Cuando Juan Gabriel visitó nuestro hermoso valle

𝐸𝑠𝑐𝑟𝑖𝑡𝑜 𝑝𝑜𝑟 𝐽𝑎𝑖𝑚𝑒 𝑁𝑢́𝑛̃𝑒𝑧 𝐺𝑎𝑟𝑐𝑒́𝑠

Tras el inesperado y sorpresivo deceso del gran “divo de Juárez”, acaecido en la mañana del 28 de agosto del 2016, el impacto mediático consecuente ha sido tal que la prensa desde sus diferentes fuentes, persiste en proporcionarnos información real o en algunos casos imaginaria, esta última, cuando afirman que está vivito y coleando o que no estaba muerto… andaba de parranda.

A excepción de Rosa y Pablo (quinto hijo, único sobreviviente del matrimonio formado por los campesinos Gabriel Aguilera y Victoria Valadez), todos los hermanos han fallecido por infarto: Virginia, José, Guadalupe, Gabriel, Miguel; tres a quienes pusieron por nombre Rafael, también han muerto; a Victoria, la madre, también le falló el corazón. Alberto, el último vástago, permanecerá por siempre en la memoria de sus seguidores a través de las múltiples canciones que él creó.

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Nunca me fui de Otavalo

Una voz dulce se desprende de Dorys Rueda mientras narra su niñez en la ciudad de Otavalo. Con nostalgia recuerda que su querida ciudad fue la cuna donde se inició en la lectura. Sus padres Ángel Rueda, otavaleño y su madre María Angelita Rodríguez, quiteña, llenaron su mundo infantil con leyendas de las dos ciudades, algo que marcó la vida de Dorys, quien actualmente, reside en Quito.

Foto © 2024 Diario EL NORTE.

Sus estudios primarios los cursó en la tradicional Escuela Gabriela Mistral. Al terminar la primaria, un duro cambio soporta la escritora, pues sus padres deciden enviarla a Quito para que curse la secundaria en la el Colegio Nuestra Madre de la Merced, que para aquella época era un internado.

A pesar de la distancia, Dorys atesoraba en su corazón las calles, casas, gente y paisajes de su querido Valle del Amanecer. Este sentir se resume en una frase “Nunca me fui de Otavalo”.

Sus primeras lecturas, inculcadas por sus padres, fueron del género de misterio. Siempre escribió, desde muy niña las letras esclarecieron su mundo y las palabras le dieron sentido. Su libro imprescindible es el Principito, de Antoine de Saint-Exupéry.


Los estudios universitarios y de postgrado los realizó en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, Universidad Técnica Particular de Loja y Flacso, sede argentina.

Es investigadora y docente. Tiene una licenciatura en Letras y Castellano, una maestría en Literatura Ecuatoriana e Hispanoamericana, una maestría en Literatura Infantil y Juvenil, un diplomado en Currículum y una especialización en Currículum y Prácticas Escolares en Contexto. Rueda fue profesora durante 19 años en el Colegio Los Pinos, de la ciudad de Quito, en el área de Lengua y Literatura.

Fue correctora internacional, para la Organización del Bachillerato Internacional (Cardiff, Inglaterra), por 10 años. Fue maestra de lectura comprensiva en la PUCE, por 9 años y hoy continúa como maestra de Lenguaje del Seminario Mayor San José de Quito, desde hace 10 años.


“El Mundo de la Reflexión” es el proyecto digital que desarrolla Dorys junto a su esposo Héctor Cinesros. La escritora comentó que vio la necesidad de crear una plataforma donde los estudiantes puedan encontrar información real sobre literatura.

“El objetivo fue y sigue siendo incentivar la lectura y la escritura, difundir la narratología oral del Ecuador y recoger reflexiones de alumnos y maestros sobre temas diversos”, comentó Rueda.

El sitio fue creado sin fines de lucro, cuenta con tres millones de visitas. “Es una plataforma cultural, literaria y educativa, sin fines de lucro, que próximamente cumplir 11 años”, dijo.

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Fuente: «Nunca me fui de Otavalo». elnorte.ec. Diario EL NORTE, 21 de enero de 2024. Web. 21 de enero de 2024.

Homenaje al otavaleño anónimo

Una ciudad en fiesta es una ciudad pre­dispuesta a la alegría, al bullicio y al júbilo: la banda de música encauzando la emoción; el desfile con pasos marciales, los uniformes estu­diantiles cuidadosamente preparados; la can­ción de la patria con su máximo aleteo de trom­petas y las banderas al viento en homenaje a la ciudad que se ha vestido de gala para ena­morar a sus habitantes y comprometerlos al dulce y sacrificado yugo del compromiso con la vida, el trabajo y la muerte. Más…

Accidente en el Lago San Pablo

Una niña y su abuela fallecieron en el lago San Pablo, en Otavalo, tras accidente en bote. La embarcación se habría volteado y los pasajeros cayeron al lago. En el sitio, personal del Cuerpo de Bomberos buscaba a desaparecidos.

Una mujer y su nieta murieron la tarde de este domingo, 23 de julio, en el lago San Pablo, en Otavalo (Imbabura). Sus cuerpos fueron rescatados luego de que la embarcación en la que paseaban se volteara. Seis pasajeros cayeron al agua; dos menores habrían sido rescatados y, hasta las 16:00, dos personas estarían desaparecidas.

Una visitante guayaquileña, que acudió a almorzar en un restaurante del sector, comentó que al llegar al sitio, a las 13:30, un grupo de personas intentaba resucitar a la mujer y a la pequeña. “Intentaron reanimarlas durante unos 30 minutos, pero no lo consiguieron. Un médico que estuvo con ellas confirmó, luego, que no lo lograron”, lamentó.

Sus cuerpos fueron cubiertos en el muelle del lago, mientras otras embarcaciones navegaban en busca de pasajeros desaparecidos. “No sabemos cuántas víctimas hay”, añadió la turista, quien cuestionó que a pesar de la tragedia las actividades en este sitio turístico no fueron interrumpidas.

En el sitio estuvo la policía y una ambulancia del Ministerio de Salud, y alrededor de las 15:20 llegó personal del Laboratorio de Criminalística y Medicina Legal para trasladar los cuerpos. También acudieron unidades del Cuerpo de Bomberos para continuar con las tareas de búsqueda.

En el lago San Pablo, al menos cuatro personas se han ahogado en los últimos seis años. Un adolescente de 16 años murió en noviembre del año pasado, luego de que ingresara a nadar, a la altura de la comunidad de Camuendo, sector La Playita. Personal del Cuerpo de Bomberos halló el cuerpo una hora y media después.

En mayo de 2020, el cuerpo de un joven de 21 años también fue hallado, luego de cinco días de búsqueda. Y en mayo de 2017 se encontraron los cadáveres de otros dos jóvenes, quienes estaban pescando cuando habrían sido arrastrados por fuertes vientos.

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Fuente: «Una niña y su abuela fallecieron en el lago San Pablo, en Otavalo, tras accidente en bote». eluniverso.com. Diario EL UNIVERSO, 23 de julio de 2023. Web. 23 de julio de 2023.