mariana de Jesús. (*) Rosa Cabezas Titusunta (hija de Tiburcio Cabezas Ango, último Cacique de la parcialidad de indios de Otavalo y de Luisa Titusunta Villacís, de la familia de los Caciques de Saquisilí). (2)


Fuente 1: Montero, José A. “Miguel Egas Cabezas”. Maestros de Ayer y de Hoy. Instituto Otavaleño de Antropología, Año 2, Número 3, Agosto 1976, pp. 100-103.

Fuente 2: Pimentel Pérez, Rodolfo. “Miguel Egas Cabezas”. diccionariobiograficoecuador.com, Tomo II, pp. 28. Web. 28 de julio de 2016.