Vestigios ancestrales de las culturas aimara, de Bolivia; quichua, de Perú; y Otavalo, de Ecuador, revelan que están vinculadas por una pieza indumentaria, cuyo uso se ha extendido hasta la actualidad. Se trata del poncho, un elemento que en Ecuador cuenta por sí solo la historia del otavaleño, reseña el portal eltiempo.com.ec. La tradicional pieza que usan los habitantes de Otavalo consta de dos caras, cada una con su respectivo color y diseño. El más reconocido es el lado azul y un secundario con colores claros y figuras cuadriculadas.
Con un “Ali pacha”, que significa todo bien, el otavaleño Luis Vega recibe a quienes lo visitan en su puesto de venta de artesanías, señala el portal.
Él explica que los ponchos confeccionados con colores oscuros son utilizados por “los hombres serios”, es decir, aquellos que están casados o comprometidos. Mientras que usar uno de colores vivos es sinónimo de juventud y soltería.
Según le relataron sus abuelos, el poncho de Otavalo, azul de un lado y de colores claros y figuras cuadriculadas del otro, significa la dualidad del universo, “lo bueno y lo malo”, dijo.
César Morales, quien trabaja con su esposa en la plaza de San Francisco vendiendo artesanías y prendas de vestir, entre ellas los ponchos, explicó que para conseguir este proceso se corta la lana a la oveja y se lava en el río; luego de secarse a la intemperie y quedar de color blanco, en un torno se enrolla conformando un hilo. Con dos paletas se carda o afloja para proceder a cepillar y después confeccionar.
Morales dice que vestir el tradicional poncho de dos caras puede llegar a costar 320 dólares y “no cualquiera puede usarlo en cualquier situación”. Este se usa en compromisos especiales y en eventos importantes. La vestimenta interior consiste en un pantalón blanco, camisa blanca y alpargatas. Para cubrir la cabeza, el sombrero negro, como señal de luto.
En cambio, Mercedes Albarrán Yamberla, de 70 años, recordó que antes de llegar de Cuenca hace 45 años todavía tejía ponchos, bayetas, fajas, chalinas y otros artículos.
En el caso del poncho azul marino se teñía con el “tinturado en el baño” con montes, mientras que los colores lacre, habano y chocolate se conseguían con el nogal.
Reveló que esta indumentaria ya no se vende, pues “en el mismo Otavalo se está perdiendo esta costumbre”.
Raúl Cabrera, artesano e investigador, aseguró que el poncho otavaleño es una mezcla de culturas y tradiciones que devienen de antes de la época española y tiene vínculos entre las culturas otavalo, aimara, quichua y posiblemente de la cultura nazca, con diseños muy parecidos.
Existe un pueblo que aún mantiene el uso del poncho con idénticas características al de Otavalo. Son los habitantes de la isla de Taquile, en Perú. La única diferencia es que ellos utilizan el pantalón y la camisa de color negro.
Los artesanos de la zona tejen ponchos con pedidos para extranjeros. En países como Estados Unidos y Europa esa pieza de origen ecuatoriano se exhibe en viviendas y en ocasiones la usan los foráneos.
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Fuente: “Poncho otavaleño, mezcla de culturas y tradiciones”. Diario El Universo, 27 de febrero de 2017. eluniverso.com. Consultado el 8 de abril de 2019.