José Burga junto a su esposa y sus seis hijos, se dedican desde hace 10 años a la elaboración de bombos artesanales, actividad que le ha servido para salir adelante con los gastos familiares como es alimentación, educación y vestimenta. Este artesano está vinculado con la música, es integrante de un grupo musical, pero en vista de que esta profesión no le garantizaba mantener a los suyos, se decidió por emprender en este proyecto artesanal. En la fabricación de estos bombos, el artesano utiliza como materia prima el cuero de chivo, comenta que este material es importante para que el sonido sea bueno; en su pequeño taller que lo arregló en su patio de su vivienda, se encuentran muchos bombos de diferente tamaño a medio terminar; una de sus hijas con unas tijeras recorta el cuero que será puesto a los dos lados del instrumento musical andino.
José asegura que este trabajo lo hace bajo pedido al por mayor y menor; cuenta que cuando le sobra material hace pequeños bombos artesanales, que sirven como recuerdos para los turistas que llegan a visitar la Plaza de Ponchos. “Este producto es apreciado más por los turistas nacionales y extranjeros, que por la propia gente de acá; se han llevado a otras provincias del Oriente y la Costa, porque nuestro trabajo es garantizado y utilizamos material de buena calidad”, menciona el artesano.
Entre los materiales que utiliza para elaborar los bombos a parte del cuero de chivo está el triplex, clavos, varilla y pintura. El precio varía dependiendo el tamaño del bombo o tambor, existen desde los cuatro dólares hasta los 25. Para José trabajar con sus hijos en este emprendimiento le satisface, porque piensa que esta tradición no morirá, solo pide que ellos culminen con sus estudios y esto lo hagan en sus tiempos libres.
Para fabricar un bombo primero se hace la caja de resonancia cilíndrica llamada armazón, hecha habitualmente de madera triplex; luego por medio de moldes se procede a cortar el cuero en forma redonda, para ser colocado sobre el aro inferior y superior. La tensión con la cual se sujeta al cuero, permite que se aprieten las membranas de forma precisa, obteniendo un sonido nítido del instrumento musical.
El bombo evolucionó hacia medidas notablemente mayores, hasta llegar a tamaños de más de dos metros de diámetro, y se suspende en un soporte diseñado para posicionar el instrumento libremente. Por su parte, el bombo de marcha se mantuvo en medidas más pequeñas, adecuadas para poder cargar con el instrumento mientras es tocado, y se benefició de la introducción del plástico en los parches por sus mejores condiciones frente a cambios atmosféricos. Por otro lado, la invención a principios del siglo XX del pedal para golpear el bombo dio lugar al bombo de batería, parte fundamental de dicho instrumento.
Fuente: «Cuero de chivo da forma a bombos artesanales en Otavalo». LA HORA. 12 de enero, 2019. Web. 12 de enero, 2019.