Tamia, la youtuber irreverente

Descomplicada, empoderada e irreverente, así es Tamia, un personaje del canal de YouTube “Marcos Otavalo”. A diferencia de la mayoría de mujeres youtubers, la joven decidió hacer comedia con la vestimenta tradicional de su natal Cotacachi exponiendo sus vivencias con jocosidad. Pero no todo fue fácil. Al inicio fue cuestionada y criticada por personas de su comunidad que la consideraban muy “descarada” para un pueblo conservador y tradicionalista. Sin embargo, decidió ser constante, paciente y no darse por vencida. Los youtubers son personas que se dedican a crear contenidos audiovisuales para subirlos a la web, en este caso a YouTube.

Retos, blogs, parodias, críticas, tutoriales de belleza, ejercicios y sketches son algunos de los productos más vistos y solicitados. La carrera de Tamia Saranchi como youtuber nació hace dos años y dos meses cuando se contactó por Facebook con Marcos Guaján, quien manejaba junto a su esposa Gaby Ruiz y su hermana Janelissa Proaño, el canal “Tres y medio Films”. Marcos relata que tras la publicación de uno de sus videos fue la misma Tamia la que sugirió que ella debería actuar en su canal y este decidió invitarla. Su participación gustó y desde entonces ingresó al equipo. Hasta ese entonces “Tres y medio Films” lo integraban solo Marcos, Gaby, Camila -la bebé de 3 años de ambos- y Janelissa, pero tras abrir una cuenta oficial del director y editor, el canal de YouTube se quedó con el nombre de “Marcos Otavalo” (este último en referencia a la ciudad donde residen). Actualmente Marcos maneja ambos canales, pero el que lleva su nombre es la cuenta con más de 219.000 suscriptores de todo el mundo. 

Las críticas por ser diferente

Dar el primer paso en un mundo desconocido genera controversia y ser irreverente en un espacio cultural muy tradicional también. Tamia relata que la publicación de su primer video tuvo comentarios de todo tipo, menos alentadores. “Fui rechazada, condenada y criticada”. La comediante agrega que el rechazo fue porque su personaje no representa a la mujer indígena dócil. Pero las cosas fueron cambiando. “Hay muchas mujeres que se han identificado. Mi personaje, de cierta manera, grita lo que muchas quieren expresar. No en todos los aspectos, pero sí en cierta parte”, explica Tamia. 

Marcos asegura que él, quien escribe los guiones, cuida los límites del respeto porque el tema no es resaltar al feminismo sino jugar con un personaje cotidiano -con sus ratos buenos y malos-. Los juegos de guión van más con los celos y traiciones. No obstante y pese a las dificultades, Tamia es la youtuber indígena ecuatoriana más conocida en su comunidad. Incluso fue llamada por el canal cultural Apak Otavalo. Allí participó por una temporada corta y después protagonizó la película “Obsesión” junto a su equipo de “Marcos Otavalo”, con apoyo de inversión privada. 

“Ha sido un trabajo bastante duro y ahora estamos sólidos con nuestros subscriptores”. El canal “Marcos Otavalo” cuenta con más de 219.000 subscriptores y tiene 137 videos con más de cuatro millones de reproducciones. Algunos seguidores le piden a la comediante grabar en quichua, pero ella indica que no quiere arriesgarse, ya que sería limitar a un público y el objetivo es romper barreras. “YouTube es universal, independientemente de la raza y cultura, pero para alcanzar a las masas se necesita de una lengua que llegue a más naciones, por eso solo grabamos en español. 

Claro a veces mencionamos ciertas tradiciones de nuestra etnia, pero no es nuestro objetivo”. Gabriela Ruiz, guionista y productora de ambos canales, indica que si bien dejar que Tamia luzca su atuendo tradicional fue arriesgado, también les dio la satisfacción de ver que ahora más jóvenes indígenas lo hacen sin temor. 

Para Marcos, el personaje de Tamia le abrió las puertas a Perú y Bolivia, donde la comunidad indígena también es grande y esto lo motiva a seguir creando contenido. “Siempre he resaltado mis costumbres y tradiciones. No podría presentarme con otra vestimenta que no sea la mía”, explica Tamia. Entre los nuevos proyectos del equipo constan la grabación de una nueva película y encontrar auspiciantes que los ayuden a seguir consolidando su producto audiovisual. 


Fuente: Lucín, Katherin. «Tamia, la youtuber irreverente que no cedió a las críticas de su comunidad». EL TELEGRAFO. 5 de septiembre, 2018. Web. 4 de enero, 2019.

Estelina Quinatoa

Es domingo y los otavalo pasean las calles de Peguche, en el norte de la sierra de Ecuador, luciendo orgullosos los vestidos, tocados, colas de cabello adornadas y trenzas que los distinguen como miembros de uno de los pueblos originarios que forman la nacionalidad kichwa. Tuvo fama de pueblo fiero y resistente y fue uno de los obstáculos para el crecimiento del Imperio Inca hacia el norte, que a cambio los llevó al borde de la aniquilación. Poco después acabaron sometidos por los castellanos. Se perpetuó desde entonces una historia de dominio, cuando no de esclavitud, que todavía tiene consecuencias. Alejandro Quinatoa, el artista textil que ilustró los tejidos y los ponchos de esta parte de la sierra y acabó mostrando su trabajo en exposiciones y museos, fue el primer otavalo al que se le permitió aprender a leer y escribir, bien empezado el siglo XX.

Me lo cuenta su hija Estelina, sentada en un rincón de la vieja cocina que concentraba la vida familiar al calor de la lumbre, mientras prepara un guiso ritual llamado uchujakuapi (colada de fiesta), basado en el maíz amarillo de la zona. Estelina Quinatoa es la responsable del patrimonio cultural del Ecuador; tal vez sea la indígena que ocupa un lugar más destacado en la administración del país. El guiso es realmente elaborado y se basa en un caldo en el que se han cocido tres pollos de campo, los retiraron cuando estaban tiernos, apartaron una parte del caldo para dejarlo enfriar y disolver en él unos buenos cucharones de uchujacu, una molienda de maíz amarillo seco que puede contener una decena de granos diferentes. Antes de molerlo se ha tostado en un tiesto con cebada, arvejas, habas secas, achiote y comino. Resulta una harina finísima, especial para una preparación de rango. Es un guiso de fiesta y exige refinamiento y abundancia; comerán asistentes, vecinos y cualquiera que pase por allí.

El maíz disuelto acaba sobre el caldo hirviendo y Estelina lo mueve con un gran cucharón de madera hasta que espesa. Me lo da a probar y es de una finura y suavidad que no esperaba. Está claro que no es una receta humilde; entraña una sofisticación que hace pensar. Lo mantiene al fuego mientras hablamos de lo que ha rodeado su vida y la de su pueblo, antes de empezar a servirlo, añadiendo en la escudilla dos papas cocidas y una presa de pollo. La delicadeza del guiso, el punto de cocción del pollo y la selección de las materias primas hablan de una de esas preparaciones que trascienden a la pelea diaria por la supervivencia. Es una falta de respeto dejar algo, pero no hace falta que te fuercen.

Nunca hubo mesa en las tradiciones otavalas. Cada quien tenía su escudilla y comía sentado en el poyete que recorre la pared de la cocina. Hoy tenemos mesa y el uchujakuapi la comparte con un maíz tostado al fuego en un tiesto de barro, llamado uchufakamlla, algunos platos de mote casado —mote mezclado con frijoles rojos— que me deja fascinado y un ají amable y cotidiano: rocoto, sal, y tomate pasados por el mortero, y un añadido de cebolla de tallo picada.

Hablamos de cocina y empiezo a ver detalles saltando del plato. La presencia de arvejas, habas, cebada y comino acompañando el maíz en la molienda es el primero, el gusto por la manteca de cerdo como grasa esencial en su cocina es definitivo. Son algunos de los ingredientes que distinguían las cocinas impuestas por los castellanos, los primeros ligados a la despensa heredada de siglos de convivencia con árabes y judíos, mientras el segundo expone los hábitos nacidos con la cristianización: el cerdo como muestra de fidelidad a la fe.

Empiezo a ver la cocina de Estelina con una mirada diferente. Encarna mucho más que la reivindicación de la identidad, los orígenes y las raíces del pueblo otavalo. También son los guardianes de la cocina del mestizaje nacida con la llegada de los castellanos. Casi cada plato muestra un apasionante viaje de ida y vuelta en el tiempo y la distancia. Representa una despensa impuesta que con el tiempo sería abandonada por sus promotores, y tuvo que ser la generosidad de las cocinas sometidas la que la mantuviera viva.


Medina, Ignacio. «El uchujakuapi de Estelina Quinatoa». elpais.com. 20 de enero de 2020. Web. 27 de febrero de 2020.

Justo de las Naciones

Al mencionar la palabra Auschwitz se nos viene a la memoria el horror del genocidio nazi contra los judíos, pero este campo de la muerte no solo albergó a personas de esta raza, en sus terribles muros fueron asesinados gitanos, homosexuales, opositores políticos y todo aquel que pensara diferente. La máquina asesina del Tercer Reich. Pero también a la memoria vienen los nombres de personas que se sacrificaron por salvar a decenas de judíos, que arriesgaron sus vidas para hacerlo, como es el caso del industrial Oskar Schindler; el autodenominado cónsul Giorgio Perlasca o el diplomático sueco, Raoul Wallenberg.

De ellos se han escrito libros y filmado películas, ¿pero hay más personajes que se asemejen a ellos? Pues entre estos héroes salvados del anonimato también Ecuador puso algunos nombres y es válido sacarlos del olvido, justo hoy que se cumplen 75 años de la liberación de Auschwitz.

Primero debemos remontarnos una década atrás cuando en los años 30 se incrementa la migración judía proveniente de Europa, entre las causas podemos citar la crisis económica que se extendía a nivel mundial lo que provocó una inflación a gran escala en la mayoría de los países del mundo, especialmente de Europa y otro elemento vendría a ser la persecución de la que eran objeto en Alemania por parte del régimen nazi, más cuando se habían dictado las nefastas Leyes de Nuremberg en 1935.

América Latina fue considerado un continente apto para la migración, Ecuador estuvo vinculado a esta situación; Cuenca y Guayaquil fueron las que más migrantes judíos recibieron a partir de 1936.

A pesar de la llamada política de frontera abierta, el país comenzó a implementar políticas migratorias para regularizar la llegada de familias judías. En ese marco se implementa un decreto regulatorio para este tipo de migración durante la dictadura del general Alberto Enríquez en 1938.

Dicho decreto establecía que las personas de raza judía que llegaran al país deberían dedicarse exclusivamente a actividades vinculadas a la industria o la agricultura, pues se prohibía la realización de actividades comerciales, según el Gobierno, para proteger al comercio nacional de competencia desleal. Además, en el decreto se instaba a que, en el plazo de 30 días, los extranjeros de origen judío residentes en el país que no se dediquen a estas actividades tendrán que abandonar el país.

El decreto fue derogado después de la salida de Enríquez del poder, pero las restricciones migratorias se mantuvieron desde la Cancillería, ordenando a las legaciones diplomáticas en Europa poner cupos para otorgar la visa a los judíos que deseaban venir al Ecuador.

Cuando se inicia la guerra y comienza a perpetrarse la llamada Solución Final en la Europa ocupada por los nazis, hubo diplomáticos ecuatorianos que, pese a las restricciones, otorgaban visados a decenas de refugiados que huían de las matanzas, entre ellos destaca Manuel Antonio Muñoz Borrero.

Muñoz Borrero, nacido en Cuenca, un diplomático de carrera, por esos años desempeñaba el cargo de cónsul ecuatoriano en Suecia y, desde allí, otorgó decenas de visas a judíos, negándose a recibir cualquier tipo de compensación económica, siendo hostigado por la temible Gestapo, que intrigaba constantemente para que sea apartado del cargo.

El cónsul, pese a todas las complicaciones y riesgos de la tarea que estaba realizando y más cuando la mayor parte de Europa era territorio conquistado de Alemania, siguió sellando y firmando los pasaportes a los perseguidos, llegando a alterar las fechas para que no perdieran vigencia.

Después sería enviado a la legación diplomática en Colombia. Muñoz Borrero volvería después de la guerra al país donde fallecería en 1976. Logró salvar la vida a decenas de personas, por este motivo Israel le otorgaría en 2011 el título de Justo entre las Naciones.

En el ámbito diplomático, además de Muñoz Borrero, hay otros funcionarios ecuatorianos que ayudaron a los perseguidos, como José Ignacio Burbano, cónsul en la ciudad alemana de Bremen entre 1937-1940. Según las investigaciones, emitió cuarenta visas.

Manuel Utreras Gómez, cónsul en Ámsterdam, ayudó a varios miembros de la comunidad judía.

Fernando Chaves Reyes (Otavalo) que desde 1938 fue designado cónsul de las ciudades de El Havre y Marsella y que también se destacó en la ayuda a los perseguidos. En 1941 regresó al Ecuador.

José F. Morpurgho, cónsul ad honorem en la ciudad de Trieste se suma a esta lista. Como dato adicional el checo Mnislav Zelený, escritor y exembajador checo en Ecuador, escribió para el periódico de Praga Mladá Fronta, un artículo en 2010, donde nombra a Ernst Fuchs, cónsul honorario del Ecuador en Praga desde 1929; Jiří Vondráček, nombrado vicecónsul honorario del Ecuador en 1936, y Karel Linhart, vicecónsul honorario desde noviembre de 1938, como funcionarios que ayudaron a cientos de personas a escapar de una muerte segura y encontrar refugio en Ecuador, gracias a los visados que concedieron.

Historias escondidas que merecen ser rescatadas para reconocer a los Schindlers ecuatorianos.


Fuente: «Schindlers’ ecuatorianos que salvaron a decenas de judíos». eluniverso.com. 27 de enero de 2020. Web. 28 de enero de 2020.

Primera piloto de combate

Las mujeres aviadoras lanzaron bombas MK 82 en el polígono de tiro de San Antonio en Guayas y dieron en el blanco. El ejercicio militar, que duró una hora, se realizó el miércoles 11 de diciembre del 2019 y fue la última prueba a superar, antes de convertirse en las dos primeras mujeres de aviación de combate del país.

La otavaleña Jazmín Pérez tiene 28 años. Es la primera militar en su familia. Ella piloteó un avión subsónico Supertucano que despegó de las instalaciones del ala de combate #23, en Manta, a las 11:28.

Del mismo hangar y unos segundos después, despegó la quiteña María Cueva, de 26 años. Tras media hora de vuelo descendieron al polígono de tiro y liberaron las bombas que dejaron un cráter en la tierra. A su regreso, que tardó media hora más, fueron recibidas con chorros de agua y aplausos de sus compañeros e instructores que las acompañaron durante el curso de pilotos de combate que duró un año.

Las pilotos estarán presentes en la ceremonia oficial de graduación que está prevista realizar este viernes 13 de diciembre del 2019. Esta generación de ‘Halcones’, como se denomina a quienes pasan el curso, es la Sexagésima Quinta promoción. Junto con ellas se graduaron seis tenientes más. Todos están capacitados para combate aéreo, sobrevuelos en zonas de frontera, localización de aeronaves que se desplacen ilegalmente, control de minería ilegal, entre otras actividades.

María agradece a sus padres y hermanos por el acompañamiento y apoyo en su vida como aviadora. Pasó cuatro años en la Escuela de Aviación Cosme Rennella. Para ella, no hay diferencias entre hombres y mujeres en el entrenamiento y alienta a que otras jóvenes se animen para ser pilotos de combate. Ampliar Junto con ellas se graduaron seis tenientes más.

Para Jazmín es una satisfacción personal haber culminado con éxito el entrenamiento. Además, sostiene que haberlo logrado constituye un hito en la lucha por las mujeres por la igualdad en todos los espacios posibles. Para aprobar este curso tuvieron 330 horas de preparación. La primera fase fue teórica. Luego, cumplieron con 40 horas en un simulador y 60 en vuelo real.

Ambas estarán presentes en la ceremonia oficial de graduación que está prevista realizar este viernes 13 de diciembre del 2019. El comandante de la FAE, Mauricio Campuzano presidirá el acto. Además de Cueva y Pérez, se incorporarán como pilotos de combate Roberto Pita, César Vásconez, Diego Jarrín, Henry Canales, José Tuárez y Pedro Rodríguez.


Fuente: Puente, Diego. «

Jazmín Pérez y María Cueva, primeras pilotos de combate en Ecuador». elcomercio.ec. 12 de diciembre de 2019. Web. 13 de diciembre de 2019.