La recuperación de las piscinas de Las Lagartijas trae consigo un sinnúmero de memorias y recuerdos de aquellos otavaleños y otavaleñas que vivieron grandes experiencias en estas piscinas. Un brillo especial en los ojos, acompañado de una amplia sonrisa, que inunda el rostro de quienes recuerdan su niñez y adolescencia en las emblemáticas piscinas de Las Lagartijas.
José López, un adulto mayor proveniente de la comunidad de San Juan Alto bajaba por la Vía Quichinche que pasa por las piscinas, mientras observaba el nuevo complejo recordaba que en su niñez tenía que bajar desde su comunidad hasta Las Lagartijas para poder bañarse y recoger agua para llevar a su casa. Asimismo, rememoraba las calles de piedra por las que caminaba para llegar al lugar.
Luz María Duque, también originaria de San Juan Alto, evocó con dulzura su niñez cuando bajaba por el empedrado para disfrutar de las aguas frías de Las Lagartijas.
Luz recuerda que en aquellos días era solo una “piscina pequeñita” donde iban a bañarse y a nadar. Inevitable fue no recordar cuando tenían la necesidad de lavar la ropa, y ella y muchas otras personas hacían uso de las vertientes que recorrían donde hoy es la Ciudadela Yanayacu.
Yadira Espinoza ha pasado toda su vida en Yanayacu por lo que estas piscinas son de gran importancia para ella. “Aquí fue mi primera ahogada porque de pequeña no sabía nadar”, recordó con añoranza, como un lugar que fue parte de su niñez y adolescencia.
Por muchos años las piscinas de Las Lagartijas fueron abandonadas, convirtiéndose en un sitio donde el moho y la inseguridad estaban presentes. Hoy se espera que sea un lugar donde las nuevas generaciones puedan crear nuevas memorias.
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Fuente: “Remembranza surge en Las Lagartijas”. elnorte.ec. Diario El Norte, 29 de agosto de 2024. Consultado el 31 de agosto de 2024. Foto © 2024 Diario El Norte.