Armando Rosero

Mientras curioseaba una librería me llamó la atención el título de un libro, «The Swimmer» (El nadador), escrito por el autor estadounidense John Cheever y publicado en 1964. No es una historia basada en alguna hazaña deportiva sino una narración de la aceptación gradual de un hombre acerca de una verdad que él evita enfrentar: que su vida está en ruinas. La trama utiliza las piscinas de agua temperada de un vecindario de clase alta, de ahí el título.

Al leerlo recordaba a los nadadores en las Fiestas del Yamor y la prueba clásica, la Travesía del Lago San Pablo. Nos valemos de esta introducción para presentar a un destacado deportista otavaleño, Armando Rosero.

Foto © Armando Rosero.

El es el tercer hijo de una familia de doce hermanos. Sus padres son don José Antonio Rosero y doña Juanita María Pineda. Don José Antonio Rosero es muy recordado por su talento musical. Formó parte de un trío formado con Carlos Pineda y Pedro Pineda. Su calidad musical era muy apreciada  e intervenían en todas las reuniones familiares donde exponían su talento artístico.

El primogénito de este matrimonio, Jorge, heredó la música y fue el ganador del trofeo “Gallo de Oro” que era otorgado por la Radio “Otavalo” en el concurso de música nacional. Byron, el “Doctor de la Rockola” es otro miembro de la familia dedicado a la música nacional quien tiene una larga trayectoria en Europa. Jaime, el hermano menor de Armando, es un nadador que participó constantemente en la travesía del lago San Pablo.

Armando Rosero, el deportista de la familia, nació el 18 de febrero de 1956 en Otavalo. Aprendió a nadar a los 9 años en la piscina “Amarila”, una antigua piscina de aguas termales. Sin instructor, a propio esfuerzo, con sustos incluídos, dio las brazadas ahí, luego  “más arribita” en la piscina “Las Lagartijas”. Después se aventuró en la piscina “El Neptuno” para desarrollar sus aptitudes natatorias. 

Estudió en la escuela primaria “José Martí”, su profesor fue el señor Vega, de Cotacachi. Recuerda también al profesor Raúl Maya. Hizo de la natación su deporte preferido y alguna vez soñó que podía intentar el cruce al lago San Pablo. En ese entonces, los nadadores conocidos en Otavalo eran los hermanos Quilumba, Mario Proaño y Darío Acosta. Este último luego se desempeñó como entrenador del equipo de natación de la Liga Deportiva Cantonal de Otavalo.

De izquierda a derecha, en cuclillas: Graciano Haro, Marco Silva y Mesías Núñez. Detrás: atrás Jimmy Hernandez, José Keysi, Raúl Ojeda, Armando Rosero y Pablo Castillo. Foto © Jimmy Hernández.

Luego fue a Quito y estudió en el Colegio “Montúfar”. En la capital pudo entrenar bajo el mando de Luis Valencia, un conocido referente de la natación en Pichincha. Dio el gran paso y se inscribió para participar en la travesía del Lago San Pablo, una actividad que la realizó por once años. Diez años representó a Otavalo o Imbabura y un año como representante de la provincia de Pichincha. En el año 1976 no pudo participar debido a la conscripción obligatoria que regía en esa época.

De izquierda a derecha, sentados primera fila: Armando Rosero y Germán Dávila. Detrás: Raúl Ojeda, Andrés Quilumba, Mesías Núñez, Anasol Larrea, NN, Tatiana Moreno, Digna Meza y Alfonso Moreno. Atrás: Marco Silva, José Keysi, y Alfonso Padilla. Parados detrás: Fernando Pazmiño, Jimmy Hernandez, Pablo Castillo y Graciano Haro. Foto © Jimmy Hernández.

Un poco de historia de la travesía del Lago San Pablo
El año 1940 es registrado como el inicio oficial de la primera edición de la travesía al lago San Pablo. El primer ganador fue Jaime Gordón, representante de la provincia de Pichincha quien fijó el cronómetro en una hora y 58 minutos (1h 58m). En las siguientes travesías el tiempo de los ganadores fue bajando progresivamente: 1h 09m en la edición V (año 1966), cuyo ganador fue Julio Arellano, de la provincia del Guayas. Se veía la barrera de la hora como un objetivo difícil de batir.

Sin embargo, el siguiente año, 1967, Iván Coronado (13 años, representante de Pichincha) se hizo acreedor al triunfo con un tiempo de 59 minutos y 55 segundos, en la que sería la primera de sus cinco victorias. En su última competencia en 1972 estableció el record de 51 minutos exactos. Si antes se veía los 60 minutos como una barrera, los 50 minutos eran considerados algo extremo.

En la edición XII (año 1973), por primera vez ganó la travesía una nadadora, María Gloria Espinosa, con el tiempo de 56: 47. En el puesto cuarto llegó Armando Rosero con un tiempo de 1h 9m 2s por delante de una niña de 11 años, Alexandra Viteri, quien llegó en el quinto puesto.

En la edición XIII (año 1974), un destacado nadador de Quito, José Luis Yépez, rebasó esa frontera natural y estableció el record de la competencia. Se supuso entonces que esta era una marca rigurosa que sería difícil de batir. José Luis Yépez era un atleta élite que representó a Ecuador en los Juegos Panamericanos en la Ciudad de México. En esta competencia participaron otros dos nadadores del equipo nacional: Diego Quiroga y Enrique Ledesma, otorgando a la travesía una categoría de mayor nivel.

El profesor Neftalí Mena entregando el trofeo a Armando Rosero. Foto © Armando Rosero.

En este año, el equipo de natación de la provincia de Imbabura se preparaba para competir en los Juegos Nacionales que se realizarían en la ciudad de Quito. El equipo era entrenado por un voluntario estadounidense del Cuerpo de Paz, José L. Keysi. Tres otavaleños estaban en la selección: Luis Alajo, Jimmy Hernández y Armando Rosero. Armando Rosero ocupó el cuarto puesto con un tiempo de 1h 02m y 29s, Alexandra Viteri llegó en el puesto séptimo, Jimmy Hernández llegó en el puesto noveno y Luis Alajo ocupó el puesto décimo segundo. El ganador fue José Luis Yépez, quien impuso el nuevo récord de 49m y 50s. Participaron 27 nadadores, diez de ellos se retiraron y en el puesto 17 llegó un indígena otavaleño, José María Males con el tiempo de 1h 57m y 33 segundos. En esta competencia, Hugo Jama, el nadador de la provincia de Los Ríos que había participado contínuamente, anunció el despido definitivo en esta prueba deportiva.

Una nota del periódico El Comercio titula la competencia de este año como la más técnica por: 1) haberse impuesto el record absoluto de la prueba, 2) porque el record de la provincia del Guayas fue mejorado y, 3) porque Armando Rosero batió el record de los nadadores de la provincia de Imbabura.

Foto © Armando Rosero, año 1981.

La travesía del año 1975
En esta comptencia se anunció que participaría Alexandra Viteri (13 años), la promesa de la natación nacional e integrante del equipo nacional de natación para los Juegos Panamericanos.

Al momento de la partida Armando distinguió la figura de Alexandra Viteri en el centro y cuando escuchó el silbido de la partida nadó vigorosamente hasta comprobar que nadie había delante suyo, Jimmy Hernández se pegó a su lado. Desde el bote del entrenador escuchaban los gritos «pique, pique!» Ir en la primera posición tenía la ventaja de ser orientado por el bote y ya no había necesidad de detenerse para mirar el lechero de Reyloma, que solía servir como referencia. Siguió nadando pero pronto vio el bote que acompañaba a Alexandra Viteri ponerse a su lado y luego adelantarse poco a poco. Por más esfuerzo que Armando ponía en su brazadas, el ritmo de la nadadora no disminuía. Detrás de ellos venía un grupo pequeño de nadadores locales. Ellos se disputarían el podio.

Foto © Armando Rosero.

A mitad de la competencia vio el muelle y la distancia entre la nadadora e intuyó que ella ganaría la competencia. Aceleró el ritmo de sus brazadas para desprenderse de quienes le seguían muy cerca y llegó a la meta muy agotado. A pesar de su esfuerzo, fueron siete minutos de diferencia entre el primer lugar y el segundo. Fue una hora de diferencia entre la ganadora y el puesto décimo tercero. Los tiempos obtenidos los ponemos a continuación: (Entonces había una sola categoría sin distinción de edad o género).

Primer puesto: Alexandra Viteri, Pichincha, 57:00 minutos
Segundo Puesto: Armando Rosero, Otavalo, 1.04:29
Tercer Puesto: Jimmy Hernández, Otavalo, 1.05:50
Cuarto Puesto: Marco Silva, Imbabura, 1.08:00
Puesto Quinto: Raúl Ojeda, Imbabura, 1.13:25
Puesto Sexto: Félix Casquete, Los Ríos, 1:17:00
Puesto Séptimo: Miguel Barriga, Pichincha, 1:17:02
Puesto Octavo: Pablo Waperna, Nuevos Horizontes, 1:19:00
Puesto Noveno: Luis Alajo, Otavalo, 1.25:09
Puesto Décimo: Clelio Barriga, Pichincha, 1:27:23

Izquierda a derecha: Darío Acosta (Entrenador), Diego Miranda, Marco Silva, Jimmy Hernández, Armando Rosero, Vicente Lucero, Luis Alajo. FOTO © Jimmy Hernández

Hay un recorte de un periódico de la época que resumía los diez mejores tiempos de la competencia y Armando Rosero ocupaba la novena posición, la mejor entre los nadadores de la provincia de Imbabura. Hizo la mejor marca entre los nadadores otavaleños, bajando el tiempo que ostentaba Andrés Quilumba. El año siguiente debió hacer la conscripción y no participó. En 1982 fue su última participación. Los mejores resultados obtenidos por Armando Rosero fueron:
Año 1971, sexto puesto.
Año 1972, tercer puesto.
Año 1973, cuarto puesto.
Año 1974, cuarto puesto.
Año 1975, segundo puesto.

Foto © Armando Rosero.

En los Juegos Nacionales celebrados en Quito, Armando Rosero participó en las competencias de 100, 200, 400, 800 y 1500 metros estilo libre, además integró los relevos 4 x 100 y 4 x 200 de estilo libre. En ambas competencias el equipo imbabureño ocupó el cuarto lugar. Los relevos lo integraban Armando Rosero y Jimmy Hernández de Otavalo y Raúl Ojeda, Marco Silva, Mesías Núñez y Graciano Haro.

Foto © Armando Rosero.
Foto © Armando Rosero.

Además de la travesía al lago San Pablo, participó en la travesía al lago Yahuarcocha y una competencia en el rio Quevedo. Su actividad deportiva fue reconocida a nivel local por la Liga Deportiva Cantonal de Otavalo y la Federación Deportiva de Imbabura. Fue designado el Mejor Nadador de la Provincia de Imbabura en 1974.

Foto © Armando Rosero.

Es obligación mantener la memoria de la gente que defendió los colores de la ciudad en cualquier actividad. Nos place enormemente dejar constancia de el sacrificio silencioso de un deportista que a pesar de haber sido invitado a representar a Pichincha, él siempre escogió participar bajo el nombre de Otavalo. Bajo la imagen de un gran deportista, descubrimos a una persona afable que aportó prontamente a nuestros requerimientos. Felicidades campeón!

___________
Fuente: Rosero Pineda, Armando. Comunicación personal, 23 de febrero de 2023.
Los tiempos citados han sido tomados de «50 años. Travesía al Lago San Pablo».