La festividad se celebra en homenaje a San Miguel, patrono del lugar, coincidiendo este festejo con el santoral registrado en el calendario, el 29 de septiembre. El ceremonial se lo lleva a efecto en la capilla de San Miguel, ubicada en la elevación de Cuchiloma, a no mucha distancia de la población de San Rafael de la Laguna, del cantón Otavalo.
El prioste. Es nombrado dentro de la misma comunidad, pues es obligación social de todos pasar la fiesta. Son sus comromisos: contratar el ceremonial religioso y la banda de músicos, sufragar los gastos de pirotecnia, comida y bebida. Es ayudado, en parte, por sus familiares y amigos íntimos. El prioste que está pasando la fiesta sale de su casa, con sus acompañantes, llevando en andas las imágenes de la Virgen y la del Espíritu Santo, la de San Miguel se encuentra en la misma iglesia.
Pendoneros. Delante del prioste y de las imágenes va un grupo de indígenas portando banderas rojas, las cuales llevan, sea bordada o agregada a la tela, la imagen de San Miguel Arcángel. Los palos o astas de estas banderas miden entre 2.50 y 3.50 metros de largo y terminan en una cruz, generalmente de plata o de carrizo. Cada uno de estos portaestandartes se llama Pendonero.
Músicos. Delante de los pendoneros, las imágenes, el prioste y sus acompañantes, va el conjunto de músicos indígenas integrada, generalmente, por dos tamboreros y dos pingulleros, quienes no cobran por tocar, pues lo hacen por amistad con el prioste. Detrás de este grupo van los músicos mestizos, contratados en la misma parroquia de San Rafael o en la vecina de Eugenio Espejo. A estos músicos se los contrata para toda la celebración.
Acompañantes. Forman este grupo los familiares y los amigos del prioste. Son los que ayudan a portar las imágenes y contribuyen, en algunos casos, a sufragar los gastos de la ceremonia.
Ceremonial. A medida que los músicos mestizos van tocando, los pendoneros se desplazan delante del grupo en zig zag, haciendo flamear las banderas. Al llegar a la capilla, el prioste y los cargadores de las andas depositan las imágenes de los santos dentro de la iglesia y salen a esperar la llegada del sacerdote que oficiará la misa. Mientras ello sucede, el frupo se dedica a beber chicha y aguardiente. Los pendoneros permanecen frente a la iglesia, a su lado se ubican quienes llevan la pirotecnia.
A la entrada de la iglesia se coloca una enorme cruz hecha de catulos(hojas que cubren la mazorca del maíz). Al llegar el sacerdote, buena parte del grupo, entre ellos los pendoneros, entra a la iglesia, donde se celebra la misa. Los que permaecen afuera continúan bebiendo chicha y aguardiente. Terminada la ceremonia religiosa, frente a la iglesia se organiza una procesión en homenaje a san Miguel; además de la imagen del santo homenajeado van las de la Virgen y del Espíritu Santo. El orden de la procesión es el siguiente: delante van los sacristanes, luego los músicos indígenas, detrás los portadores de palomas (piezas de pirotecnia), tras ellos viene el prioste, las imágenes de los santos, detrás los pendoneros, tras ellos el sacerdote y sus acólitos, los acompañantes y, finalmente, los músicos mestizos.
Al terminar la procesión, los pendoneros envuelven sus banderas, los coheteros terminan de reventar la pirotecnia y todos se sientan alrededor del prioste y su mujer, para dar comienzo a la comida, consistente en tostado, fréjol, mote y nabos.
Indumentaria. La indumentaria de los participantes en la festividad no tiene nada de extraordinario, es la misma que utilizan diariamente. La excepción habría que notarla en el prioste que lleva puesto en el cuello un pañuelo de color azul o amarillo y un rosario; su esposa, por lo general, lleva un rebozo nuevo.
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Fuente: Jaramillo Cisneros, Hernán (Compilador). “Por las calles de Otavalo. -De arriba abajo-” Revista Sarance -Serie Monografías- No. 1. Instituto Otavaleño de Antropología y Universidad de Otavalo, 2006. Web. 31 de octubre de 2016.