El Teatro Bolívar

El Teatro Bolívar, ícono cultural y patrimonial de la ciudad de Otavalo, cumplió 100 años de existencia. En 1918 fue construido, inicialmente como un galpón, por Segundo Miguel y Tomás Abel Pinto, propietarios del terreno. El estreno se lo realizó con la obra de drama “El Recluta”, evento que fue organizado por la Sociedad Artística de Otavalo.

El escritor Álvaro San Félix, en su obra “Monografía de Otavalo”, tomo II, registró aquel suceso histórico como un hito en el quehacer sociocultural de la urbe. En la publicación también refiere que desde 1939, gracias a la visión de un ciudadano alemán, comenzaron proyecciones de películas. En 1945 el sitio fue afectado por un incendio. La reconstrucción duró tres años y fue reabierto en el año 1948 con la proyección de la película “Simbad el Marino”.

FOTO © 2017 Francisco Espinoza

Desde entonces, el inmueble fue el escenario para la realización de diferentes actividades culturales, especialmente, para la difusión del séptimo arte, el cine, con películas que han sido el deleite de varias generaciones de otavaleños.

Sin embargo, con el paso del tiempo el edificio fue deteriorándose hasta permanecer sin uso por varios años. El edificio, que fue propiedad de la familia Pinto Mancheno fue adquirido por el Municipio de Otavalo.

Rehabilitación

En la primera fase de adecuación se invirtieron USD 100 000. Sin embargo, el deterioro de la edificación continuó. La Municipalidad pagó USD 475.000 por el inmueble y se dio comienzo a la primera fase de la rehabilitación de este sitio patrimonial del país.

Según la ficha arquitectónica del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural, Según la ficha arquitectónica del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural, la fachada mantiene una influencia ecléctica con variada ornamentación. En el interior resaltan los arcos de medio punto y arcos deprimidos. También la arquería lombarda, blasones, enmarcamientos vanos, entre otros.

FOTO © 2017 Francisco Espinoza

La restauración del Teatro se realizó respetando las técnicas antiguas con las que se construyó este ícono arquitectónico.

Durante el trabajo se conservaron los colores originales en la fachada y ambientes interiores, para mantener los detalles propios.  Igualmente se conservó el diseño primario de los camerinos y las boleterías. Sin embargo, uno de los cambios mayores se realizó en el cielo raso, en el cual se instaló gypsum en reemplazo del carrizo, barro y paja que constituían el tumbado original. La iluminación fue modernizada.

El Teatro Bolívar, situado en las calles Bolívar y Abdón Calderón, en el centro de la urbe, está distribuido en tres espacios: luneta, preferencia y galería. Tiene capacidad para 430 personas. 

Con esta estructura renovada se busca revitalizar, difundir y fortalecer la identidad y diversidad cultural del pueblo otavaleño. La idea es potenciar las diferentes expresiones escénicas y musicales, Por esta razón, su reapertura se realizó con la denominada Noche de la Otavaleñidad, durante las Fiestas del Yamor.


Fuente: Rosales, José Luis. “El Teatro Bolívar conjuga técnicas ancestrales con contemporáneas”. Diario EL COMERCIO, 28 de octubre de 2017. elcomercio.ec. Web. 2 de mayo de 2020.

Anahí Pérez

Después del nacimiento, la edad de los tres años es considerado como el paso hacia la niñez. Es la etapa de la socialización y desarrollo motor. En esta edad los niños hacen las preguntas difíciles y quieren conocer las razones, “pero, por qué el cielo es azul…?” El lenguaje aparece como una cascada imparable de pensamientos más complejos, la imaginación y la creación comienzan a materializarse, la melodía comienza a tomar forma. 

En este período evolutivo, Anahí Pérez recuerda haber iniciado su carrera artística. Ella es una solista nacida de padres otavaleños en plenas fiestas del Yamor, un 8 de septiembre de 2007. Un augurio auspicioso para esta cantante que va avanzando por la vida de la interpretación.

Ella recuerda haber comenzado a cantar en las fiestas familiares y desde ahí abrirse paso hacia escenarios más amplios: escuela, eventos, concursos. Su primer profesor de canto fue el señor Mario González y bajo su dirección participó por primera vez en un concurso en la ciudad de Nono, cuando recién cumplía los cinco años de edad…

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Murales

El arte para Juan Carlos Guaján es apasionante, tanto así que tuvo que dejar el colegio para dedicarse completamente al muralismo. Es otavaleño y apenas tiene 19 años de edad. En 2019 cursaba el quinto año en el colegio, pero tuvo que retirarse. Aunque no tiene ayuda económica por parte de su familia, aseguró que lo importante es que cuenta con el apoyo motivacional.

Desde pequeño, contó que la pintura siempre le llamó la atención, que en vez de salir a hacer deporte en la hora del receso durante las clases, se dedicaba a pintar.

Juan no tiene mucho tiempo dedicándose a este arte, pero la firma que escogió para marcar sus murales es Alik, palabra kichwa que significa ‘buen comienzo’. Sin embargo, ha sido reconocido por las obras artísticas que ha elaborado en los alrededores de la plaza de los Ponchos, específicamente en la vereda.

Otro reconocido artista otavaleño es Jonathan Terreros, quien felicitó a Juan por su trabajo. “Mi buen amigo es un artista empírico emergente otavaleño que tanto admiro. A su corta edad ya se arriesga a usar artísticamente nuestros espacios públicos especialmente el piso, para llenarlos con su arte. Siempre estaré apoyándote y sé que llegarás demasiado lejos, Otavalo es cuna de grandes artistas”, publicó Terreros en su cuenta de Facebook.

Recorrido. Alik o Juan como se llama legalmente, es un joven de pocas palabras, que ya ha logrado llevar su arte a Bogotá, Colombia. Además, estuvo en Guayaquil, Atacames, Quito, Tulcán, Atuntaqui, Cuenca y Loja. Juan Carlos contó que en estas dos últimas ciudades el arte es más reconocido.

“Todavía no tengo esa motivación de ser el mejor artista porque siento que me falta mucho, aunque algunas personas me reconocen”.

Comentó también que pronto tendrá un mural con su propia firma en algún lugar de Otavalo. Su objetivo es llegar a Corea, pero con la emergencia mundial del coronavirus el viaje aún está pendiente.

Ya es tradición. Alik llega cada sábado a las plaza de los Ponchos a usar artísticamente los espacios. Los fines de semana demuestra la cultura indígena a través del arte. “Cada obra hace referencia a nuestra tierra, a la identidad cultural de los indígenas”, dijo.


Fuente: «Un otavaleño recorre las ciudades para dejar su arte». elnorte.com.ec. Diario EL NORTE, 16 de marzo de 2020. Web. 21 de marzo de 2020.

Centro Cultural Arte Wasi

Las vasijas de barro y las tulpas o fogones son los elementos que más le agrada plasmar a César Campuez. En su natal San Pablo de Lago, en Otavalo (Imbabura), con el apoyo de sus padres y hermanos, este artista autodidacta, de 36 años de edad, abrió el Centro Cultural Arte Wasi. Los visitantes de este lugar turístico deben conocer que no solo hay atractivos, como el centro lacustre o deliciosa comida, sino también expresiones artísticas.

Por eso, en la antigua casa familiar, de paredes de adobe y techo de teja, montó esta especie de galería para resaltar la identidad cultural de la zona. La vivienda pertenecía a su abuela María Bartola Fonte. La matrona preparaba chicha de maíz, por lo que su casa era un paso obligado para las comunidades indígenas kayambi. Es uno de los recuerdos que atesora Campuez. Por eso optó por conservar el inmueble y darle este valor agregado.

En la cocina se conserva la tulpa, vasijas, bateas e instaló sus obras. En tanto, nueve murales, la mayoría inspirados en íconos indígenas, resaltan en los muros internos y externos. En la elaboración de estas obras de gran formato colaboraron varios artistas. En la fachada, el otavaleño Juan Terreros retrató a María Esperanza Pavón, madre de Campuez. En la composición, la mujer luce un sombrero chemise, modelo preferido por los kayambis. Mientras, sus manos sostienen una mazorca de maíz. En los espacios interiores, en cambio, también hay cuadros que exponen estudiantes del Instituto Daniel Reyes, de San Antonio de Ibarra. Uno de ellos representa al ritual indígena de la limpieza con cuy, de autoría de Juan Burga.

Campuez expone un retrato de la líder indígena Tránsito Amaguaña, que lo esbozó en el interior de una chacana. Amaguaña fue una activista indigenista ecuatoriana que vivió entre 1909 y el 2009. Arte Wasi atrae a estudiantes de colegios y universidades. El domingo último, 31 chicos de la carrera de Turismo de la Escuela Politécnica del Ejército visitaron el centro. El itinerario incluyó pintura, música y danza tradicional.


Fuente: Rosales, José Luis. «En el Centro Cultural Arte Wasi se resalta la identidad kichwa». elcomercio.com. Diario El Comercio, 13 de marzo de 2020. Web. 21 de marzo de 2020.