El cementerio Samashunchik

El cementerio indígena Samashunchik (Descanse en Paz, en español), del cantón Otavalo, es el primero de la provincia de Imbabura que cerró sus puertas a las visitas. Desde este martes 27 de octubre del 2020, hasta el 4 de noviembre próximo no está permitido el ingreso de personas a propósito del Día de los Difuntos. Así lo resolvió la directiva de la Unión de Organizaciones Indígenas del Cantón Otavalo (Unorico), que administra este camposanto del norte de Ecuador, para cumplir con la resolución que aprobó el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) cantonal.

Con ello se busca evitar la aglomeración de personas, como una medida para evitar la expansión del covid-19. El COE nacional exhortó a los 221 municipios del país para que cierren los cementerios del 30 de octubre al 3 de noviembre. La restricción es para las visitas durante el feriado que se extenderá del 31 de octubre al 3 de noviembre.

Al otro extremo del cementerio Samashunchik funciona el camposanto Jardín de Oración, también conocido como cementerio de los mestizos. Están separados por una pared. Ese panteón cerrará sus puertas del 31 de octubre al 3 de noviembre.

El camposanto abrirá sus puertas solo en caso de sepelios. Marcelo Burbano, secretario del COE cantonal de Otavalo, explica que la restricción es solo para visitas. Sí están permitidos los sepelios. Pero, si el deceso es por covid-19 podrán asistir un máximo de cinco personas. Si es por otra causa, podrán acudir hasta 30 deudos.

Según Luis Guamán, presidente de la Unorico, esta es la primera vez en la historia que no se permitirá el ingreso de familiares y amigos al cementerio, durante el Día de los Muertos. De acuerdo a la tradición de los kichwas de Otavalo, los lunes y jueves son los días propicios para visitar las tumbas. Los familiares de los difuntos acostumbran a llevar envases con la comida y frutas favoritas del fallecido y compartirlas con los asistentes.

Pero, ante la pandemia se está limitando esta costumbre, que se desarrolla especialmente en los primeros días de noviembre. Según Guamán, se recomendó a los dirigentes de las 68 comunidades que conforman la Unorico que por esta vez realicen ceremonias de recordación de los difuntos en sus casas. En el resto de cantones de Imbabura como Ibarra, Antonio Ante, Cotacachi, Pimampiro y Urcuquí los cementerios se cerrarán de acuerdo a las disposiciones del COE nacional.

Fuente: «El cementerio indígena de Otavalo, en Imbabura, no recibirá visitas durante nueve días». Diario EL COMERCIO, 27 de octubre de 2020. elcomercio.com. Web. 17 de noviembre de 2020.

Costumbre del Día de Difuntos

Comer frente a la tumba de un ser querido es una costumbre que mantiene la comunidad indígena durante el Día de Difuntos. Antes de ingresar al cementerio más de 100 comerciantes ofrecen sus productos como frutas, arreglos florales y comida. De acuerdo a la tradición, la comida que llevan al cementerio es la que más degustaba el difunto.

Aquí Carlos Vinueza, vestido de blanco con su traje indígena hacía sonar sus instrumentos musicales: la guitarra, requinto y el rondador. Es de San Roque, pero contó que aquí en Otavalo y en Cotacachi es donde más solicitan su presencia para cantar a las almas.

Con este, ya son tres años que se dedica a tocar en el cementerio. “Yo canto para las almitas, difuntitos, a veces una música sentimental, otros piden música alegre con el ritmo kichwa”. Carlos dijo a la final son tres cosas que no le hace falta para tocar en el cementerio, él, la guitarra y el rondador.

Estos dos instrumentos los fusiona al mismo tiempo. A cambio de esta labor, recibe dinero pero dependiendo de la voluntad de las personas.

“Aquí son más dedicados a este tipo de costumbres. En cambio en mi comunidad no lo aprecian mucho”, aseguró Carlos.

Alimentos. Hermelinda Cando tiene en el cementerio a su papá, mamá, hermana y sobrina. Es de La Compañía y recuerda que a la familia que está enterrada le gustaba comer fréjol y tostado, pero ayer solo pudo llevarles fréjol con arroz.

Algunos se quedan hasta el mediodía, es decir llegan, rezan, comen y se regresan a sus hogares, es así como hizo Hermelinda.

Y mientras se escuchó un rezo, María Rosa Males comentó que aquí está enterrada su hija e hijo, “venimos a verles”. Aunque la visita no es solo por el Día de los Difuntos, sino que cada mes Rosa hace lo mismo con su familia.

“Cuando estamos vivos siempre comemos, pero cuando ya nos morimos lo dejamos de hacer. En los sueños ellos siempre vienen y me dicen mami tengo hambre, cuándo va a venir”.

Arroz con pollo y camarón era uno de los platos preferido de sus hijos. Rosa dice además, que no dejaban de comer el nabo con tostado, o poroto.

Sin embargo, ayer llevó al cementerio poroto con berro y tostado. “Esto repartimos entre familia y también tengo que darle al público”, mencionó.

Indicó también que cuando terminan de comer ya vuelven a sus casas, ya que hoy y mañana debe salir a trabajar.

Sobre las tumbas. Llevar frutas también es parte del rito indígena, mientras comía la familia de Carmela Farinango las frutas permanecían sobre la tumba de su abuelita. Vive en el Oriente pero aprovechó el feriado para visitar a su familia e ir al cementerio.

A su abuelita siempre le gustó comer pescado, aguacate, “venimos sin desayunar para comer aquí”. Estos mismos alimentos llevaron ayer, pero también arroz con papas y menestra de pepa de sambo. Luego de comer ya estaban listos para rezar también.

Luis Alberto Guamán, presidente de la organización del cementerio indígena, señaló que el lunes se prevé hacer una segunda minga con todos lo vendedores.

Además, añadió que la gente siempre está visitando los lunes y jueves a su ser querido con la comida favorita. Alrededor de 12 mil visitantes se espera tener en estos días.


Fuente: Bravo Piñeiros, Melissa. «Los indígenas cantan, comen y rezan en las tumbas de los difuntos». elnortne.ec. 2 de noviembre de 2019. Web. 20 de noviembre de 2019.