El reencuentro con mis coterráneos

𝐽𝑎𝑖𝑚𝑒 𝑁𝑢́𝑛̃𝑒𝑧 𝐺𝑎𝑟𝑐𝑒́𝑠

El dicho popular “a la tercera va la vencida”, en buen romance indica que al tercer intento puede conseguirse el fin deseado. Para íntima y desbordante satisfacción, el Reencuentro de los Otavaleños Ausentes, así bautizado, fue un éxito desde la primera tentativa, pese a que por ahí se pronosticó que asistirían “cuatro pelagatos”. A las imágenes retrospectivas que evocadoras desfilaron por mi mente, cuando en aquellos años de dichosa adolescencia, disfrutábamos de nuestra fiesta septembrina, señalo como causantes de que en mi interior naciera un texto, dictado por la añoranza y escrito con el corazón, tal fue el punto de partida de la ahora concurrencia anual multitudinaria, trascendental y emotiva.

Volver a ser protagonistas del ambiente que décadas atrás predominaba durante los diez días de celebración auténtica, única, es el objetivo primordial y reiterativo, incurriendo en un intento por rescatar la verdadera identidad de la fiesta más alegre, de raigambre eminentemente mestiza, hoy, irreconocible y tan venida a menos.

Es sumamente grato, comprobar que el llamado anula distancias y poco a poco, van llegando los paisanos. En sucesión espontánea, la cálida bienvenida da paso al estrechón de manos, al abrazo sincero o a la palmadita en el hombro, gestos saturados de esa otavaleñidad característica que encuentra prolongación en una multiplicidad de diálogos amenos, donde afloran los recuerdos y la nostalgia por el Otavalo de ayer, donde todos nos conocíamos… aquel de las callecitas empedradas. Entorno muy íntimo, custodiado por la iglesia de San Luis y el palacio municipal donde en acto seguido, por un espacio de cuatro horas inolvidables, reinan la camaradería y el regocijo enmarcados para la posteridad en numerosas fotografías como evidencia fidedigna.

Como ya es costumbre, tras la realización del programa, sobrevienen los comentarios –mayoritariamente positivos–, las críticas constructivas, una que otra sugerencia; pero como “de todo hay en la viña del señor”, también las apreciaciones de otro tipo. Conviene recalcar que el reencuentro no puede transformarse en un festival artístico-nocturno donde puedan cantar “Raymundo y todo el mundo”. Con sana intención, Patricio Proaño, Ramiro Velasco y vuestro servidor, hemos emprendido en la tarea de recuperar la fiesta mayor dando el primer paso, de allí, mi formal invitación a todos los grupos e instituciones, otavaleños ausentes y residentes, con ímpetu inclaudicable y desde sus propias trincheras, promuevan un rescate de esta celebración, evitando con firmeza que vaya enrumbándose en una mutación ilógica como ya está sucediendo ¡prioridad! Restablecer la elección de Reina del Yamor, otrora, el certamen del cual nos ufanábamos, absurdamente eliminado mediante un sui géneris y hasta ridículo levanta manos, inmerso en una asamblea conformada a conveniencia. Confiemos que la próxima alcaldesa o alcalde electo, con un criterio más ilustrado, eche al traste esa ordenanza fraudulenta. La pertenencia que en los albores nos legara el grupo Crack (conformado por jóvenes conciudadanos que estudiaban en Quito) y en una revolucionaria etapa –a partir del año 1967–, la visión futurista de Efrén Andrade Valdospinos, no puede, no debe trastocarse ni fenecer por inanición.

Gracias, muchas gracias a los coterráneos que acudieron desde diferentes puntos (hasta del exterior) al llamado de la sangre, del terruño entrañable, a todas las agrupaciones y en general a todos quienes con su presencia engalanaron este tercer reencuentro. Mi reconocimiento sincero a las radios Luna, Más, Diario El Norte y Sarance Visión, por las entrevistas concedidas, orientadas a promocionar esta programación. La originalidad con que actuaron los miembros del grupo La Tropa, hizo vibrar mis fibras íntimas, digna del mejor aplauso, su iniciativa de obsequiar un heladito con pan, hizo que mentalmente retrocediéramos a la edad escolar, esa era la costumbre habitual y el detalle caballeroso de obsequiar una rosa roja a las damitas presentes, simple y llanamente digno de encomio.

Vestir una camiseta colorida o una chompa elegante, es ya una modalidad implementada por algunas agrupaciones, hoy, vistámonos con el azul, rojo y verde de nuestra bandera para alcanzar una reivindicación de “La fiesta más alegre en la ciudad más amable del país” ¡VIVA OTAVALO!

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Autor: Núñez Garcés, Jaime. Comunicación personal, 20 de septiembre de 2022.

Yolanda Cabrera

Yolanda Cabrera de Albuja o Doña Yolita, como todos los ciudadanos la conocían cuando acudían a degustar una tradición como es el Yamor, ha partido del mundo terrenal, pero sin duda, dejó una huella imborrable e irreemplazable caracterizada por su amabilidad, alegría y sabiduría de los sabores ancestrales.

Yolanda Cabrera, con una gran sonrisa y el saludo más amable fue construyéndose un nombre por ser guardiana de sabores ancestrales, una de las pocas personas que mantuvo y potenció el nombre del tradicional Yamor, su preparación y la alegría de toda una ciudad contenidas en un plato típico.

También era la encargada de mantener una de las tradiciones propias navideñas como era la elaboración del pesebre, uno de los más grandes del país y donde se representaba su ciudad y su fe, con figuras y estatuillas propias de su tierra y de las tradiciones netas otavaleñas.

El Yamor está de luto
Doña Yolita fue bautizada como La Matrona del Yamor debido su gran sabiduría en la elaboración de la bebida ancestral del Yamor o chicha acompañada de un plato con tortillas, fritadas, pequeñas empanadas, encurtido y mote, que poco a poco fue reconocido a nivel nacional y se convirtió en un referente turístico durante la fiesta en Otavalo.

Junto a su hija y compañera Anita Albuja, nunca dejó sus tradiciones atrás, incluso en tiempos de pandemia, su intención era alegrar a la ciudad y a los pocos turistas con sus deliciosos platos. Y en Navidad, consideró alternativas para que las personas visiten su tan conocido pesebre, además de dar la misa y las fundas de caramelos para los niños de su barrio en Punyaro.

De sonrisa tierna y la más amable bienvenida convirtió de su local de platos típicos en una reunión de otavaleños que acude a disfrutar de la cultura.

Su fallecimiento se produjo la tarde del domingo 23 de mayo. Doña Yolanda Cabrera fue uno de los referentes gastronómicos más importantes de Otavalo, especialmente de su fiesta del Yamor.


Fuente: «Sentida despedida a mujer que impulsó fiesta del Yamor». elnorte.ec. Diario EL NORTE, 24 de mayo de 2021. Web. 25 de mayo de 2021.

Travesía 58 del Lago San Pablo

La edición 58 de la Travesía al Lago San Pablo tomó otro rumbo con la consagración de David Castro. Luego de 15 años de dominio del clan Enderica, el cruce tiene a un nuevo campeón nacional que también es cuencano. Iván Enderica junto al guayacense Gregory Fuentes, ambos con 11 triunfos, son los máximos ganadores de la travesía del lago otavaleño. Ese récord lo pretendía romper Enderica para llegar a 12, pero su sorpresiva ausencia evitó dicha marca y el podio quedó despejado para un nuevo triunfador.

David Castro, braceador de la escuela Enderica-Salgado, hizo un buen trabajo y con un tiempo de 42 minutos y 44 segundos se hizo por primera vez de la competencia que contó con un total de 292 participantes.

Según relató Santiago Enderica, coordinador del club, Castro aguantó en el pelotón los primeros 1.500 metros y a partir de ahí empezó a bracear con más decisión para alejarse de Miguel Armijos y Felipe Jaramillo, otros cuencanos que buscaban el título.

Al final el nadador de 19 años se convirtió en el nuevo monarca de la travesía, seguido por Jaramillo que hizo 44m:18s y Armijos con 44m:19s, quienes cerraron el podio de la categoría masculina.

Damas
En la categoría damas la cuencana Nathaly Caldas llegó en busca de su noveno título para seguir acrecentando su récord, pero no lo pudo hacer y se tuvo que contentar con la medalla de plata, luego de ser superada por su compatriota Samantha Arévalo, quien registró un tiempo de 44m:44s, superando con tres segundos a Caldas.

Con el triunfo de ayer, la oriunda de Morona Santiago alcanzó su quinto trofeo en esta travesía.

La competencia se disputó con una temperatura de 17 grados.


Fuente: EL TIEMPO. «David Castro gana la travesía al lago San Pablo». eltiempo.com.ec. 8 de septiembre de 2019. Web. 14 de noviembre de 2019.

Patrimonio intangible

La ciudad de Otavalo, situada en el norte de Ecuador, cierra este 15 de septiembre del 2018 sus fiestas más grandes conocidas como «Yamor», con la aspiración de que sean reconocidas patrimonio cultural intangible junto a sus lugareños. Desde finales de agosto, y hasta esta semana, han tenido lugar 45 eventos en varios puntos de la pintoresca urbe para conmemorar unos festejos que llevan el nombre de una bebida fermentada elaborada a base de siete tipos de maíz y que simboliza la época de la cosecha. «Las Fiestas del Yamor son una de las celebraciones principales de la época del Kuya Raymi (celebración ancestral de los pueblos indígenas de la sierra ecuatoriana el 21 de septiembre)», explicó Edwin Tituaña, coordinador de los pueblos quichuas del Gobierno Autónomo Descentralizado (GAD) municipal de Otavalo. 

Tocado con un sombrero oscuro de fieltro y la característica trenza otavaleña, el responsable municipal afirma que «parte del patrimonio cultural natural es justamente eso, que como pueblo originario estamos vivos y presentes aquí y en todo el mundo». Aclaró que la identidad se ve representada «en la fortaleza de la vestimenta de sus vecinos, en sus trajes tradicionales, su lengua, el quichua y su fisonomía», un legado que señala a la comunidad y que tratan de conservar como un patrimonio cultural natural. 

En 2003 esta ciudad de la provincia de Imbabura fue declarada por la Cámara Legislativa como Capital Intercultural del Ecuador por por ser un símbolo nacional, y referente internacional de preservación de la vida de los pueblos andinos y latinoamericanos. Su mercado artesanal indígena, llamado «La Plaza de Ponchos», considerado uno de los más grandes de Suramérica, es un buen ejemplo de la conservación de la fabricación textil ancestral y la elaboración de artesanías como los coloridos collares de cuentas que lucen las otavaleñas, denominados «gualcas» en quichua. «Es bien conocido que la gente otavaleña tiene mucho renombre y trayectoria por su fortalecimiento identitario. 

En parte, se debe al talento musical y la oferta de productos que trabaja artesanalmente», añade Tituaña. Lo hace junto a una banda musical familiar integrada por un padre y varios de sus hijos que interpretan melódicas y rítmicas canciones populares andinas en medio del mercado artesanal. «El alcalde de Otavalo, Gustavo Pareja Cisneros, está abriendo espacios para que la gente de las comunidades y parroquias del cantón puedan dar a conocer la música, el teatro, la danza y su talento», indicó por su parte Rosa Maldonado, responsable de la dirección de comunicación del GAD de Otavalo. 

La fiesta del Yamor se remonta a épocas inmemoriales pero fue un grupo de jóvenes otavaleños los que volvieron a institucionalizarla en 1952. En los últimos años este tipo de conmemoraciones aglutinan a más de 100.000 visitantes, lo que convierte la festividad en una de las más concurridas de la región y signo de que «el racismo hacia las nacionalidades indígenas en Ecuador está desapareciendo», refirió Maldonado. Reconocidos internacionalmente por su indumentaria y sus dotes para el comercio, la legislación ecuatoriana respeta sus costumbres y, por ejemplo, en el Ejército y otras instituciones está prohibido obligarles a cortar su reconocible trenza o largos cabellos. «Parte de nuestra identidad es precisamente nuestra trenza, nuestro pelo largo, donde, según la cosmología andina, se encuentra toda la sabiduría y el conocimiento ancestral que heredamos», dice Tituaña al aclarar que también es una tradición que siguen otros pueblos andinos de Ecuador, Perú, Bolivia o Chile. 

De momento, el ministro de Cultura y Patrimonio, Raúl Pérez, se ha comprometido a analizar la propuesta para que Otavalo se convierta en patrimonio inmaterial, lo que abriría la puerta a que la urbe, situada a 2 550 metros sobre el nivel del mar, reciba un definitivo respaldo a las tradiciones que atesora con celo ancestral.


Fuente: AGENCIA EFE. «Otavalo, emblema del patrimonio indígena intangible del Ecuador.» 15 de septiembre, 2018. Web. 3 de noviembre, 2018.