Proyecto Ethnica

Una propuesta musical y audiovisual incluye la producción Coplas de Nuestra Tierra. Es una nueva iniciativa del proyecto Ethnica, que desde el 2004 es desarrollada por el músico otavaleño César Maigua. El nombre deriva de etnias. Su planteamiento es adherir sonidos de instrumentos ancestrales de otros países que se asemejan a la música andina.​

Maigua nació hace 43 años en Otavalo (Imbabura). Se inclinó por la música por influencia de su padre José Antonio, quien era conocido como Rumi Tío. Cuando aún era niño, César miraba a su progenitor interpretar con maestría el requinto y la guitarra. Eso lo marcó. Desde hace 25 años reside en Japón.

Su hermano Luis fue el primero en irse del país. En esa nación asiática crearon la agrupación Sisary (Florecer). César vive en Fukuoka. Enseña música y ofrece conciertos. Comenta que fue difícil dominar el idioma y acostumbrarse a la comida. “El acento japonés es parecido al kichwa”. Una vez al año regresa al Ecuador para visitar a su madre y hermanas.

Aprovecha la visita para crear producciones. Así surgió Coplas de Nuestra Tierra, que le demandó dos años la investigación y grabaciones. Es un homenaje a los padres y abuelos que transmitieron los saberes musicales. Las coplas son expresiones con las que los descendientes del pueblo Kayambi alegran la Fiesta del Sol. Estas también las cultivan en el pueblo Karanki, en Ibarra. El intérprete buscó hermanar los estilos de los dos pueblos, cuyos ritmos se compaginan. En las tonadillas cantan al amor y a la naturaleza. También hay estrofas picarescas.

Hay coplas que se están perdiendo y que hemos vuelto a entonar, comenta Dayana Chicaiza, una de las vocalistas que colaboró en el audiovisual.Este se estrenó en redes sociales el 7 de febrero último. Fue un trabajo minucioso, dice Edison Arellano, de Creative Roots. Por ahora, Maigua trabaja en otro plan de Ethnica. Viajó a la India, Camboya, Tailandia, Tíbet, en donde considera predominan los ritmos propios. Ese periplo le ayudó a concebir una unión de instrumentos étnicos. Uno de ellos es el bansuri, una flauta de la India.


Fuente: Rosales, José Luis. «Ethnica une instrumentos de los Andes y de otras latitudes». elcomercio.com. 14 de febrero de 2020. Web. 16 de febrero de 2020.

La Fundación Manos Amigas

Con mucho entusiasmo y con una expresión de agradecimiento en sus rostros, los abuelitos de la Fundación Manos Amigas recibieron lentes, andadores y sillas de ruedas. Luego de ser parte de unos exámenes y mediante un convenio con Óptica Visión 2020 de Otavalo, los adultos mayores fueron beneficiados de estas ayudas técnicas.

Marcela Flores Albuja, administradora de la Fundación Manos Amigas, explicó que iniciaron el año con actividades positivas en beneficio de los abuelitos.

Hace unas semanas se realizó un convenio con la Óptica Visión 2020, quienes también se encargaron del examen visual. Como resultado y según la administradora, del 100 % de los abuelitos, el 60 % recibió lentes, mientras que el 40 % debe hacerse cirugías de cataratas.

De la misma forma para las sillas de ruedas la fundación tuvo un acercamiento para firmar un convenio con la Curia. Un total de siete sillas de ruedas y un andador fueron donados a los abuelitos.

Con el proyecto que la fundación tiene con el Ministerio de Inclusión Económica y Social, MIES, atienden a 60 adultos mayores, 30 en el sector urbano y 30 en el rural.

Flores señaló que al mediodía también cuentan con 40 abuelitos, por lo que la atención sería para un total de 100 adultos mayores de escasos recursos económicos. Estas personas reciben la alimentación tres veces al día.

Asimismo existe un convenio con el Ministerio de Salud, MSP, donde se coordina con una nutricionista para la elaboración de los menús.

Mauricio Córdoba es optometrista de Óptica Visión 2020, mencionó que los lentes ayudará a mejorar un poco, el estilo de vida de cada abuelito que recibió esta ayuda. Añadió también que por la edad y condición física, hay muchos abuelitos que tienen problemas avanzados como cataratas y terigios que necesitan otros procedimientos quirúrgicos. Alrededor de 60 abuelitos se sometieron al examen visual y 25 recibieron las ayudas.

Entre las actividades para este año está una casa abierta. Además, la administradora agregó que tienen la intención de cumplir con el sueño y entregar a la ciudadanía los folletos de las anécdotas de los abuelitos, ya que cuentan con el fundador de la Banda Municipal; el primer carpintero y otros adultos que han trabajado en el inicio de la construcción de la Panamericana.


Fuente: Bravo Piñeiros, Melissa. «Una fundación mejora el estilo del adulto mayor en Otavalo». elnorte.ec. 11 de febrero de 2020. Web. 17 de febrero de 2020.

El Inti Rap Fest

Ruidos del Sótano, llamado como la plaza del hip hop, es un festival que organiza un grupo de amigos de la comunidad de Peguche, en Otavalo. En la segunda edición, que se desarrollará el 8 de febrero del 2020, actuarán artistas de Quito, Cuenca, Guayaquil e Imbabura. Es un encuentro de música urbana. Algunos incursionan con letras en kichwa, explica Edison Lema, uno de los organizadores.

En la primera versión -en el 2019- participaron ocho grupos de Ibarra, Otavalo y Cotacachi. Lema recuerda que el espectáculo lo armaron en una carrera contrarreloj. La propuesta tuvo buena acogida. Por eso, esta vez decidieron incluir a grupos nacionales como Chikano Sexto Sentido, Distrito Q, Medina 30/30, de Quito; Lili Weed, de Cuenca y Ratas Gquil, de Guayaquil. El objetivo es darle más calidad.

Entre los grupos bilingües están Mafia Andina e Inmortal Cultura, de Cotacachi y Soberanos SBRNS, de Otavalo. Este último se ha mantenido vigente por más de una década pese a que varios de sus integrantes, por motivos de trabajo, han salido del país. Está integrado por Armando Perugachi ‘El Primo’, Luis Artes ‘One Two’ y Tupac Fichamba. En las letras de sus canciones expresan su identidad y abordan temas sociales, como migración, racismo, corrupción, entre otros.

En el vecino cantón Cotacachi, los cultores del rap kichwa resaltan con sus propuestas escénicas. Jefferson Guitarra es uno de los dos MC de Inmortal Cultura, como se les denomina a quienes se dedican a crear letras de este género. El conjunto se creó hace cinco años. Su propuesta musical se inserta en el rap hardcore y busca con sus canciones aportar a la revitalización de la lengua materna. “Los jóvenes no estamos rescatando las enseñanzas de nuestros taitas padres”, comenta Guitarra.

Los músicos cuentan con un equipo de teatro andino. La idea es que sus seguidores disfruten no solo de una propuesta sonora, sino también visual. En la producción de videos, asimismo, muestran vivencias como la siembra, celebraciones y rituales de las comunidades indígenas de Cotacachi. Inmortal Cultura, conjuntamente con el colectivo Hip Hop Cotacachi también cuentan con una vitrina artística.

El Inti Rap Fest se realiza cada septiembre. Para este año se hará la quinta edición. Otro referente es el proyecto Mafia Andina. La compositora Taki Amaru cuenta que desde hace casi cuatro años desarrolla este proyecto de rap en kichwa y español, que busca fortalecer las culturas andinas. Siempre se proyecta una producción videográfica, que para el evento está a cargo de José Castillo y Agustín Soria, de Colectivo Humano.


Rosales, José Luis. «Lengua kichwa se fortalece a ritmo de hip hop». elcomerciom.ec. 7 de febrero de 2020. Web. 8 de febrero de 2020.

Mientras tanto en Otavalo

Si como buenos ecuatorianos, han hecho turismo en la sierra norte, imagino que han disfrutado del mercado de los ponchos, en Otavalo, con su inagotable fuente de colores, diseños y creatividad; donde los comerciantes despliegan su don de gentes, espíritu arriesgado, visión, amabilidad y capacidad de negociación que también pasean por las principales capitales del mundo, llevando sus artesanías como embajadores comerciales del Ecuador, pues para ellos no existen las fronteras y sus productos están por todos los países.

Estos asombrosos otavaleños, tienen un lema que dice: “cuando el primer astronauta llegó a la luna, ya había dos otavaleños vendiendo artesanías allí”.

La historia recoge que el expresidente Galo Plaza Lasso, en 1949 llevó a Estados Unidos como embajadora cultural a Rosa Lema Cotacachi, conocida como Mama Rosa, quien abrió varias posibilidades para los indígenas viajeros. Para la década de los ochenta, la mayoría de los migrantes otavaleños se dedicaban a la venta de artesanías y a la interpretación de música andina en las calles de varios países americanos y europeos y llegaron con su música y arte hasta Japón, China y Turquía, y no pararon.

¿A qué se debe el éxito de ellos? Estudios dicen que tienen una inmensa capacidad de establecer redes sociales-comerciales y que lograron construir un gran capital social.

Hoy, en la época de la polarización y violencia, es bueno traer el caso de los otavaleños como una muestra de que no todo indígena es antisistema, anticomercio, antiglobalización, pues muchas familias de las comunidades indígenas, como estos embajadores comerciales, han mostrado que han sabido innovar, adaptarse a otras culturas y a crecer.


Fuente: Luque, Lourdes. «Mientras tanto en Otavalo». expreso.ec. 5 de febrero de 2020. Web. 19 de febrero de 2020.