Según el doctor Fernando Pareja González, la primera Fiesta del Yamor se realizó el mes de septiembre de 1949. El evento fue organizado por el Grupo Cultural y Deportivo Crack, entidad conformada por muchos universitarios otavaleños residentes en Quito. Existe el testimonio de una de aquellas personas que organizaron la fiesta en el año 1949. La historia es relatada en primera persona por Oswaldo Acosta Dávila.
Tengo la casi total certeza que cuando la década del cuarenta llegaba a su fin, las vacaciones “grandes” del año 1949 transcurrían monótonamente en la ciudad cuna de muchos jóvenes que estudiábamos en la Capital y entre idas y retornos de “Las Lagartijas” o de nuestra tan querida piscina “Neptuno”. Discutíamos, entre los entrañables amigos: Jorge León, quien por su edad y seriedad lideraba el grupo; Luis Vivero, Oswaldo Rivadeneira, Femando Pareja, Pepe y Jaime Saona, Marcelo Moreano, Fabián Suárez, Jacinto y Yamil Ariss, Jorge Acosta, Juan Moreano, los hermanos Miguel “abuelo” Jorge y Antonio Rosanía y quien les relata esta historia (pudiera ser que se me escape algún nombre), qué hacer en el último mes de vacaciones, septiembre”.
“Diferentes criterios, acerca de cómo terminar nuestra estadía en Otavalo, antes de reiniciar los estudios en Quito. Al fin, coincidimos en que debía ser algo fuera de lo común, algo que llame la atención y que involucre a la mayoría del pueblo otavaleño. De ahí nace la idea de realizar un doble festejo, uno destinado para el sector más acomodado y el otro de características populares. El mejor local para el primero, era el Club “24 de Mayo”, y para el festejo popular, qué mejor lugar, que la pista de patinaje existente en lo alto de la piscina “Neptuno”, la que además contaba con un chozón, bastante aparente para que sirva de bar”.
“Así fue madurando la idea, que más de una vez, se volvía irrealizable, sobre todo por los altos costos que significaba armar dos fiestas a día seguido, puesto que la primera tenía que ser un sábado por la noche y al otro día, por la tarde, un festejo “a todo dar” en un lindo ambiente. Además, como el pensamiento era salir de lo común, había que contratar dos orquestas, para que actúen alternativamente, tanto en el baile de la víspera como en el del día domingo, una de ellas, necesariamente debía ser de Quito, para mayor atractivo”.
“Así fue como por medio de Jorge León, que había tenido que viajar a Quito, mediante conferencias telefónicas, que en aquel tiempo se hacían desde la central telefónica, situada en la Casa Municipal, se logró contratar a la Orquesta “Gran Casino” de gran éxito en la Capital: la contraparte local, no podía ser otra que la prestigiosa “Rumba Habana” de la ciudad de Cotacachi”.
“Ahora bien, había que elegir la fecha de realización, que por unanimidad se resolvió que sea el sábado y domingo, más próximos al 8 de septiembre, que en Otavalo se acostumbraba festejar muy animadamente el día de la “Niña María”, siendo muy tradicional los paseos
hacia el barrio de Monserrat. Además, en toda esta temporada, se acostumbraba consumir los “platos típicos” acompañantes infaltables de la chicha Yamor, que con especial calidad la elaboraba la Sra. Tránsito Guerra, en su casa de la esquina de las calles “Atahualpa” y “Colón”, muy concurrida por todos cuantos gustaban de la sabrosa fritada, cuero con mote, morcillas, tortillas y empanadas, todo ello con una “buena jarra” de Yamor”.
“Con el objeto de acondicionar el ambiente del Club “24 de Mayo”, se le solicitó al Dr. José Nabor Rosero, Vicario de la Iglesia de San Luis, una tarima, que nos parecía que quedaba “de maravilla” en el salón grande, para que ahí actúe la orquesta de Quito, mientras la “Rumba Habana” amenizaría desde el hall central de dicho local, situado en el piso alto del almacén de Don Alfredo Ariss”.
“Igualmente, a fin de darle un mejor aspecto a la cancha de patinaje y por si acaso nos “cogiera la noche”, se logró que el Dr. Luis Enrique Cisneros, Presidente del Concejo Municipal, de ese entonces, dispusiera a los maestros Figueroa y Bolaños, que colocaran unas lámparas luminosas en las palmeras existentes en el centro de lo que sería la pista de baile.
Y ahora, faltaba un detalle muy importante, ¿cómo denominar el festejo? El que esta nota escribe, sugirió: ¡La Fiesta del Yamor! y así se llamó, mandando de inmediato a imprimir unas grandes tiras de papel, que simplemente decían “Fiesta del Yamor” y las fechas, las mismas que se las pegaba en las aceras”.
“Un detalle que lo recuerdo muy vivamente es que se mandó a elaborar un barril de Yamor, donde nuestra inolvidable “Mama Michita”, del mismo que apenas se vendieron unos pocos vasos en la noche del baile. Al otro día, muy por la mañana lo trasladamos al chozón de la piscina, en la camioneta de los hermanos Ariss y con la ayuda de Jorge Acosta. Allí, a pesar de la poca concurrencia de esa primera ocasión, que prefirió colocarse en la línea férrea, se vendió la casi totalidad de la bebida que dio nombre a la fiesta más grande de Otavalo”.
“Para terminar este relato, recuerdo que posteriormente, en una o dos oportunidades, la fiesta en similar forma, fue organizada por los estudiantes Guillermo Moreano, Pedro Pinto y Gabriel Garcés M., que editaban la Revista Ñuca Huasi, y a quienes ayudé en la primera de ellas. Luego, en el año de 1953, el mismo grupo realizó la “Fiesta del Yamor”, en el Colegio Otavalo, siendo allí cuando se eligió a la primera Reina del Yamor, María Rosanía Dávila, que pasó a la historia como Maruja I”.
Fuente: Acosta Dávila, Oswaldo. “Imbabura Hoy.” Imbabura Hoy(nd) Web. 29 de Junio, 2016.