La caída de el Lechero

La noticia comenzó a circular en las redes sociales desde el mediodía de este jueves 16 de enero de 2020. Los fuertes vientos provocaron la caída del histórico árbol conocido como El Lechero y que es un icono de la comunidad de Pucará Alto, en el sur del cantón. “Otavalo está de Luto” indicó en un tuit la Municipalidad del cantón del Valle del Amanecer. En las imágenes se puede observar las ramas caídas del árbol y maquinaria pesada trabajando en el retiro de las mismas. 

Mariano Burga, presidente del GAD parroquial de Eugenio Espejo, indicó que es lamentable lo que ha ocurrido pero todavía quedan las raíces por lo que esperan el apoyo de las autoridades. Burga invitó a los miembros de las comunidades a que no se desanimen. “Tenemos aparte de El Lechero otros sitios emblemáticos y turísticos”.

José Velásquez, presidente de la comunidad de Pucará Alto, indicó que lo acontecido alrededor de El Lechero ya tiene sus antecedentes. “Este árbol ha recibido agresiones desde años atrás, le han quemado a su tronco debilitándolo con el paso del tiempo, de ahí el viento hizo lo suyo derrumbando el árbol”, dijo Velásquez.

“Recuperamos una parte de El Lechero y otra parte será transplantado en Curitola, otro lugar sagrado de Pucará para tener el mismo árbol en línea recta”, agregó.

Según las versiones orales de los habitantes de la zona el árbol podría tener 800 años de existencia, sin embargo los troncos serán analizados por estudiantes de la Universidad Técnica del Norte (UTN) para determinan científicamente la edad del legendario árbol otavaleño.

El representante del Gad Parroquial manifestó que ayer tuvieron la visita del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural del Ecuador (INPC), del Ministerio de Agricultura y del Municipio.


Fuente: “Legendario Lechero de Otavalo se cayó por los fuertes vientos”. elnorte.ec. 16 de enero de 2020. Web. 16 de enero de 2020.

Las alpargatas

El uso de las alpargatas en los pueblos indígenas no puede faltar, ya que con ellas se identifica la cultura, tradición y costumbre. El sector de la Ropa Típica es un área que forma parte del mercado 24 de Mayo, aquí los ponchos, anacos, fajas y blusas bordadas están en todos los puestos.

Variedad de bordados y alpargatas se ofertan en esta zona que en su mayoría, es visitada por la comunidad indígena del cantón, aunque según las artesanas los mestizos también llegan a comprar los trajes en temporada de diciembre, cuando son utilizados para pastor en los pases del ni-ño que organizan las unidades educativas.

María Francisca Traves, una artesana que se dedica a esta labor desde hace 40 años, es decir, desde que se casó, atiende con paciencia a su clientela que fue en busca precisamente de las alpargatas.

Ella aprendió a elaborar las alpargatas con su suegro, “le ayudábamos a mi suegro y como ya estábamos casados teníamos también que aprender a hacer las alpargatas”, dijo.

Elaboración. El proceso es preparar el modelo para luego pegar y cortar. Para María Francisca aprender es difícil porque siempre toca hacer fuerza cortando, considera que siempre se necesita de un hombre para que ayude a cortar.

A la semana normalmente solían hacer unos 70 pares pero solo de caucho. Otro material que se usa es de soga, la cual debe ser tejida. María Francisca actualmente hace 20 alpargatas a diario con la ayuda de su esposo. Sin embargo, lo que más buscan las jóvenes ahora son las que tienen el taco alto. Estas alpargatas altas son las modernas.

La artesana mencionó que algunas buscan también con talonera blanca o negra. Además, señaló que las mujeres mayores son las que llevan las tradicionales alpargatas bajas. Los precios de cada par varían, van desde los USD 2,50 hasta los 18 dólares. La artesana señaló además que elaboran las alpargatas de acuerdo a lo que el cliente guste.

María Lourdes de la Torre también se dedica a la elaboración de las alpargatas desde hace 18 años. Ella aprendió de su papá y considera que aún sigue siendo difícil y duro porque se necesita fuerza y técnica.

A la semana aseguran 300 pares de las más económicas (USD 1,50), mientras que de las de cuero salen 90. María Francisca también mencionó que no sa-be si es la suerte pero a diario vende aunque sea tres pares de 17 y 18 dólares. Sin embargo, comentó que el traje más económico cuesta 65 dólares, está conformado por una camisa, anaco, chumbi (faja) y las alpargatas que no pueden faltar.

Es decir, hay de todo precio. Francisca dice que hay camisas que cuestan hasta 110 dólares porque son cocidas a mano, mientras que el anaco, que es con piel de foca tiene un precio de 70 a 80 dólares.

En cambio, para la vestimenta de los hombres lo más caro es el sombrero conocido como barbisio, que cuesta cerca de 250 dólares.

El poncho, que también es tejido a mano tiene un valor de 300 dólares. Es decir, saldría en más de 500 dólares la vestimenta para el hombre indígena.

Un año. El 12 de enero cumplirán tres años de permanecer en esta nueva edificación del mercado. Según Francisca, la venta sí se rebajó desde que vinieron a este espacio, pero considera que aquí están casi encerrados y es poca gente la que llega.


Fuente: “Las alpargatas no pasan de moda”. elnorte.ec. 2 de enero de 2020. Web. 14 de enero de 2020.

Globo aerostático

La canastilla pesa 450 libras, mientras que de largo y ancho mide 27 metros por 13. Así es el globo aerostático que se busca implementar en el cantón Otavalo como nueva actividad turística. Su ubicación como no podría ser de otra manera, es el lago San Pablo. La idea es que la ciudadanía disfrute desde lo alto la atracción turística que tiene el lago.

El globo cuesta cerca de 100 mil dólares y actualmente, según el concejal Jacinto Robalino, se están haciendo prácticas para que entre en funcionamiento a finales de este mes.

Para el concejal, que también es presidente de la comisión de Turismo, este tipo de actividades dinamizará la economía del sector. La implementación de este globo forma parte de un proyecto que inició hace unos siete meses. Robalino tuvo la oportunidad de relacionarse con los empresarios provenientes de Quito que cuentan con esta herramienta.

Durante un acercamiento el concejal les invitó para que se genere esta actividad en Otavalo, específicamente en San Pablo. “Gracias a Dios he tenido la respuesta positiva de los empresarios y con ese aval de esa conexión, se pudo seguir concretando”, mencionó Robalino.

Asimismo aseguró que lo único que ha hecho como ciudadano, concejal y autoridad es buscar la alternativa de una nueva expectativa turística.

“Veo y siento que no hemos estado equivocados en eso, porque hay una gran apertura de la ciudadanía”, dijo. Este proyecto que se está ejecutando es algo que según el concejal, necesita Otavalo, Imbabura y el país.

El turismo para Robalino no es solo estar sentados detrás de un escritorio sino buscar atractivos y juegos extremos que la población requiere. En total son dos globos que funcionarán solo por las mañanas en esta zona turística. Robalino mencionó que se están haciendo las pruebas técnicas en toda la cuenca del lago San Pablo.

Para este proyecto se mantuvo también un acercamiento con los dirigentes de las comunidades, quienes brindaron la apertura.

“Con esto se van a emprender muchas cosas, inclusive el negocio de las personas porque se va a dinamizar económica”, agregó el concejal.

Además, se requiere de una serie de permisos para la operación. Robalino dijo que están en ese proceso y agradeció también al Cuerpo de Bomberos por la ayuda que han brindando en el estudio de la parte atmosférica.


Fuente: Bravo Piñeiros, Melissa. ˜”Globo aerostático, un nuevo ‘juguete’ turístico”. elnorte.ec. 9 de enero de 2020. Web. 13 de enero de 2020.

Desafíos en la diversidad

Comunicar significa ‘hacer común’ aquello que aún no lo es; comunicamos, cuando entregamos algo nuevo a otro, y al recibirlo, este se apropia de lo que antes no le perteneció. Estos conceptos nos llevan a pensar en el español, lengua que a base de dolor y lágrimas nos fue impuesta en la conquista, como tantas otras realidades de nuestra condición humana e histórica, y que hoy es el lazo comunicativo con los hablantes de nobles lenguas originarias que existen en nuestra patria, constituida por territorios con diferentes etnias.

Fue razón de orgullo para la Academia Ecuatoriana de la Lengua haber sido invitada por quienes organizaron en Quito el ‘III Simposio Internacional Desafíos en la Diversidad’ sobre las lenguas indígenas vivas, a cerrar con nuestra palabra la tarde de inauguración de ese congreso.

Durante mi experiencia en la Universidad de Otavalo, me relacioné con alumnos y profesores otavaleños; escuché su lengua, pronunciada con orgullo, dulzura y vivacidad. Una de las mayores muestras de amistad y confianza, y, sobre todo, de conocimiento de una lengua es la posibilidad de captar el humor del pueblo que la habla, de reír en ella; aún me parece oír, en el camino entre Peguche y la universidad, la risa de los niños otavaleños, preciosos con pantalón y camisa blanquísimos, alpargatas igualmente nítidas y su ponchito azul para el frío mañanero, camino de la escuela.

En mis largos años de profesora universitaria, gocé del comportamiento delicado y sensible de jóvenes estudiantes indígenas. Para ese mundo ‘otro’, desconocido aún para tantos mestizos ecuatorianos, escribió Fray Domingo de Santo Tomás la primera gramática quichua y calificó a los indígenas de ‘excelentísimos lenguarazes’; lenguaraz no significaba ‘chismoso’, sino ‘capaz de aprender nuevas lenguas’. El perspicaz dominico captó la capacidad innata de dominar varias lenguas de nuestros pueblos originarios.

El castellano es lengua oficial del Ecuador; el quichua y el shuar, de relación intercultural. Las demás lenguas son oficiales en las zonas habitadas por sus pueblos. Cuando en 1999, la Unesco Instituyó el ‘día Internacional de la Lengua Materna’, el Estado se obligó a estimular y preservar los idiomas originarios. Los indígenas ecuatorianos de distintas etnias toman conciencia de su propio valor y del de sus idiomas.

Los mestizos, desde la colonia, revelamos nuestra idiosincrasia con giros quichuas: perífrasis como ‘le mandó sacando’, ‘dejarás cerrando’, ‘da diciendo que voy a volver’ no son anatematizadas. Comemos mucho de lo nuestro, deliciosamente, en quichua: el locro, el timbushca, los llapingachos; las choclotandas, el caucara, el champús; el sango, el mote; el chulco, la mashca, bebemos la chicha. ‘Se vuelve, en el examen de la lengua, al restablecimiento de vínculos gloriosos’, escribía don Julio Tobar Donoso, ‘cuando estos se fundan en dos patrimonios inefables grabados en el alma de las multitudes: religión y lengua’.


Fuente: Cordero de Espinosa, Susana. “Desafíos en la diversidad”. elcomercio.com. 10 de diciembre de 2019. Web. 8 de enero de 2020.