Paúl Hinojosa

Músico, futbolísta, entrenador y padre de familia, son entre otras sus facetas. La discapacidad física, no ha sido un inconveniente para convertirse en un modelo de superación. “La única discapacidad en la vida es una mala actitud”. La frase la dijo Scott Hamilton, saxofonista estadounidense de jazz, que identifica a Paúl Hinojosa.

Ese ejemplo, Paúl, lo demuestra dentro del rectángulo de juego, donde es parte del club Otavalo FC de la Liga barrial ‘Valle del Amanecer’. Ahí juega como zaguero central o volante de marca, una posición de la que se necesita mucha fuerza y sacrificio.

FOTO © 2019 Diario EL NORTE

Sus palabras. “Estoy metido en el fútbol desde que tengo uso de razón”, dice con la naturalidad del caso, el jugador de 25 años de edad. Y no es para menos, su padre Rodrigo, sus hermanos mayores Diego e Iván, son tres referentes del fútbol amateur, profesional y barrial en el cantón.

Experiencia. Paúl fue parte de la selección ecuatoriana de fútbol que clasificó a la Copa Mundial Unificada de Olimpiadas Especiales en 2018.

El fútbol es su pasión, por eso vive y siente este deporte como el que más. Actualmente es el DT encargado del popular club barrial San Sebastián que juega en la Liga barrial San Luis de Otavalo. “No se me han cruzado los partidos, primero juego con el Otavalo, luegome cambio y paso al San Sebastián”, dice entre risas.

En lo personal. Paúl también es ejemplo en su trabajo. Es funcionario del Ministerio de Salud Pública en el distrito 10D02. Él, está encargado de manejar la estadística de los pacientes del centro de salud en Atuntaqui. Su hija María Paula de 4 años, es el motor de su vida y quien lo motiva a seguir venciendo las barreras que se le presentan.


Fuente: «Paúl Hinojosa, siguió con la tradición familiar forjando su nombre en el fútbol de Otavalo. Su discapacidad no ha sido limitante.» Diario EL NORTE, 23 de abril de 2019. elnorte.ec. Web. 5 de mayo de 2020.

El Teatro Bolívar

El Teatro Bolívar, ícono cultural y patrimonial de la ciudad de Otavalo, cumplió 100 años de existencia. En 1918 fue construido, inicialmente como un galpón, por Segundo Miguel y Tomás Abel Pinto, propietarios del terreno. El estreno se lo realizó con la obra de drama “El Recluta”, evento que fue organizado por la Sociedad Artística de Otavalo.

El escritor Álvaro San Félix, en su obra “Monografía de Otavalo”, tomo II, registró aquel suceso histórico como un hito en el quehacer sociocultural de la urbe. En la publicación también refiere que desde 1939, gracias a la visión de un ciudadano alemán, comenzaron proyecciones de películas. En 1945 el sitio fue afectado por un incendio. La reconstrucción duró tres años y fue reabierto en el año 1948 con la proyección de la película “Simbad el Marino”.

FOTO © 2017 Francisco Espinoza

Desde entonces, el inmueble fue el escenario para la realización de diferentes actividades culturales, especialmente, para la difusión del séptimo arte, el cine, con películas que han sido el deleite de varias generaciones de otavaleños.

Sin embargo, con el paso del tiempo el edificio fue deteriorándose hasta permanecer sin uso por varios años. El edificio, que fue propiedad de la familia Pinto Mancheno fue adquirido por el Municipio de Otavalo.

Rehabilitación

En la primera fase de adecuación se invirtieron USD 100 000. Sin embargo, el deterioro de la edificación continuó. La Municipalidad pagó USD 475.000 por el inmueble y se dio comienzo a la primera fase de la rehabilitación de este sitio patrimonial del país.

Según la ficha arquitectónica del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural, Según la ficha arquitectónica del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural, la fachada mantiene una influencia ecléctica con variada ornamentación. En el interior resaltan los arcos de medio punto y arcos deprimidos. También la arquería lombarda, blasones, enmarcamientos vanos, entre otros.

FOTO © 2017 Francisco Espinoza

La restauración del Teatro se realizó respetando las técnicas antiguas con las que se construyó este ícono arquitectónico.

Durante el trabajo se conservaron los colores originales en la fachada y ambientes interiores, para mantener los detalles propios.  Igualmente se conservó el diseño primario de los camerinos y las boleterías. Sin embargo, uno de los cambios mayores se realizó en el cielo raso, en el cual se instaló gypsum en reemplazo del carrizo, barro y paja que constituían el tumbado original. La iluminación fue modernizada.

El Teatro Bolívar, situado en las calles Bolívar y Abdón Calderón, en el centro de la urbe, está distribuido en tres espacios: luneta, preferencia y galería. Tiene capacidad para 430 personas. 

Con esta estructura renovada se busca revitalizar, difundir y fortalecer la identidad y diversidad cultural del pueblo otavaleño. La idea es potenciar las diferentes expresiones escénicas y musicales, Por esta razón, su reapertura se realizó con la denominada Noche de la Otavaleñidad, durante las Fiestas del Yamor.


Fuente: Rosales, José Luis. “El Teatro Bolívar conjuga técnicas ancestrales con contemporáneas”. Diario EL COMERCIO, 28 de octubre de 2017. elcomercio.ec. Web. 2 de mayo de 2020.