Raymundo Mora

El retrato del reconocido jurista Luis Andrade Galindo, ex presidente de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, núcleo de Imbabura, toma progresiva forma sobre la suave textura de una cartulina blanca. La imagen es casi perfecta; lo único que la diferencia de la fotografía en blanco y negro, que sirve como modelo, es su tamaño.

Son las manos de Franklin Raymundo Mora Mediavilla las que dan forma a esa obra, una de las tantas que surgieron de su talento, desde que se inició en el arte del dibujo y la pintura, en 1969, cuando obtuvo el bachillerato en el entonces Liceo Artístico ‘Daniel Reyes’, de San Antonio de Ibarra.

“El tipo de trabajo que yo practico es el clásico, el de la fuente figurativa; yo respeto las formas tal y como se ven; de ser posible, llegando al mismo hiperrealismo que quiere traspasar las formas de la naturaleza”, comenta el artista de 57 años de edad, quien hace sus creaciones en una pequeña sala de su domicilio, ubicado en el tradicional barrio ‘El Empedrado’, de la Ciudad de Otavalo.

La obra de Mora es tan amplia como su experiencia. La pintura de denuncia social, costumbres, personajes y la innumerable cantidad de retratos que surgieron de su talento, desde hace más de 30 años, hablan de su valía. Para él nada es artificial, todo lo prepara con sus manos, empezando por los materiales: la cartulina, óleo, la sepia, cisco, sanguina y lo combina con la creativa fusión de las témperas, acuarelas, carboncillo, entre otros materiales.

Las creaciones se exhiben en diferentes rincones de su vivienda, donde se respira un ambiente colonial, por su amplio patio, techo de teja, columnas de madera y grandes ventanales. Su trabajo no tiene horario, siempre que los rayos del sol le acompañen. Asegura que, mientras tenga a Otavalo y su gente como fuente de inspiración, su obra será atractiva y con una profunda significación.

La trayectoria

Mientras trabaja en la creación de los retratos de quienes se desempeñaron como presidentes de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, núcleo de Imbabura, (obra encomendada por los miembros de esa institución) Raymundo Mora narra parte de su trayectoria, desarrollada entre el campo de la práctica y el ámbito académico.

Franklin Raymundo Mora nació en Otavalo en 1949. Recuerda que su talento lo cultivó desde la niñez, mientras estudiaba en las aulas de la escuela “José Martí”, cuando se desempeñaba como director el reconocido docente Jaime Burbano Alomía; fue quien le recomendó, junto a su maestro, Nelson López, que continuara sus estudios en el liceo ‘Daniel Reyes’, hoy instituto.

Parte de su experiencia también la adquirió como docente de dibujo y artes, en los colegios “Otavalo” y “Nelson Torres”, de la ciudad de Cayambe, en la década de 1970. Pero una de sus más interesantes vivencias fueron los estudios que cursó en la Universidad Nacional Autónoma de México, desde 1982, donde obtuvo la licenciatura en artes plásticas. Una beca otorgada por el Ministerio de Educación le posibilitó tener esa formación.

De retorno al Ecuador, se reintegró a las labores docentes, en diferentes instituciones educativas, como los colegios Ibarra, Alemán (Quito) y las universidades: Autónoma de Quito, Tecnológica Israel y como capacitador en el Ministerio de Educación y Cultura. Esas actividades las ejerció hasta 1994, año en que se acogió a la compra de la renuncia y viajó al exterior.

Mora tiene a su haber una serie de exposiciones nacionales e internacionales, así como reconocimientos a su trayectoria y talento, como el premio a la mejor pintura, entregado por las fuerzas armadas y direcciones de aviación civil de Centro y Sudamérica (1998) y el premio nacional de periodismo gráfico (caricatura) que fue organizado por diario El Comercio (1998), entre otros logros. A eso se suman unas 30 exposiciones individuales y 20 colectivas que complementan su trayectoria artística.

“Desde que me retiré de la docencia, en 1994, me dediqué de lleno a la pintura. Otavalo es mi principal fuente de inspiración; solo tengo que abrir la puerta o la ventana de la casa y allí están los temas ante la vista, de tal manera que con la sutileza se pueda representarlos tal y como son, expresa Raymundo Mora, quien sostiene que aún le hace falta retratarle a la vida; esa imagen aún no la concibe en todas sus formas.


Fuente: Diario La Hora. “Raymundo Mora y su pasión por las formas”. Diario El Norte. Noticias Imbabura, 6 de enero de 2006. Web. 28 de julio de 2016.